POESIAS

POESIAS

Yo soy una persona que siempre vive sobre una nube de colores y de ella jamás quiero salir ya que poner los pies sobre esta tierra me hace sufrir y mis lágrimas salen de mis ojos como si fuesen dos ríos que no tiene fronteras las cuales las pudiesen parar. Dejan surcos sobre mi rostro los cuales ya marcados no se pueden borrar por más que lo intente. Podrán ver que mis poesías son verdaderos sueños que yo escribo, son escritos de mi persona y no de ningún otro celebre escritor ya que soy una persona la cual tengo sueños reales que salen desde dentro de mi alma. A demás podrán escucharla con mi propia voz y musica de guitarra que me a compaña de fondo así sabrán como puedo recitarlas a mi forma de expresarme en mi propio acento de duende. Al mismo tiempo podrán leerlas para que todos aquellos que lo deseen tengan consigo la voz y la poesía escrita por mi persona. Cada uno al oír mi voz comprenderán que soy de un lugar donde los sueños se hacen realidad con solo desearlo.

EL FORJADOR DE SUEÑOS.

CABALLO VIEJO.

Caballo Viejo

Caballo Viejo

¡Ya no corre mi caballo y se cansa al galopar, ya no relincha con fuerzas, ya no puede caminar!

¿Que le pasa ami caballo, que antes era como un rayo, trotaba, galopaba y corría como el viento, si él era el que más corría?

Hoy lo veo pasear y hasta le cuesta trabajo para poder caminar.

¿Tan bien a ti mi caballo viejo se te han puesto los cabellos plateados… tan bien te llego la hora?

¿Que pasó de aquellos tiempos en que subido a tu grupa volábamos como el viento y, sin tirar de tus riendas corrí¡as como un flecha en busca de tus yeguas y mientras yo besaba amis hembras tu corrías y galopabas y siempre tu te llevabas a las mejore de las yeguas?

¿Qué fue del tiempo pasado…hoy te encuentro cansado y no puedes caminar?

¡Se terminaron mis sueños, sin ti, ya no soy tu dueño!

¿Vete al pesebre y descansa, que ya bien te lo ganaste… ¡Se que tu aquí terminaste… ¡anda vete ya y no me hagas llorar!

¡Yo seguiré tu camino. fui tu dueño viejo amigo. hoy te vas, pues yo también me voy contigo… así nos iremos los dos. Yo delante y tú de tras; iré tirando de ti hasta que no pueda más y, allí te dejaré descansar!

En un hermoso valle donde puedas comer hiervas con aromas, a donde allá palomas con las plumas de colores y a donde todas las flore a ti te quieran perfumar con sus mejores aromas.

¡Veras también galopar a las yeguas de tus sueños, de los que tu eras su dueño y a sus potrillos trotar… juguetones a su entorno, así fuiste tú en un tiempo viejo amigo!

Hoy nos hallamos los dos con el cabello plateado, yo con muchas arrugas, tu cansado, yo sin ganas de soñar ya que soy viejo, ni mi pluma corre ya, pues ya me tiemblan las manos y el papel que era plano hoy lo veo arrugado, yo no se por que será. Tal vez que halla llegado mi hora para poder descansar. ¡Anda ves con tus hijos, diles que fuiste su dueño, que cuando eran pequeños los enseñaste a correr y a perseguir a las yeguas, ya veras como te recuerdan y te vienen a besar!

Tú agacharas la cabeza con orgullo y con tristeza pero ellos te dirán. ¡Mira como corro viejo, mira como se saltar, mira como corro tras esa yegua y me la llevo apastar!

¿Deja que corran los potros, que ellos corran por nosotros ellos son la semilla de tu cuerpo. ¡Se feliz viejo amigo, que aquí estaremos los dos hasta que llegue el final de nuestro destino! Los dos fuimos amigos y sin decirnos a dios yo contigo y, tu con migo esperaremos a qui hasta que llegue los primeros copos del invierno y cubran nuestros cuerpos, y al llegar la primavera, yo siempre estere a tu vera, entonces iremos volando y llegaremos al cielo paseando y, allí nadas se a terminado nos encontraremos los dos tu y yo sin estar cansados y podremos galopar.

Dejame besar tu frente viejo amigo que hoy nos iremos los dos, a donde llega el olvido. se acabó viejo amigo para los dos.

Yo no te digo adiós sino que cogeré de tus riendas y ya veras que bien te encuentras y, que bien nos encontraremos en otro sueño los dos.

José Rodríguez el sevillano.EL FORJADOR DE SUEÑOS.

LUNA DE PLATA.

La Luna De Plata.

La Luna De Plata.

¡Golpe a golpe… En el silencio de la noche golpeo al yunque del amanecer…

Sólo se escucha el eco y, el chiripear del carbón de mi fragua que la tengo encendida… Y, a través de sus llamas… escucho una voz, que se lamenta y, me llama…

La luz de la fragua, proyecta las sombras de mi cuerpo sobre las paredes encaladas de cal blanca…

¡El yunque llora… Derrama su sangre cuando lo golpeo… Extraños sonidos produce mi alma… El sudor de mi frente por mi cara resbala…

¡Acero caliente saco del fuego… Ha base de golpes le doy formas al duende del alba…

Estrellas y luceros se besan sus labios en la madrugada…

La luna levanta al viento sus alas de plata… baña su cuerpo desnudo en las frías aguas…

Se mira al espejo… Peina sus cabellos con peines de lata…

Rizos de porcelana caen por su cara… Pendientes de cascabel… Diadéma de jazmines perfuman su cara…

Desnuda sale la luna, de las sombras que ocultan su cara… Sube a los balcones del cielo en la madrugada… Ella se ríe, al ver al herrero que forja sus sueños pintados al alba…

¡Carreta de bueyes de pasos cansinos, la bajan desnuda con traje de lino… Flores y rosas, tomillo y romero adornan su su cara perfuman su pelo…

¡Desnudo su cuerpo le besan sus labios los duendes de cielo… El herrero que lo ve… Se muere de celos…

¡Golpea con fuerzas el yunque de acero!… ¡Quisiera romperlo y al ver que no puede… Hiere su alma… Desnuda su cuerpo… Se lava sus ojos en el agua fría de la palangana… Enjuaga sus lagrimas que herían su cara… El llanto de fuego, martirio del alma; al ver que no puede él enamorarla…

La luna se ríe, se burla, le baila, se posa desnuda sobre las tinajas que hielan la noche al a clarear la mañana…

Él quiere cogerla, pero se le escapa… ¡Si pudiese cogerte gitana de plata! Haría con tus rizos cadenas de acero para amarrar mi cuerpo al pie de tus faldas… ¡Sería tu esclavo… Forjaría una daga y con ella, le daría muerte al corazón que te ama… ¿Me muero de celos… Lo sabes gitana… Te pones desnuda en la madrugada, cuando lavas tus pechos, en el agua fría de la palangana… ¡Grito en silencio… Mi fragua se apaga; del llanto que brota de mis ojos al ver que te marchas…

¡No te vallas luna, no te marches gitana… Si te quedas conmigo… Te haré unos vestidos con perlas de plata, Zapatos de oro, pulseras de estrellas yo pondría en tu cara… ¡No me dejes sólo… Yo quisiera besarte en la madrugada… ¡Cuando salga el día y se rompa el alba… desnudaría tu cuerpo sobre los carbones de mi vieja fragua… ¡Crearé de ti una bella hembra de raza gitana… Bailarás conmigo desnuda en la escarcha… ¡Romperemos el hielo… Beberé de tus labios… Acariciaré tus pechos… besaré tu cara y, enredaré mi cuerpo con tus rizos negros que hieren mi alma… ¡No te marches luna… Quisiera tenerte entre los carbones en los cuales forjo los sueños de mi nostalgia…

¡Quisiera besarte y, encerrar tu cara dentro de mi pecho… Para no dejarte que tú te marcharas… Al amanecer el día cuando brilla el sol en mi vieja fragua…

¡Sabes que te quiero, luna mi gitana… Si tu me quisieras lo que yo te quiero… Vivirías conmigo dentro de las llamas, las que forjan los sueños al besar tu cara en la madrugada.

José Rodríguez Gómez. Elsevillano.EL FORJADOR DE SUEÑOS.

EL SUEÑO DE UN ANDALUZ

El Sueño de Un Andaluz

El Sueño de Un     Andaluz

Quisiera soñar despierto y vivir en mi mentira, ya que si pienso en lo cierto lloro por mis desdichas. ¡Que lejana te quedaste tierra del alma mía por más que quisiera verte solo te recordaría. Blanca, bonita, graciosa en tu serranía, bañada por un río fiel Lora del alma mía. ¡Cuantos recuerdos, cuantas dichas, cuantas tristeza quedaron en ti tierra mía, tengo en mi alma guardado el sonar de una guitarra, el cantar por seguidilla y en mi corazón yo guardo lo más bello de mi vida, el recuerdo de mi madre que allí me diese la vida.

En la tierra estas guardada, donde el sol, el frío, ni el calor te da a ti madre mía ya que yaces bajo el lodo tu cuerpo madre mía. Quisiera ser la tierra  que te cubre, la sombra que te tapa, la manta que te abrigase tu corazón madre mía. Lloro y por más que lloro, nada es cierto todos son recuerdos que quedaron tan lejanos, que ni siquiera me acuerdo de tus besos madre mía.

Que lejana estas que mi corazón cansado no se si resistirá la distancia que hay entre mi tierra y mi alma, entre el llanto y la alegría. ¡Qué lejos estas tierra mía por más que yo te recuerde tú allí y yo aquí con mis desdichas.

EL FORJADOR DE SUEÑOS.

           GHOST

Ghost

Ghost

¡Tú naciste para mi… vivimos el amor!

Eres el viento que se mezcla con el aire que respiro… Sin ti o puedo vivir…

¡Amor mío… Qué será de ti si mi vida se va…

¡No, no puede ser… Acaso es pecado amarte como yo te amo…

¡Si tu cuerpo es el manjar de mi alma… Tu cuerpo es la fuente de mi vida… Sin ti no puedo vivir…

Por qué…

¡Si yo te amé con ternura…

¿Si tú la querías, porque no te hiciste hombre, en vez de quitarme la vida y, cortar el calor de mi alma y, el calor de mi cuerpo al acariciar tu cuerpo…

¡Hoy me alejas de ella… Te maldigo mil veces… Mis ojos lloran… Mi alma grita su nombre y no me oye… Porqué Señor… ¡Dame la vida… Señor…

¡Para que pueda yo acariciar nuevamente su cuerpo… Resbalar mis manos por sus pechos… Besar sus labios con ternura…

¡Somos el viento y la brisa… Somos las olas del mar… las que humedecen las orillas una y otra

vez… Dame la vida y, sino hazme viento que pueda acariciar su cuerpo… besar sus labios con ternura… Mover su pelo y, poder decirle suavemente… Te quiero… Te quiero… te quiero…

El amor es la fuente de la vida, la que te hace sentir la brisa del rocío, ver las flores del mar y sentir en tu cuerpo el temblar de su cuerpo al saber que ella te quiere…

¡Amor mio, tú serás el arco iris que recorre mi destino en este mundo sin caminos…

¡Temblando estoy de frío, me falta la luz de tus ojos, tu sonrisa… Qué será de mi en este mundo sin fin… ¡A dios mi amor… Seré para ti el calor de tu alma… al fuente de tus ojos.. . La fuente que resbala por tus mejilla doradas… La fuente de agua clara que riegue tu corazón… ¡A dios mi amor, te quiero… te quiero… Te quiero.

José Rodríguez Gómez el sevillano.EL FORJADOR DE SUEÑOS.

EL RÍO GUADALQUIVIR.

El Rio Guadalquivir

El Rio Guadalquivir

¿Quien detuvo mi mano… Cuando quise beber la ultima copa de vino, para emborrachar mi mente. Que nada grata es mi vida al vivir sin vivir como sería de mi agrado. ¡Dejadme sólo os pido que nadie siga mis pasos, que heridos están mis pies de vagar por mi pasado! El viento huele a rosas, el aire a jazmín fresco y, mi cuerpo huele a vino y amarguras de pensar de lo lejos que me encuentro! ¡Quien pensaría de mí que amargado tú me hallases, que llorando tú me vieras, y pidiendo a gritos estoy que me lleven junto a ti para que mi vida muera! ¡Que me entierren en tu orilla, a si cuando fuese arrastrado por tu corriente, sembraría toda tu orilla con la sangre de mi cuerpo y el polvo de mi mente! Siendo como soy de tu sangre y hallándome tan lejos de ti… Cómo podía vivir sin acordarme de ti.

Por eso yo me emborracho y quisiera morirme hoy ya que tan lejos estoy de ti río Guadalquivir. ¡La culpa la tiene tú lora del alma mía y tú río Guadalquivir que regates con tus aguas la sangre de mi destierro, por más que yo quiero verlo sólo me acuerdo de ti. ¡Nací en ti y, moriré en tus entrañas  igual que mueren en mi mente el ruido de tu corriente que se pierde en mi alma. ¡Cuando cruces por debajo de mi cuerpo yo sólo seré huesos y polvo mal oliente… ¿Que sera de la corriente y de mi alma vagabunda… ¿Quien posara sobre mi flores  alguna vez… los pájaros tal vez con su cantar alegren mi sepultura, ya que vivir en la locura del recuerdo prefiero yo la sepultura… Más hoy prefiero llorar junto a mi baso de vino y no acordarme de nada ni del río ni de las calles que conducen al molino, ni al olor a maíz fresco, ni del azahar de los naranjos, yo del río si me acuerdo con sus aguas tranquilas bajo el puente y, al fondo de tu corriente hay un epitafio mío. De tanto llorar por ti mis ojos yo los perdí… ¿Que más puedo perder ya hoy si borracho yo me ayo estando tan lejos de ti, de pena me estoy muriendo si no estoy junto a ti cuanto te quiero en mis sueños a ti río Guadalquivir.

José Rodríguez Gópmez. elsevillano.EL FORJADOR DE SUEÑOS.

EL MOLINO DE LOS SUEÑOS.

El Molino de Los Sueños.

El Molino de Los Sueños.

Alegrías, llantos, penas, sueños, besos y recuerdos.

¡Que más te da a ti, si tu no tienes alma!

¡Tú sigues tu rodar y, trituras sin mirar lo que yo quise guardar con el paso de los tiempos!

¡Sopla el viento sobre tus aspas y comienzas tu rodar!

¿Quien te puede a ti parar si yo muero de recuerdos?

¡Detén tu curso molino, que yo quisiera morir llorando en mis recuerdos!

¡Te acuerdas de aquella barca y del pobre marinero que mientras tejía sus redes lloraba en sus recuerdos!

¡Ya le temblaban sus manos y blanquecinos sus cabellos, él pitillo entre sus labios, apagado caía al suelo!

¡Miraba con amargura los remos de su velero… como yacían en la orilla y cómo lo pudría el tiempo!

Las olas lo acariciaban pero enterrado en la arena varado esta mí velero.

Mirada lejana tiene. ¿Qué pensaba el marinero?

Mientras tejía sus redes, sus ojos son dos regueros; corriente de agua clara , manantiales de sus sueños.

¡Detén tu curso molino y, no tritures sus sueños, que ya es muy viejo el pescador y, sólo vive de sus recuerdos!

Ya no le queda nada, sólo su viejo velero y él baúl de sus recuerdos.

Con su mirada lejana puesta en alta mar, miraba para ver si lograba ver su Anda lucía natal.

¡Sólo con recordar su nombre sonreía sin saber, cómo volver par a tras a su tierra lejanía!

¡Que vieja está mi barca y sus velas tan rajás, los remos es tan podridos y la quilla de mí barca ya no sabe navegar!

¡Sigue tu curso molino y no detengas tu rodar que harto y cansado estoy, que ya no valgo pana, que sólo estoy en este mundo y no quiero vivir lo más!

¡Tritura todos mis sueños, que podrida esta mi barca tanto más que mis recuerdos!

¡Que bella es mí Andalucía! Con mí bar quito velero, con sus velas desplegadas al viento, recorreré yo sus mares para morir por sus besos!

José Rodríguez el sevillano.EL FORJADOR DE SUEÑOS.

LA NOCHE DEL ADIÓS

La Noche del Adios.

La Noche del Adios.

¡He len… He len…He len no te marches… He len… por favor… no te marches!

¿Por que te vas… espera que amanezca el nuevo día… tal vez mañana lo veas diferente, y si no… luego te vas?

¡Recuerda los días tan felices que vivimos tú y yo… las horas de amor que pasamos… las noches de locura que vivimos en tu alcoba y todo lo compartíamos… recuerda lo!

¿O fui para ti un juego nada más… o sólo fui un juguete en tus manos… cuando te acariciaba tus pechos de fuego… o tal vez fui para ti un amor pasajero?

¡No decías que te gustaban mis canas… Que mis años no importaban… que mi amor te enloquecía…

¡Tantas cosas me decías; que yo loco me encontraba sobre tu cuerpo de seda… sobre tus pechos de plata… sobre tus labios de fuego que al besarte tus labios me enloquecían!

¿No decías que temblabas con mis besos… No decías que al sentir mi cuerpo sobre tu cuerpo tú temblabas de ansiedad y de placer cuando hacíamos el amor sobre tu lecho!

¿No decías que te gustaba mi cuerpo…Entonces… por que te vas?

¡No ves que la noche esta muy fría! ¿A donde vas… Ha otro lecho…

¿Te espera alguien… Otros labios más jóvenes que los míos…

La calle esta solitaria… sólo el viento del otoño acariciará tu cuerpo.

¡No te vallas… Seré tu esclavo… Seré tu perro fiel… Tu humilde ciervo… Pero por favor no te vallas tú sabes que yo te quiero!

¡Si te vas… Seré como una hoja del otoño, que flotando estaré sobre el frío viento… buscándote por las esquinas a gritos y… Girando en el remolino de los sueños…

Si te vas… Loco hallarás mi cuerpo… En un rincón de la calle… Gritando, cómo te quiero.

Cubierto de agua, de nieve que ya se acerca el invierno y, cubrirán mis pobres huesos las hojas tristes de mi otoño muerto.

¡Si te vas… Cubrirán tus huellas las nieves del invierno y, la lluvia borrará tus huellas del barro tierno.

¿Si te vas… Tu bello cuerpo de ninfa dejará mi alma sin tener aliento?

¡No te vallas… No ves que esta lloviendo!

Solitario por las calles iré corriendo… Gritando bajo la tormenta, se cubrirán mis ojos de las tinieblas producidas por el llanto de mis sufrimientos.

¡Correré tras de ti… y, si no te alcanzo… allí se quedaran mis sueños!

Cae la nieve esta noche tú te vas… ¿Qué será de mi… cuando cruces el umbral de mi puerta?

La soledad y el recuerdo envolverán mis labios de amargura… Lloraré como un niño… siendo el hombre que poseí tu cuerpo.

¿Soy viejo para ti… Cuando abrazaba tu cuerpo… Acariciaba tus pechos y, besaba tus labios con locura… No decías que fuese un viejo…

¿Entonces… Por qué te vas?

Dejarás mi cuerpo los surcos de mi locura… Regarán mi cara las lagrimas del tiempo… quedaré

llorando por las calles cómo si fuese un perro… gritaré… lloraré y, en mi soledad de mi aposento… sólo hallaré los sueños de un amor de barro y cieno.

¡Me da miedo la soledad… la sombra de mi cuerpo se refleja en la pared de mi al cohoba… se reirá de mi… se burlara de mis sueños… ¡Me llama viejo… y me volveré loco si no te tengo!

¿Te vas… sin decir ni a dios… no te marches… por favor que esta lloviendo…

José Rodríguez el sevillano.EL FORJADOR DE SUEÑOS.

LA LIMOSNA

La Limosna

La Limosna

¡Deme una limosna, deme una limosna por caridad, deme una limosna que Dios se lo pagará!

¡Que no las pido para mi, que yo las pido para ella, que esta enferma en la cama y, no la puedo curar!

¡Deme una limosna si hay Dios él se lo pagará!

¿Para quien pido limosna… dí me para quien… Si para quien yo las pedía, ya no le hacen falta?

¡Yo las pedía para ella y arrecía de frío en mi cama ya descansa!

¡Al pie de su cabecera de rodillas me he pazao rezando la noche entera… y al llegar la mañana al esclarecer el alba, su cara de canela de plata se convertía!

¡Que nadie ose tocarla, que nadie toque su pelo que yo sólo he de llevarla en mis brazos al cementerio y, mientras la llevo en mis brazos, yo le contaré mis sueños!

¿Por que te la llevas de mí… Porqué… si yo era su dueño… si tú la querías tanto y ami me dejas los sueños?

¡Ya te la llevo en mis brazos camino del cementerio, mis ojos la van mirando sus rizos de terciopelo y como si fuesen de seda el viento los va meciendo!

¡Que amargura hay en mi alma, que tristeza tiene mi cuerpo, la hiel se me va derramando por los poros de mi cuerpo!

Con su cara de canela sus ojos como luceros… ya no sonríe tu boca… ya no acaricias mi cuerpo.

¿Para quien pido limosnas si yo no tengo su cuerpo?

¡Llévame a mí con ella… llévame que así lo quiero… que es muy largo el camino y, descalzo va su cuerpo!

¡Se acerca la navidad, mantecados, polvo-rones villancicos voy sintiendo!

¡Yo no quiero polvorones ni pestiños para mi cuerpo… sólo quería sus labios y esos labios no los tengo!

¿Para quien pedí limosnas dime… si al despuntar el alba… Tú malditas sea tú, te llevaste su cuerpo?

¡Mil veces te lo pedí y sólo escuche de ti, el silencio…

¿Para quien pido limosnas? ¡Si yo no quiero vivir sin tener su bello cuerpo!

José Rodríguez el sevillano.EL FORJADOR DE SUEÑOS.

 

ELCANTO DE LOS PÁJAROS.

El Canto de Los Pajaros.

El Canto de Los Pajaros.

¿Qué piensas… Abuelo que estas pensando… Que de tus ojos están brotando lagrimas de colores…

Qué tu sonrisa es alegre y juvenil… ¿qué piensas abuelo… qué buscas en el cielo azul… Porqué mueves la cabeza sin hallar las respuestas de tus sueños… Qué ves que yo no vea… Que tu sonrisa se dibuja en tu semblante.

¿Qué buscas en la lejanía… Tal vez halla a lo lejos te es ten llamando… O quizás eres tú el que se esté marchando… ¡No te vallas de mi lado! Siento que me arrancan de raíz un pedazo de mi cuerpo.

¡Tú fuiste el tronco de mi vida… tú sembraste la semilla de mi ser…

¿Por qué te vas… no ves que la distancia está vacía… que no hay nadie en el ocaso… que solo es tu mente que sonríe alegremente buscando en el baúl de tu pasado?

¡No ves… no ves que estás llorando… ¿Qué te hace sentir esa tristeza… dime… Quizás sea esa guitarra que esta tocando…

¡Tú naciste en la fragua… te forjaron sobre el yunque al compás de martinetes y tarantas… tú abuelo me meciste en el sueño de tu alma… tú que me contabas aquellos cuentos de tu alhambra… de tu giralda…de tu Mezquita… de tu Alcazaba.

¡Tú que para poder soñar te escondías en un rincón de la fragua! ¿Qué piensas… por qué te marchas?

Tú naciste en la fragua… y yo nací al compás de una sardana… En esta tierra para ti lejana… En cambio para mi, aquí nacieron mis ramas y aquí morirá mi alma.

Tú me vistes crecer… lavaste mi cara… alisaste mis cabellos… forjaste mi alma… mis sueños y mis esperanzas; y hoy tu te quieres marchar con tu vieja guitarra…

¿Quizás sean esos pájaros de colores que van volando en tu alma… Oh tal vez; sea ese canto de los pájaros que con su maravilloso trinar se quieren llevarse tu alma…

José Rodríguez Gómez el sevillano.EL FORJADOR DE SUEÑOS.

EL CARMEN DE VICEN.

El Carmen

El Carmen

Carmen era de una belleza extraña y salvaje… Sus labios algo carnosos pero bien perfilados; al sonreír dejaba entre ver unos dientes blancos como la almendra desprovista de su piel.

Sus cabellos largos y negros como la noche, sedoso y brillantes como las alas de un cuervo tenían reflejos azulados.

Sus ojos tenían una expresión voluptuosa y orca al mismo tiempo.

¡Ojos de gitana… ojos de loba… dice un refrán Español!

¡Maldigo sus ojos Carmen… que locos me están volviendo con tus amores al aire!

¡No te arrime a los zarzales… no te arrime a los zarzales… los zarzales tiene púas y los velos delantales!

¡Y el fruto de tus labios rojos están manchados de sangre!

Vestida vas con mantilla … con abanico y peineta… con un cuchillo en las manos para quien se meta con ella!

¡Tu anillo yo no lo quiero que está manchado de sangre!

¡Yo quiero a otro hombre que coja el fruto de mis zarzales, sin importarles el cuchillo que yo le clavo al amarme!

Capote de roja sangre, sobre el albero teñido.

¡La noche grita tu nombre entre gritos y alaridos!

¡Carmen… Carmen… Carmen!

¡Maldigo tus ojos Carmen y, tu cuerpo tan divino… que de tus labios tan rojos el veneno me he bebido!

Las amapolas en el trigo enamoran a los trigales y, tú enamoras al duende que de tu cuerpo te sale.

¡Gitana de mis entrañas… Cuanto yo te he querido… por los besos que te he dado y por lo que yo he sufrido… yo clavo en tu corazón este maldito cuchillo.

Para que no sufra otro hombre lo mismo que yo he sufrido.

¡He matado a la rosa que brillaba en el rosal… el jardín se ha quedado triste y, la fuente sin caudal!

¡He matado a Carmen… He matado a Carmen… He matado a Carmen!

¡Gitana de mis entrañas… por ti mi sangre se rama… por ti mi vida se va… en mi… entras vestida de blanco y, sales de rojo manchá!

José Rodríguez Gómez. el sevillano.EL FORJADOR DE SUEÑOS.

        EL CABALLO DE AIRE

El Caballo del Aire.

El Caballo del Aire.

¿Por que te fuiste hermano… Por que te fuiste de casa aquella mañana?

Cunado aun no había salido el sol, cuando daban las claras del alba.

¿Por que me fui… ¡Por que tenía mucha hambre, y porque aquí no tenía ni ropa para taparme, y tenía que encontrar una tierra, si hermano, una tierra y, un lugar para alimentarme!

¡Padre no salió, ni tan siquiera ala calle, no se atrevía asomarse, ni a enfrentarse con el día, sólo lloraba y lloraba al ver que tu te marchabas de su lado sin hablarle!

¡Cómo le iba hablar si me sentía cobarde, no ves que dejaba ami tierra, no ves que dejaba amis padres… ¡Cómo le iba hablar si me dejaba ami sangre!

¿Encontraste lo que buscabas… Te quitaste el hambre? ¡Porque aquí padre lloraba y rezaba al acostarse, y yo los escuchaba lo que él le decía a tu madre!

¿Qué le decía… Que es lo que él le decía…

¡Que le decía… ¡Yo se que los hombres no lloran… ya lo se, pero no puedo dejar de llorar, no puedo dejar de rezar y, al ver que no viene por eso lloro, de tanto llamarle!

¿Donde esta padre… que yo quiero hablarle, quiero pedirle perdón, por haberme marchado yo de su lado sin hablarle?

¿Padre se fue… se fue en su caballo blanco, en su caballo de aire… él se fue a esperarte al camino, si a ese camino junto a los surcos, donde ya no vuelve nadie?

¿Por qué se fue… ¡Tu me preguntas el por que se fue… ¡Por tu culpa… sí hermano por tu culpa… se fue a la orilla del río junto al arado podrido… sí hermano junto al arado podrido de tanto esperarte… el te labraba la tierra, el te afilaba la azada para que fueses a ayudarle… y al ver que tú no venías se consumía con el aire!

¡Qué culpa tuve yo hermano… que culpa tuve, si pasaba mucha hambre!

¡Hermano y madre…¿Donde esta… ¡Madre hay en la puerta se sentó a esperarte!

¡Cómo… ¿Esas vieja llorosa que me sonrió es mi madre?

¡Sí hermano, esa es tu madre! ¿Y que esta haciendo hermano… si tiene su mirada fija en los olivares!

¿Que es lo que esta haciendo… te esta haciendo unos calcetines de espinos para que cuando tu te los pongas tu ya no puedas marcharte?

¡Mira hermano mira, allí viene padre, con su caballo blanco, con su caballo de aire, va trotando por los surcos, los que ya no labra nadie!

¿Perdoname padre… perdoname madre que un día me marche de mi tierra y hoy he vuelto a mi casa y, ya no quiero marcharme.

José Rodríguez El sevillano.EL FORJADOR DE SUEÑOS.

 

EL COSTALERO ANDALUZ.

El Costalero Andaluz

El Costalero Andaluz

Semana santa en Sevilla… Sevilla llorando esta, en silencio están sus gritos al ver la Macarena pasar

llorando por su hijo que caminado se va.

¡No llores tu Macarena no llores tu por favor que él camina descalzo y los cirios le van marcando el camino a la libertad!

En el silencio de la noche se escucha la voz del capataz, al compás de los tambores pidiendo su libertad.

¡Costaleros… Costaleros… al escuchar los tres golpes, arriba con él!

¡Costaleros a este todos por igual valientes… ¡Ahora!

¡Eso es, al cielo con él!

¡Mecerlo por Dios mecerlo… mecerlo con suavidad, que la yaga de su costado no me vuelva ha sangrar!

En el silencio de la noche se oye la voz del cristo que le dice al costalero.

¡Costaleros ayudame con la cruz que con su peso no puedo que pesa mucho el madero y voy descalzo como tú!

¿Porqué caminas descalzo… por que llevas esa cruz… por que nos miras llorando, si cien pueblos están penando y en tu silencio llorando y tú nos va condenando por el peso de tu cruz?

¿Qué culpa tiene mi pueblo de que a ti te condenaran y, que a ti te coronasen y cien látigos te cruzasen sobre tu cuerpo Jesús?

¿Qué culpa tiene mi pueblo si bajo tu paso van nuestros cuerpo, con los hombros ensangrentados por el peso de tu cruz?

¿Qué culpa tiene mi pueblo… perdonalos mi Jesús?

¡Perdona a tu pueblo señor! ¡Perdona a tu pueblo! Perdonalos… ¡Y miralos… Mira sus campos baldíos… mira sus cuerpos desnudos hambrientos y perseguidos… sí perseguidos por la pobreza …miralos como te rezan al verte llorar a ti!

Que angustia tiene mi alma, que pena y que tristeza tu en mi corazón de pobreza hay un sitio para ti.

¡Escucha como te cantan cuando te ven con la cruz! esas saeta que rompe el silencio de la noche, esas saeta que llora al llegar la primavera ellos andan descalzo a tu vera, llorando por que quisieran ayudarte con tu cruz!¿Porque no me dices nada, y en silencio tu agonía, hago yo tus penas mías ya que no quieres hablar.

¡Descalzo te llevaría por los pueblos de mi Andalucía… mirándote vida mía, por las calle de la tierra mía perdona a tu pueblo señor!

José Rodríguez El sevillano.EL FORJADOR DE SUEÑOS.

LOCO DE AMOR.

Loco de Amor.

Loco de Amor.

¿Loco… Dices de mi que estoy loco…

¡La culpa la tienes tú… Eres tú mio perdición… Eres tú mi gran condena… Eres tu como una cadena que amarra mi corazón!

¿Me llamas loco… Por qué… Por que me emborracho noche y día… crees tu que la culpa es mía…

¡Maldita seas mil veces… Eres tú quien me enloqueces… Me emborracho por quererte… No ves que me estás volviendo loco; de tanto como te quiero…

¡Loco si loco… Estoy loco… Ta ves,me río sólo… Lloro… Te llamo a voces… Corro por tu calle… Te llamo por tu nombre… Pero tú no me respondes…

¡Tú te escondes detrás de las cortinas… Me miras a través de los cristales… Me ves correr y llamarte por tú nombre… Sabes que yo te quiero y, Que por tu amor yo muero… Y eres tú la que me llamas loco…

¡Mientes tú, sí tú que escondida entre las sedas de tu alma prisionera… Tú que niegas que fuiste mía…

¿Por qué te mientes…

Llorarás en tu almohada… Caerán de tus ojos perlas de plata fina… Dirás que estas dormida… Dejarás que te acaricien… Fingirás pasión de a mor… ¡Pero dentro de tú corazón gritarás mi nombre una y otra vez… Besarás con amargura… Te acordará de mis besos… Y dices tú que estoy loco… ¡Claro que estoy loco; si bebía de tus labios el veneno de tu amor!

¡Por eso yo me emborracho… bebo un vaso y otro vaso y cuando miro al fondo de vaso… Te veo reír… Y tú te vas riendo, mientras yo te estoy bebiendo; y entonces grito tu nombre…

Y todo aquel que me escuchan me llaman loco…

¿Qué sabrán ellos de mi… Ni por que grito tú nombre… Si supiesen como eres… Nadie se burlaría de mi…

¡Grita tu nombre, como yo grito el tuyo… Dile a los cuatro vientos que tú eres mía… Que no estoy loco… Que eres tú mi perdición… que eres tú el licor que emborrachas mis sentidos … No mientas más y, cuando me veas pasar por tu calle y, tú escuches mi voz grita tu nombre… No me hagas más sufrir… Que si yo estoy loco es pos ti…

¡No mientas más prisionera… No ves que la visa es bella para amar y ser amado…

El vivir enamorado, el tener a quien te quiera, vale más que mil condenas… El tenerte para mi y saber que tú me quieres… ¡Si, si que estoy loco, pero mi locura es por ti…

¡Ya veras como se curan las locuras del amor… Dame un beso y otro beso para que todos sepan que nos queremos los dos.

José Rodríguez Gómez.EL FORJADOR DE SUEÑOS.

 

EL PRISIONERO DE AMOR.

El Prisionero de Amor

El Prisionero de Amor

¡Golondrina… Estas cansada que te as posado en mis rejas… O es que vuelas alborotada en busca de tu pareja!

¡Hallas mi cuerpo encerrado en esta cárcel de cristal… Donde mi cuerpo está preso sin tener tu libertad!

¿Oye golondrina hermosa, tú que estas libre y con brío… Quieres llevar presurosa a una princesa llorosa un beso de parte mía… ¡Mira golondrina hermosa… No le digas que he llorado… no le digas que estaba triste… dile que cunado tú me vistes era feliz como el viento y, libre como el aire… Díselo golondrina hermosa?

¡Cruzarás ríos y valles y, allí donde tú la halles dale un beso de parte mía…

¡Dile que todo fue un sueño… que no ocurrió de verdad, que sólo quise llorar por un beso de mis sueños…

Mis lagrimas en un cristal voy echando noche y día… ¿Cuando llegará ese día en que suenen para mi las campanas de la eterna libertad…

Mi corazón noche y día se marchita por momentos, sólo en mi sufrimiento en esta cárcel de cristal, donde mi vida se va y sólo queda el recuerdo de aquellos hermosos besos que en tus labios fui yo a dar.

¡Hoy fríos como el cristal y arrugados por el tiempo sin fuerza para ,mover los ya no los puedo besar!

¡Tú golondrina hermosa, tú que estas libre como el viento… Tú que te alzas al cielo… ¿Quieres llevar este pañuelo en el cual enjugue mis llanto, ya que se van derramando mis lagrimas de mi verdad?

¡Quieres volar por los cielos y, cruzar el infinito?

Allá donde el horizonte se une cielo con la eternidad… Allá la hallará llorando y dándole este pañuelo, ella sabrá que la quiero… ¡Pero no le digas que yo muero, esperando mi libertad…

¡Dile que siempre la amé… Dile que la estoy queriendo… dile que me estoy muriendo si no la vuelvo yo a ver… En esta cárcel del tiempo… Maldito sueño o querer que de amor me estoy muriendo si no la vuelvo atener…

José Rodríguez Gómez el sevillano.EL FORJADOR DE SUEÑOS.

                                              CIEGO EN LA ALHAMBRA

Dentro de las sombras que recibe mi mente, ya que mis ojos no ven, quisiera ser esclavo de mis sueños y, terminar dentro de la mazmorra que se esconden en los subterráneos de la Alhambra…

Camino restregando las palmas de mis manos por las abruptas paredes, por las cuales, camino lentamente, descalzo, sediento y triste al mismo tiempo… La piel de mis manos, derraman sangre de mi cuerpo dolorido… ¡Sigo sufriendo los días de amor que vivimos… Arrastro las cadenas que llevo en mis pies, el peso que soporto es tan grande, que las argollas me hacen sangrar y, voy dejando tras de mi, la huellas de un pasado que nada, ni nadie, puede hacer borrar de mi pasado… ¿Que pecado cometí… ¡Dímelo… ¿El amor es pecado… ¡Si es así, estoy de acuerdo con sufrir el castigo que soporto… ¡Pero si no lo fuese… ¿Por que lo sufro por dentro de mi ser, si ciego yo me encuentro por culpa de una mujer… El viento hace ruidos que hacen temblar mi cuerpo… De mis ciegos ojos, caen gotas que al chocar contra el suelo levantan barro, que en mi carne se va pegando como barro echo de fango y cieno… Si fui para ti el único amor que te ame con las fuerzas de mi alma… ¿Por que he de pagar lo que tú hiciste por dañar la… ¡Cien días llevo caminando… cien noches que no duermo… Mil horas que despierto yo camino y, no se el tiempo que dentro de esta cárcel estaré viviendo… los sueños que tengo en mi mente me hacen sufrir por el daño que soporto por tus besos… Siento el ruido de las fuentes, percibo el viento sobre mi piel y, huelo el perfume de las rosas que al querer cortarlas me clavo sus espinas en mi piel… ¡Sólo, dentro de mi mazmorra… Cruzo el tiempo en la oscuridad de la penumbra… Vago por los recónditos pasillos que me rodean y, tropiezo con las cadenas que arrastro como si fuese un criminal que cumple condena… ¿Qué condena he de pagar si de nada yo me acuerdo… Sólo en mi soledad lloro por mis recuerdos…

la noche es larga, nada hace que yo viese la luz… El tiempo que pasa sin saber donde me hallo… Ni se por que en este estado camino… Si, yo prefiero mil veces la muerte, que pagar sin haber cometido delito alguno… En la oscuras noches del invierno, cuando el frío cruza por mis huesos… El presidio deja un silencio que agranda mis delirios… ¡Estoy loco… Sí, lose… Se que estoy loco por los días, los meses y, los años que llevo encerrado en este lugar; sabiendo donde me hallo; no puedo ver los claros días de sol que queman la piel de mi deteriorado cuerpo… ¡Nadie, sí nadie se aflige de mi condena… Esperan que ruede por los suelos que dañan los pies de mi cuerpo… El ruido de las cadenas retumban en mi mente, cómo si fuesen cascadas de agua clara que humedecen mis labios ya que no son tus besos… Los que en sueño los beso y, sin ver la altura que tiene el techo que me cobija siento que mi destino se hunde en un precipicio que destruirá mis recuerdos los que ya quedaron tan lejanos que ni siquiera me acuerdo de los días que pasamos en estos verdes jardines los que hoy son mis rejas de mi destierro… ¿Hice daño a tus labios… Dañé tu cuerpo con mentiras…

¡Yo te ame con tantas ganas que no puedo saber el porqué estoy sufriendo el daño de tu querer…

Suenan, la una, las dos, las tres… Es la hora de dar una vuelta a los recuerdos que me quedan ocultos bajo mi piel… Mi mente esta confusa… no sabe el por que… Yo, tal vez recuerde aquellos días que los dos tuvimos sobre la hierva que cubría nuestros pies… Hoy sin saber que hora es, te grito tan fuerte que nada ni nadie quiere sacar mi pena para que tú puedas decirme por que me condenas si yo te amé con tanta dulzura, que pido la muerte, si no tengo otra vez, el cuerpo que me tortura sin decirme el daño que padezco teniendo mis ojos ciegos de tanto como te a me… Por ti, estoy en este encierro, penando por mis locura de haberte amado mujer; sin que tu me quisieras como yo a ti te amé…

José Rodríguez Gómez el sevillano.EL FORJADOR DE SUEÑOS.

 

¿EL AMOR EXISTE?

¡Dudas tengo de mi, si, de mi… Por qué tengo yo esta duda, cuando sé que en realidad si existe el amor… Cuando la locura se apodera de tu mente… Es cuando tenemos duda… ¿Por que de ti, con solo mirarte, tengo celos de tus ojos, de tu cuerpo, de tu sonrisa, tengo celos, hasta del viento que acaricia tu cuerpo; cuando yo, no lo consiento… ¡Dices que no hay amor; entonces, por que reviento; al ver como se mueve tu pelo, cuanto yo estoy sufriendo… Manchas rojas en mi pecho… Como rosas sobre el viento; en mi pecho se clavaron y, el dolor que estoy sintiendo… ¡Tú pasabas por mi lado; moviendo solo tu cuerpo el perfume que llevaba se esparcía con el viento… Embrujo de amor, en silencio yo lo tengo… No quiero decir le nada… Que vergüenza siente mi pecho… En mis ojos de hombre, siento la herida que cruje dentro de mi cerebro… ¿Tu preguntas si hay amor… Díselo al viento… Él sabe de estas cosas, mucho mas que mis recuerdos… Por amar a esa mujer; diez puñales me pusieron, sobre la camisa blanca y, el dolor se me manchó con los pétalos del viento… En la puerta de su casa mi caballo esta despierto; por si llegan los luceros, esos que brillan tanto cuando el cielo esta muy negro… Espuelas de plata fina, botas yo de campero.. Sajones hasta mis botas y, cuerdas de terciopelo… ¡Tanto la quise yo; que loco volvió mi cuerpo… ¡Quien di se que no hay amor; entonces que es lo que yo siento, por que, llego hasta la locura si de verdad yo la quiero! Cuando llegue la noche y salgan ya los luceros; antes de que la luna salga vente conmigo mujer, que verás como te quiero; embrujáo estoy de ti, y de mi caballo viejo… En las colinas lejanas allí te haré mi mujer; bajos los lucero negros y la luna esta noche, se ira, para no ver lo que pasa cunado tu y yo nos besamos en silencio y, ella para no vernos, se marcha por los senderos…

¡Cuando el amor se arrima a tu querer, sube y, ves… Sube, a los balcones y agarrate a los barandales del cielo y, cuando estés en la cumbre, ya veras si tu la quieres con locuras de tu cuerpo… Por qué tengo yo celos, sabiendo que tu me quieres y yo a ti tan bien te quiero… Cosas del amor prohibido cuando el amor esta por medio… ¡Tanto yo te quería; que una noche, sobre el silencio, se escucharon los jinetes que venían por mi cuerpo… Yo no le hice caso, sabiendo que yo te quiero, pero al llegar al recodo, de los caminos desiertos; esperaban que llegase para llevarse mis sueños… Ya no suenan las campanas, ni si quiera yo las siento; clavaron sobre mi cuerpo los puñales del silencio; allí quedo tendido el amor que por tus celos viví, sin yo vivir el tiempo que tuve yo entre mis brazos tu cuerpo… ¿Eran celos… Que se yo; si eran celos. Ya se fueron los jinetes se llevaron mis deseos y, al río que pasaba, sobre el agua tiraron mi viejo cuerpo… De rojo se tiñó el agua y, de luto, esta tu cuerpo; eso pasó por amarme cuando yo tenía miedo… ¿Que haces hoy mujer; otro hombre en mi puesto, si, hay que seguir viviendo… Sin tener en tu cerebro el recuerdo de mi amor que se fue con esos vientos; los que arrastra el amor cuando se teme por ti, lo mucho que te quería y aun te sigo queriendo… ¡Cuando alguien te pregunte, si hay amor en tus besos, dile que si, que rebosan de placer; por el hombre que te quiso mujer en los caballos del cielo.

José Rodríguez Gómez. el sevillano.EL FORJADOR DE SUEÑOS.

EL SABOR DE TUS LABIOS.

El triste lamento de una guitarra, hace que mi corazón se rompa en mil pedazos…

¿Sabes que yo te amé con tal locura, que durmiendo estoy llorando, despierto no soporto los ruidos y, cuando estoy contigo, con sólo mirar tu boca, muero como pájaro herido, sin tus besos no respiro… Sabor ha miel de flores, a sal marina los mares y, tu cuerpo con tu formas parece que las olas en mi barca, se hunde por tus cabales… Pájaro que llorando esta, sobre un nido de paja, sólo en su soledad el llora y ami me llama… Somos pájaros los dos; tu con alas, yo sin ellas… Tu, puedes volar y yo, me quedo en la tierra, en la que de tanto sufrir muero por una estrella que ilumina mi camino sin saber por que me lleva… ¡Silencio, por Dios, silencio… La fragua esta herida y el carbón ya no se quema… Luces de mil colores, son los que yo veo con tan sólo a ti mirarte… En tus ojos yo me miro y preso puedo encontrarme… Sobre cárceles oscuras y paredes de azabache.. En tus labios yo me muero, ya que tu, no quieres darme el sabor de tu veneno que a bueno ami me sabe… ¿No me digas tú, que no me quieres… ¡No, que eso es de cobarde… Tu, niegas que no me quieres y yo quisiera matarme… Sabrás que yo para ti, traigo tijeras, si tijeras, para matarte y cortarte el corazón que esta hecho de alambres; de alambre de acero fino y púas de cristales… Cuando yo quiero tocarlo él me saca a mi la sangre… Soy el pájaro herido que vuela sin descansar; si me paro en tus ramas ya no puedo regresar al nido que yo construyo el lo alto del rosal… Donde las rosas del viento embriagan mi soledad… Dormido quedé en mis ramas y, al llegar la mañana, quise volar y no pude, ya que mis alas partidas se negaban a volar por encima del rosal, al ver que no podía el se puso a llorar sintiendo que me quería… Yo; sin saber el por qué sobre mi rama partida quise saber el por qué el rosal de plata fina se pudo enamorar de un pájaro que trina de día a la madruga… ¡Que cosas tiene el amor, que sin saber el por qué, las rosa de nuestro amor sufren por tu querer; tu sin darles una razón, que pudiese entender, el amor que yo te doy sin recibir tu querer. Cada noche son suspiros y, los días vendavales; las horas paso contigo, son más cortas que los pétalos de estos hermosos rosales… Noche y día nos perfuman, sin un beso para darles. Tus labios están llenos del veneno que te sale; cuando yo puedo besar lo, a mí no me quitan mis cabales.

¡Loco me estoy volviendo, eso, tu ya bien lo sabes… No te importa que este loco; que no quisiera morir sin saber lo que tu vales… Gitana de mis entrañas… ¿Por qué te ríes de mi… Si, Por que… Tu sabes que tu querer… Es tan fuerte para mi; que yo piedad no tuviera, si tú te burlas de mi… con mis manos y mis tijeras cosería sobre ti una cara que supiera sonreír cuando yo estoy a tu vera…

¡Mal hiel tiene tu amor… Por más hiel que tu tuvieras a mi me sabe mejor que el dolor que tu medieras al besarme con amor siendo yo para ti un pájaro que vuela sin tener adonde ir…Son lagrimas de plata fina las que derraman mis ojos; cuando caen sobre la tierra suenan como campanas que al cielo ellos se las llevan, luego ellos las mandan de forma como si fueran lluvia de agua fina que al rosal se las bebiera…

José Rodríguez Gómez. el sevillano.EL FORJADOR DE SUEÑOS.

ENSANGRENTADA.

Tengo mis manos ensangrentadas, mis labios rajados de sed, mis ojos llorosos y, la hiel de mi cuerpo resuma un amargo sabor al estar esperando que vengas; mi piel tiembla de miedo al ver que no vienes, tardas en salir de las sombras donde escondes el brillo de tus ojos los que hacen arder mi celos. Al no poder sentir el sabor de tus labios y, poder enredar mis dedos en tren tus cabellos rizados con el viento que oculta la noche entre los matorrales, que cerca del río se escucha el agua, como arrastra mis celos. ¿Que hay en mi alma, se ocultan mis miedos y, sin nada que cubra tu cuerpo que sale desnuda detrás de un charca que envuelta de hinojos de flores silvestres perfuman tu cuerpo que al mio enloqueces? ¿Cuando vendrás, cuando tendré tu cuerpo debajo del mío y resbalar mis manos con miedo para que el duende que está escondido entre las ramas que rozan el agua nos ve con envidia el amor que nos une sin miedo a tenerte? Dos razas distintas separan tu cuerpo y el Mio, no puedo dejar de quererte; no quiero que nada ni nadie separe mis labios de los tuyos, el viento arrecia sobre el lecho de hiervas, tu cuerpo suda de placer al sentir mi boca en tu boca y tus pechos enredados en los bellos de mi pecho, la semilla de mi cuerpo inundan tu vientre y germina en tu cuerpo de tal forma que nada ni nadie podrá separarnos y estaremos viviendo en los bosques del monte con una choza de ramas de flores que perfuman la noche que sueños tan dulces tendremos los dos; cuando amanezca el día será tan hermosos que el canto del viento nos verá dichosos, nada nadie encontrará los rizos movidos por la brisa del día y, cuando las estrellas nos digan la noche será para mi la dueña del cielo cubrirás mi cuerpo con tus pechos desnudos y durante la noche estaremos unidos por millones de besos que resbalan por mis labios sedientos de amor. ¿Dime sangre de mi sangre, que quieres que traiga, luceros y estrellas; y las ponga en tus cabellos como una corona que adornan tus rizos de cielo. Besando tus senos embrujan mi cuerpo que siendo tu dueño no tengo sosiego de noche no duermo. ¡yo cuido tus sueños que al sentir como tú respiras con eso me quedo, dormido a tu lado esperando el día y estemos de nuevo viviendo el sueño perdido que tienen tus besos?

Besos de sangre me saben tus labios, locura del tiempo que ocultan mis sueños, tristeza de duende que persigue mis pasos al ver que te tengo viviendo con migo y dentro de tu cuerpo nace la semilla que germinó una noche estrellada en el silencio de la noche y, el remansó de río que arrastraba mis miedos nos tiene viviendo dentro de una choza que florece la vida y siendo pequeña nadie sospecha que tengo en mi cama al duende del cielo y tanto me quiere que siento por dentro un rey gitano, que cuida de ti con miedo y con celos, sabiendo que cuando llega la noche yo pienso en los duendes que vendrán a robarme lo que yo más quiero.

Rayos de luna, escarchas de hielo, piel de platino resbalan mis manos sobre tu escurridizo cuerpo cubierto de escamas de bellos colores y dentro de ti encuentro mis sueños. ¿Cuántos días separan mi vida de ti, cuántos días viviremos el sueño, cuantos serán para mi sin ti no soy dueño de nada que cubra mi lecho de fuego?

Fui rey de ti, dueño del cielo y todo cuanto nos rodea era tuyo y. ¿Yo que soy para ti gitana de sangre con mirada de cielo, tu embrujo me arrastra de tras de tus besos cuando tu no estés que será de mis sueños perdido en la montaña que tuvo tu cuerpo. Cubrirá la cierra la sangre de fuego vengaré tu vida con mi recio cuerpo y al despuntar el día yaceré despierto mirando al cielo que se llevo mis besos. Maldigo al tiempo que duró mis sueños ya que todo era falso era solo un sueño que sangraban mis venas al besar tus besos. Ya nada me queda sólo el triste pensamiento que bello fue todo aunque fue muy corto mi sueños despierto.

El día que viniste al encuentro escondida en sedas negras para que nadie viese tu cuerpo desnudo tembló mis manos, temblaron mis miedos, yo sabia que aquello no era verdad sino un dulce sueño. ¿Porqué el embrujo de tus labios gitana… ¿porqué medisteis entierro y, hoy me dejas dormido junto al río el cual se llevó lentamente nuestros sueños?

elsevillano.EL FORJADOR DE SUEÑOS.

¡VETE DE MI LADO.!

¡Vete; sí, vete, que mis ojos no te vean; no quiero verte, ya no siento por ti lo que antes te decía…

¡Todo era falso y, mi amor, nunca te correspondió… Te estuve mintiendo cada segundo de mi vida…

Fuiste un juego para mi; tú pensabas que yo te quería… En cambio, yo me reía de ti cada momento…

Yo he sido una mujer en la cual tu no fuiste mi primer amor… Me burle de ti y, hoy me siento orgullosa de haberlo echo… No eras lo suficiente hombre para poseer mi cuerpo… ¡Lo siento mucho pero has de ser más hombre todavía de lo que eres en la actualidad… ¡Mientes, sí tu me mientes, lo que dices es mentira, jamás tuviste a un hombre que te amase más que yo… ¿Por que te mientes… no ves que hieres mi alma, estas loca, si loca de remate… ¿Que hombre estuvo antes que yo sobre tu cuerpo, dime… ¡Como te atreves a decirme que no me querías; tu cabeza esta loca, si loca de amor por mi cuerpo… En cambio, hoy, dices nada más que locuras… Quizás la noche se ha burlado de ti; hoy al despertar del día, tu mente se a nublado de tus sueños y, ahora me dices que ya no me quieres… ¿Que quieres que yo haga en estos momentos; quieres mi vida, mi cuerpo, mi corazón… ¡Dime: que es lo que tu quieres de mi… Acaso esperas que me envuelva en la locura… Que mis ojos no te vean… ¡No puedo hacerlo, no, tu besaste mis labios, me entregaste tu cuerpo; ahora, mientes, si, Creo que tu te has vuelto loca; sabes, que encima de tu cuerpo, yo, sobre peces de colores se resbalaba mi cuerpo, al sentir como tu boca jadeaba… Tus ojos no me mentían, eso lo se; tú no me puedes echar de tu lado, así como así… ¿Te acuerdas de aquel día, en que nos vimos los dos, a la orilla del arrollo con sus aguas cristalinas, él, se reían de nosotros; te acuerdas, al vernos allí desnudos, hacíamos el amor bajo la sombra de un árbol que cobijaba nuestros cuerpos; como si fuésemos duendes… ¡No te acuerdas; yo se que era cierto, mi cuerpo al ser la primera vez, me sentía turbado por tu lindos movimientos… Hoy me dices que todo fue un sueño… ¡Cómo se puede decir que no es cierto si entre tus piernas de escamas se resbalaban mis besos… No tenía nada que perder, todo bajo de mi te sentía eras mía y, yo sintiéndote a ti, bajo las escarchas del día… Durante toda la noche cien veces te enamoré, cien veces hicimos el amor, cuando los luceros se marcharon al a clarear el alba tú dormida estabas bajo mi cuerpo de hombre; el que a ti, te cuidaba como si fueses mi dueña, hoy, me doy cuenta de que en verdad estas loca; cuando me dices mentiras, y de mi, te vas burlando… Cada vez que tú me vías, se te hacia un dolor en tus entrañas y, al besar mi boca tus labios se convertía en un manantial de agua clara que corría como el viento del amor; que acaricia tus encantos cuando yo te poseía… ¿Te vas; estas segura que fui yo, crees que cuando otro hombre este sobre tu cuerpo el hará sentir más amor que con el mio… Peces de mil colores, los que el arrollo llevaba y, la corriente te daba, el sabor de nuestros besos que a menta saboreabas… ¡Ahora dices que todo era mentira… Si así, fuese cierto, yo, tu cuerpo mataría, por reírte ahora de mi, cuando yo, más te quería… Enredado en tus cabellos hechos de hierro negro peinados con peines de plata fina; las estrellas iluminan nuestro sueños noche y día… ¡Cómo quieres que te crea si sólo dices mentiras… ¡Deja que te acaricie, yo he sido tu hombre quien te quiso con locura… ¿Te vas; seguro que te saldrás con tus mentiras de mi… Crees que si, no lo creo ya que si te alejas de mi seré para ti, una sombra en la noche; una estrella sobre el día, y cuando tu te marches, me veras todo los días… Llorando en tus esquinas y gritando noche y día, para que todos sepan que si yo loco me hallo; tu estarás siempre al lado mía?

José Rodríguez Gómez. el sevillano.EL FORJADOR DE SUEÑOS.

EL JARDINERO DE LOS SUEÑOS.

Era el jardín de los sueños: Estaba llenos de flores tan bellas que el pobre jardinero, no podía escoger entre ellas, ya que eran de tal belleza y tan grande su alegría; que él lastima sentía de verlas sufrir entre ellas… Él no podía excluir a ninguna, si una era bella, la otra aun más bella…

Sus perfumes eran tales, que dentro de aquel jardín el viento que penetraba se salía embrujado del perfume sosegado de las rosas del rosal. Su mente estaba al borde de la locura… Lloraba, reía, cantaba, ni él mismo sabía como vivir más feliz que él solo quería vivir en aquel lugar de ensueños donde todo los empeños del pobre jardinero; que al tocar casi el cielo entre nubes de colores se sentía en los cielos… Se volvía en su mente y, lloraba dulcemente, sin saber por que lo hacía …

Su vida siempre estuvo con ellas, las regaba, las cuidaba, y si una rosa sus pétalos se le caían, él lloraba sin saber por que; su vida se le rompía cuando la rosa se fue… Con tanto amor y tanto esmero cuidaba él jardinero a sus flores de sus amor; a todas él las quería por igual; así ninguna se podía enfadar; a todas las quería; fuese de noche o de día él sentía por igual… Fueron pasando los años y ya viejo se veía; pensaba y entre si decía… ¿Qué serrá de mi cuando de viejo no pueda cuidarlas con el mejor de mis esmeros… ¡Mis fuerzas no me acompañan y la vista me da igual; con sólo tener sus olores yo las puedo recordar… ¡Si mis ojos ya no ven el color de las estrellas… ¿Que será de mi sin ellas si ya no sirvo pana… En el centro del jardín una fuente de cristal, reía con su cantar con los lindos pájarillos que se posan en el rosal… La fuente con su caudal regaba las raíces con el llanto de sus caños, a las rosas las tenía tan frescas noche y día, por si decían las flores, al ver su fuente de cristal… ¿Que pensaba él jardinero… Qué pensaba… Si lloraba sin saber por que él sentía un gran dolor dentro de su corazón… Ya sus manos temblorosas y, al cortar sus hojas muertas, sin saber, ni ver lo que ya hacía… los tallos él confundía y la rosas se caían de sus tronco principal…¡Cuanto llanto, cuanta pena, al ver su rosa morena destronada del rosal… cogerla ya no podía, sus huesos se le rompían de ya tanto trabajar… Las platas con sus manos de cristal, sus uñas hechas de acero con ellas hacía el agujero para plantar sus flores y, con sus lagrimas de colores las regaba cada día y, al amanecer del día él a su vera estaba, para verlas con los sueños de sus ojos el las veía como crecían… A si era su vida cada día, hasta que llegó su hora y se tuvo que marchar… Se te5rminaron mis sueños en este jardín florido, ya los pájaros se han ido y, no se escucha el trinar… La fuente se fue agotando y ya no pudo regar sus flores y, los chorros de colores se fueron con su caudal… El jardín con sus deseos y sus sueños de verdad, se terminaron mis sueños yo también me he de marchar; aquí entierro mis recuerdos y las flores que cuide; ellas también se fueron y yo me marcho con ellas…¡Que no quede ni una huella, que yo la quiero enterrar, ni tan siquiera sus hojas el viento pudo llevar… ¿Quien cuidará de ellas cundo yo me halla ido; la lluvia, con sus suspiro tal vez la quiera sembrar… ¡Cuide con tanto esmero que ya no tengo pañuelo para secar mis regueros con su agua de cristal… Un día se marcho; ya se acabo su vida y, su viejo cuerpo y sus rodillas ya no resistían más… Estando el sol sonriente, pero, se secó la fuente él también se fue a llorar… ¿Que será de este jardín , donde las rosas reían, y los pájaros cantores se bañaban con las flores y sus plumas de colores el perfume de las rosas no se les podía quitar… ¡ Se terminaron mis sueños; yo aquí fui aquí fui su dueño, pero ya no puedo más… Que aquí me entierren; en este jardín florido, donde las flores vivían cuando todo termino… La luz ya se marcho, la noche cubrió de negro… Todo quedó en mis recuerdos y nos marchamos los dos… En mis manos yo llevaba una rosa colorada que de tristeza lloraba, al ver, que ya no vivía en aquel jardín de flores; El cielo tenía un lugar donde se podía oler a sus rosas tempranas y, con su cantar primorosos a los pájaros escuchar…

¡Aquí terminan mis sueños del jardinero de amor… Yo termine mi trabajo que el propio cielo me dio…

José Rodríguez Gómez. el-sevillano.EL FORJADOR DE SUEÑOS.

TUS LABIOS.

Tiño de rojo el al vero: Son tus labios dos luceros que darán la muerte al toro que hoy pise tu ruedo… Claveles rojos sobre tu cara morena; igual que la Macarena, vestida va con encajes, lleva ella su traje de colores macarenos… Mujer de tallo con garbo… ¿Donde esta tu caballo que te trajo al cocío… ¡Por que me preguntas tanto si mi cuerpo solo es mio y, si quiero yo ver esta tarde al torero que me quita ami el sentío… ¿Que importa que yo venga a este ruedo; a compartir mis desvelos por ese torero mio… ¡Silencio, por dios silencio, que ya suena el clarín que da paso al toro que esta tarde va salir… La plaza quedo en silencio viendo al toro correr y, levantar la arena que el capote esta esperando entre barrera para poder arrancar lo pases a esta fiera… Un joven torero sale del burladero con el capote ten-dio; Paso lento, firme, sobre la arena sus zapatillas negras se encamina en busca de ese toro que le quita con su mirada el miedo que a sentío… ¡Vamos, torero vamos, que se muestre tu valía; que sólo estas ante el toro que te dará la alegría, de ser el más grande esta tarde en la corrida… El capote levantado, en silencio, él camina; sus huellas se van quedando sobre la arena tan fina… Él toro lo esta mirando con la cabeza escondida; sus pezuñas escarbando, esperando la embestida, el capote sobre la arena y ese toro que le embista… Un lance por chicuelina se luce ese muchacho en la plaza de Sevilla… Uno, otro, y el de pecho levantando el capote por encima: La plaza en pies se ha puesto, al ver, que en Sevilla a nacido un torero, que lleva la gloria encima… ¡Ole, ole, se haya ante el toro, lo mira, con suavidad sus manos acarician sus rodillas… El pitón sobre la tela, del capote que lo mima… En el centro de la plaza en cara al toro de su vida, tiende el capote en la arena y desde le jo lo anima… ¡Ége, toro, ége, envite por caridad, te suplico madre mía, que yo quiero esta tarde escribir mi letanía… En esta plaza de oro, en esta plaza bendita quiero quedar en los anales de la historia de mi vida… ¡Mira, toro bonito, en ese parco de barrera esta la morena mía, que lleva entre sus manos la montera de mi vida… Un manto de oro, bordado, puesto por mi alegría, su cuerpo de plata fina, mirando sólo mi vida… Un silencio se avecina; el toro lo esta mirando y comienza la corrida, un pase,otro ,otro y la plaza esta encendida los oles se escuchan lejos del alma mía… ¡Un grito de dolor se escucha sobre el tendío, se ha quedado en silencio esta plaza de Sevilla… Él joven esta clavado sobre espadas y serpentinas, tan finas como alfileres, qué poco, a poco dejan salir su sangre, ya termino la corrida… Ya nadie mira a la hembra; nadie por ella suspira ella se lleva el luto, que cubre su cara fina… ¡Antes eras Macarena, ahora Tríana te llora; como llora Sevilla; que lejos estas de tu tierra, para eso tu viniste, a ver tu cuerpo tendido sobre la arena dormida los ángeles te llevan en hombros llorando por toa Sevilla… Labios rotos de sangre, roto por la desdicha, rotos por el amor que ella le diera en vida… Ya se han roto sus labios, esos de roja sangre, que antes de mirar al toro levantaba la envidia; de todo el que la miraba viendo se en la deriva,, ella llora en silencio, ella se queda dormida, nadie le da el luto, que le lleva en sus costillas… En su vientre de colores esta sembrado de las semillas, en silencio sale del ruedo y camina de rodillas…La Macarena la mira, ella tan bien le llora a verla salir de rodillas… ¡No llores mujer morena, de los labios ensangrentados, que siento mucho su muerte, en la plaza de Sevilla… ¿Cuando te pongas de luto, tu pelo esta revuelto por por el llanto de este viento que te sopla tus mejillas… Capote de roja sangre, por qué, si ella era su novia y tu, te llevas su vida… Las campanas ya se escuchan, llorando van de rodillas, el viento las va meciendo repicando con la sangre de ese hombre que quiso ser, en esta tierra extraña, el duende de su valía…

José Rodríguez Gómez. el sevillano.EL FORJADOR DE SUEÑOS.

                            VOLARE :SI PUDIERA AMARTE: VOLARÍÍA

¡Si pudiese amarte, volaría… ¿Cómo se puede volar; si tengo los pies clavado en la tierra; si, se que mi cuerpo no puede moverse; pero mi alma vuela por mi… ¿Cómo se puede volar sin alas, sin sueños, sin tener a quien te quiera… Estar sólo es vivir dentro de una oscuridad, que no te deja dar un sólo paso que no te lleve a la deriva… Pienso en las noches oscuras las que truenan en mi alma dentro de la soledad de las sombras… La tenue luz que me alumbra, refleja mi cuerpo sobre las paredes de mi alcoba… Hasta mi sombra tiembla de miedo; algo le dice que sera una sombra que vagará en la soledad de la vida… Yo me pregunto: ¿por qué; por que he de tener miedo de mi mismo… Si nada ni nadie hay tras de mi… Es solo el resplandor de la lampara que ilumina mis escritos, yo busco entre lineas a alguien que se apiade de mi… ¡Nadie… El sabor de unos besos, que ya no recuerdo, nada queda de ellos; es tan viejos, hoy no se puede pedir a los sueños que se apiaden de ti… Hasta los sueños que antaño eran gratis, hoy se pagan con dinero… Recuerdo un día de invierno; que al salir a la calle, llovía, mi cuerpo se mojaba sin saber que camino tomar… El viento levantaba las hojas del triste árbol que sobre el suelo se hallaba… Era arrancado de raíz y, sus marchitas hojas, mustias estaban al no tener la sabia que le daba la vida… ¡Es triste la soledad; si, así es… Si nada tienes nada puedes buscar… ¿Quién será mi compañera cuando llegue la noche; la soledad de mi cama se hallara solitaria y fría… tapare mi cuerpo con las pobres mantas que arropan mi lecho, daré mil y una vuelta sobre mis recuerdos y pasarán las horas lentamente hasta que llegue la luz del día y habré pasado una noche más dentro de las sombras de mi cuarto… ¿Cantarán los pájaros por mi… Se ará de día cuando yo cruce la calle y, el sol, dará halas a mi alma solitaria… Pensaré y, en silencio, he de llorar sin que nadie se fije en mi? Es otoño; las hojas caducas se arremolinan en un rincón de la calle; gritan con la tristeza, desean vivir, si, sin vivir como ella desearían… En silencio, presencio el remolino que el fuerte viento está juntando alas almas solitarias que se hallan en el rincón de la calle… Las lluvias del otoño, pudrirá las huellas de un pasado, del que nadie puede saber el por que su estado se ve arruinado por culpas de un amor que no se dejo amar, que no quiso ver que tu, si, tu, eras la persona que durante las largar horas de la noche, la tenías presente ante ti… ¿Ante ti; no, eso no es como tu lo dices; es mentira, sí mentira; nadie estaba conmigo… Recuerdo los besos del viento que te besaba cuando el quería; mientras yo, pasaba desapercibido por tu vera y tu no mirabas ni tan siquiera sobre mi sombra… ¡dicen de mi que soy un vagabundo… Que siempre sonrío por las calles dentro de la soledad de los hombres… ¿Que puedo pensar… El amor, al cual yo quería tanto me dejo por otro hombre más joven que yo… Mi cuerpo se arruga, viendo los años que refleja el espejo de mi alma… ¿Solitario vivo, si, estoy entre las sombras de la duda, entre el día y la noche, entre la lluvia y el frío del otoño muerto que me ha tocado vivir… ¿Volaré… Cómo; si mis halas ya se fuero con mis sueños… Cómo podría volar si el vuelo en vez de subir caigo por una tremenda cascada que deforma mis pensamientos…¡Que destruye todo atisbo de mis recuerdos sin que pueda recordar aquellos días felices en que tu y yo eramos uno solo… Cuantos sueños quedaron en mi baúl, escondidos entre los trapos viejos que se amontonan tapando aquellos días del triste invierno…Tú puedes decirme que vuele; cómo, si ya no queda ni las sombras de mi cuerpo, si están tapadas por un barro viejo, el cual apesta a podrido, y encerrado entre las raíces de un ciprés, que es, mi triste carcelero… ¡Tú de pies; mirando para el suelo; yo enterrado bajo tus pies sin poder mover un solo dedo… ¿Hoy vienes a verme; si, para que, ya no vivo como antes, estoy muerto, ya mis huesos se pudren enterrado por tus besos… Recordando tu querer, fue tan frágil, que ni siquiera me acuerdo de los besos que te di cuando yo vivía despierto… ¡No me traigas flores, se pudren y tu no as vuelto y, ahí se quedara tus flores la cuales se las llevarán los vientos… ¡Vuelo, ahora si que vuelo; mira como vuelo era fácil solo tenías que soñar despierto y ya ves vuelo sin que tu me acompañes… ¿Para qué vuelo, si ya no tengo a nadie donde posar mis labios viejos…

José Rodríguez Gómez el sevillano.EL FORJADOR DE SUEÑOS.

          Lagrimas de cristal.

De mis ojos salen lagrimas de cristal: la cuales al salir de mis ojos dañan la piel de mis mejillas… Los surcos de mi cara reflejan la dureza de la vida… El recuerdo de los años, hace que uno sienta la tristeza del corazón, el cual se va quejando al ver los hechos ocurridos en los años pasados… ¡Nada puede escaparse de la vida; nada, sólo el recuerdo deja la huella de los sueños, esos que antaño recordamos con tristeza y, no podemos borra de nuestra mente… ¿Qué sera de ellos; solo en la soledad de los recodo del camino dejaremos de soñar; con el canto de los trinos que se quejan sin saber, por qué, ellos cantan sin querer y de su pico platino salen cantos que al ser escuchados por los duendes alegran al peregrino de la soledad del silencio… ¿Cuantas veces escuche aquel cantar tempranero que hacía un jilguero al amanecer del día… El agua corría sin freno por los arroyos de la montañas, al ver mis ojos con que claridad tenían sus aguas, si tener sed, bebí de su caudal… Refresque mi sed y emprendí mi marcha sin saber adonde ir… Perlas de cristal sentí brotar y corre por las huellas de mi cara, ya marcadas por los años vividos… ¿Que son para mi, tener la vida cansada, mi cuerpo dolorido y, mi alma pasajera, busca una compañera que quisiera vivir con migo… ¿De donde salen quisiera saber… De donde, salen y por qué; pueden unos ojos tristemente arrugados; darle perlas al pasado sin saber, si los años ya pasaron y, su cuerpo muy cansado ya no puede caminar… Si son perla de cristal; con ella quiero crear un collar de perla finas y, colgarlas de tu rosal que perfumaron mi vida sin saber por que te fuiste de mi y dejaste mi destino sin un camino real… ¡Pesan mis pies como si fuesen de barro, las huellas que van dejando ellas, hablan si saber el por que camino sólo, sin sentido, sin saber el por que no estoy contigo… Llorare, dejare tras de mi el recuerdo de un pasado, del que nadie a escrito en los libros del querer… Él sabio me pregunto; por que estaba llorando y, al sentirme llorar y que de mis ojos brotaban perlas de cristal tan finas… No podía comprender que de mi saliese aquel licor que emborrachaba mi mente… Él miro entre sus libros; al ver que nada halló, me dijo sin respuesta, que él había sido igual que yo, caminado sin destino por culpa de un gran amor… ¡Solo el viento contestó; tú, igual que yo, estarás viviendo tus penas hasta que llegue el día que tu no puedas más y, en un rincón de tus sueño, allí quedará el dueño del pecado por amar… ¡No se más de esas cosas, yo ciego me quede de buscar entre mis libros los sueños de un gran querer… ¡Sí ciego leo y camino, cómo, que se yo, pero al no tener ya que ver ni en los libros del querer ellos ya no quieren estar con migo! Camino por los senderos oscuros pidiendo clemencia al cielo, que recoja ya mis restos, que no quiero vivir siendo ciego, en este maldito camino, que he de seguir sin vivir, como quisiera vivir… Soy viejo, ya lo se, pero en mi interior queda la juventud de los sueños, de los cuales yo, soy su dueño… Cómo podía dejarlos tirados por los senderos, si aunque yo sea tan viejo, la sonrisa de mi cara se refleja en mis ojos, ya triste, sin decoro, reconozco que estoy loco, al pensar que aun soy joven, ya ves, que mi mente me aturde sin saber por que yo sueño con ellos; que sólo es la llama que quema mi cuerpo al llegar la mañana… Hoy al salir el nuevo día, ya no son mis lagrimas tan claras, se han manchado de barro de mis sueños… Tú dices que no estoy cuerdo, ya lo se, pero que le puedo hacer al destino de mi alma… ¿Dímelo; si tu lo puedes saber, el por que de los años vividos sin tener a ella conmigo si

llorando la deje… Ya no lloro, ya no sueño, ya mis ojos se secaron, los ríos se secaron y no corre su caudal el que antaño se podía beber de sus aguas cristalinas que de mi cuerpo salía aquel rico manantial…

José Rodríguez Gómez. el sevillano.EL FORJADOR DE SUEÑOS.

  MIS RECUERDOS.

En esta poesía verán, que tiene un deje andaluz: muchas de sus palabras están escritas de esa manera por el autor de la misma… Para que ustedes la lean con el respeto que yo al escribirla he puesto mis acentos como estaba a costumbrado.

Hoy soy viejo: ¡Si, soy viejo, ya se que mi cuerpo se arruga de los años que yo tengo…

¿Por qué se terminaron mis días de juventud… ¿Por qué, que locura cometí… Quien me dijo que naciera… Quien me hizo a mi crecer… Si nada nada hubiese pasado;sería tal vez…

¡Ya no recuerdo el pasado… Sólo en mi destierro descubro que han pasado los años de mis desvelos… Ya mi cara no son ríe, de mis ojos brotan llantos y, de mis labios resecos sonrisas voy regalando sin saber por que lo hago ni por que te estoy hablando… Mis cabellos plateados… Mis pitillos se caían de mis labios ya rajáos… Sobre mi frente mojados los rizos se van de lado y, ya no quiero peinarlos que me importa sin se caen, ya soy viejo y, si no tuviese pelo; pa que lo quiero si me muero por ser viejo y mi tiempo ya a pazao… Vara, de castaño viejo… La llevo yo de callao… Al levantar mis pies me veo que yo camino descalzo por los sembraos… Tiemblan mis manos por viejas; ya lo se, si, que me tiembla y cuando quiero recordar los días de mi pasado; ni la pluma se sostiene y el papel que ante mi lo tengo, ni lo veo y, no se, si era blanco o de amarillo pazáo… ¡Cojo mi pluma temblando, ante el papel desdoblao… Quiero recordar y no puedo… Por qué me siento canzao… Mi mente se a dormido sobre la mesa de trapo; él candil esta temblando y, la tomiza quemando por el poquito de aceite que lentamente se va gastando… Las sombras de mi esqueleto se reflejan en las paredes descubiertas de ladrillos que la cal ya sea rajao… Esconchones en toa partes y, los palos requebraos… ¡Si se cayese la casa y, me pillara canzao; que alegría mas grande… ¡Que nada quede de mi, ni tan siquiera los sueños, que un día tuve por ti… Hoy se los días; los tengo mu bien contao, el armanaque en la pared, ni lo veo y para que, si ya no quiero yo verlo paque lo quiero muje… ¡Antes tuve como tú, labios rojos de amor… Hoy los tengo tan rajaos que no puedo sonreír por que los tengo quemao… ¡Como un silla de anea que los palos se han partío del peso de mi pasado… Que es mucho lo que e sufrío y se han rotos por ser viejos y, los tengo remendaos… ¿Te acuerdas cuando eras joven, en la sombras del parrao; allí los cinco chiquillos por el suelo ellos sentaos… En la meza de camilla y el bracero apagao no teníamos ni frío, con gazpacho en el lebrillo y las cucharas de lao… ¡Come tú primero, que tú tiene tu que ir, al campo con el ganao… ¡No, que coman ellos primero y, si queda eso nos lo comemos los dos aquí sentaos… Si es que zobra, y si no, ya hemos comio; todos y los niños los primeros, que nosotros con verlos ya estamos acostumbraos, de comer, lo que les sobre y, si no, nos acostamos en nuestro colchón de piedras con almohada de tirajos y, las mantas de estropajos, que mi cuerpo yo lo tengo mu cansao; de vivir sin tener para que ellos coman y se marchen a cualquier lao… ¡Que se hagan unos hombre y que ganen con el sudor de su frente el dinero que han cobrao… ?Te acuerdas de aquellos tiempos, muje, te acuerdas de aquel pasao; eramos tu y yo tan jóvenes que no nos dimos ni cuenta, como el tiempo ha pasao de lao por nuestra vera sin sentirlo, ni cuentas nos hemos dao… ¡Hoy solos quedamos los dos, tu de enfrente y yo a tu lao nos comeremos las sopas que tu has cocinao pa que nos caliente por dentro que hace ya mucho frío y tengo er cuerpo destemplao… ¿Y tu, cómo te encuentras, no me dices como estas, ya casi no te veo vieja, eso por que será… Si er mismo día los dos, eramos jóvenes y, ese día casaos hoy no recuerdo al cura pero creo que se ha muerto de tanto decir la misa que se hacen por los cuerpos que se mueren e na moraos…

José Rodríguez Gómez. el sevillano.EL FORJADOR DE SUEÑOS.

 LA GUITARRA

¡Ya no quiero tocarte más… ¡No quiero… Que su cuerpo ya descansa en un colchón de farfolla… ¡Al llegar la mañana de su cara tan bonita su boca se ladeaba… Le caía la saliva de sus labios, esos que con locura yo besaba… ¡No quiero tocar tus cuerdas… ¡No quiero… Ya, que cada vez que te toco, recuerdo con tristezas cuando su cuerpo abrazaba… ¡En un rincón de mi cuarto, en la pared recostada, tu me miras en silencio y, yo no quiero tocarla… ¡Maldita seas mil veces… Maldita seas… Tus cuerdas guardan silencio en mi alma desgarrada… ¿Yo no se… De quien es la culpa… Tuya… Con tus sonidos de lamentos ella se cimbreaba… ¡O era yo… Que al tocarla, mis manos ya me temblaba… Al ver como sus manos al viento acariciaba y su cara de rosada fina los duendes se la llevaban… Para que ella en cielo con alegría bailara… ¡Ya no se ríe tu boca… Y con tus pechos de plata… Tu cuerpo ya no se mueve en tu colchón ya descansas…

¡Cuando llegues a los cielos y te digan si tu bailas… ¿Que dirás… Te remangaras tus faldas… Alzarás tus manos al viento como palomas de plata… ¿Que haré yo mientras… Lloro…¡Dime… Que haré.. Mientras tú bailas… Seré, un pájaro herido, yo romperé mis alas… Me elevaré a los cielos donde las nubes me tapan; allí, esconderé mis tristezas y nadie verá más mi cara, ya que estando yo sólo, no quiero que nadie te llame, que nadie me diga, que tu pelo se mecía con el viento de tus faldas.

¡Qué culpa tuve yo, si al despuntar el alba, ya lloraba mi guitarra, que sabía como estabas… ¡Fue ella, la que me dijo, que se moría tu alma y, al tenerlas entre mis brazos se rompía la guitarra… ¡Llantos fuegos, penas, lagrimas y, dentro de mi corazón la sangre se derramaba! Los gitanos de las cuevas llorando se peleaban y, con navajas de acero querían romper mi alma… El llanto de mi nostalgia se estremecía al silencio… se rompían las escarchas, las noche se hacían día y las sombras madrugadas. Los luceros de la noche, de fiesta están con tus alas… ellos dicen que tu eres una hembra de pura raza… A ti te llaman gitana, la de las plumas de plata… Con tu bata de lunares y, tu corpiño de nácar, se enamoran los duendes al ver tu cara de plata… El sacro monte de luto, la giralda, ya no suenas sus campanas… La Alhambra esta llorando, los jardines están marchitos, los rosales con sus rosas sus lagrimas se derramaban… El viento de las desgracias ha inundado mi nostalgia, ya no me queda un lugar, donde mojar con mis lagrimas… Guitarra de mis pesares, guitarra de mi condena… ¿A quién le echo las culpas si por ti murió su alma… Entre sombras de la noche quisiera perder la calma y, cuando salga el día mi cuerpo ya descansara y los gitanos del puente, al arroyo se arrojaban… Al verte pasar a ti en tu caja de hojalata… Tus rizos eran de seda y, tus peines te peinaban, se le rompieron las púas, en las fuentes del aljibe ya no se llenan de agua… Ya no se peinan mi niña, ni se lava ya su cara… Su cuerpo sobre los hombros de los gitanos del alba, que llorando van por ti por las calles de Granada; con tu caja echa de lata. Repujada de oro fino que los judíos te labraran, te hicieron a ti una mantilla con tantas flores, que al verla los luceros sus luces se apagaban… De pena que se cubrió la noche oscura esta tu mortaja… la tierra que a ti te cubra que me sirva ami de cama… A si estaremos juntos, yo llorando y, de rodillas estará mi alma, rezando siempre estaré hasta que dure la noche y amanezca la mañana, el día que tú y yo, de la mano te llevara… Descalzo ellos caminan, el silencio se cortaba y, los niños por las calles las flores te arrojaban… Se cubrió tu cuerpo de pétalos de de rosas blancas y, de geranios tan rojos que el suelo se manchaba, como si fuera la sangre que mi corazón desrama… ¿Que me queda de esta vida si nada tengo de mi, sólo el silencio me cubre y el viento cruza mi cara… El recuerdo de tus besos, siempre estarán en mi alma y, cuando estemos los dos, bajo la tierra callada, me llevaré mi guitarra para tocarte mis sueños los que me rompen mi alma…

José Rodríguez Gómez el sevillano.EL FORJADOR DE SUEÑOS.

      OJOS DE GITANA.

¿Que tienen tus ojos: Qué tienen, que a mi me nubla la mente, que hieren mis entrañas, que ciegas la luz de mis ojos, ni de día, ni de noche, deja dormir a mi alma… Ojos de gitana que me haces sentir en mi cuerpo las ganas de padecer, las penas que voy desramando por de tras de tus pisadas, la sangre de mi llanto… El llanto de mi cerebro; si tu me quisieras tanto, como yo a ti te estoy queriendo, yo, sería tu esclavo para el resto de mi vida… ¡Vendo mi alma al diablo, si, la vendo, y también la sombra de mi cuerpo, la que de día y de noche persigue tu bellos cuerpo… Piel de gitana oscura de olivas tienes tu cuerpo, de cabellos ensortijado, tus caderas son de mimbre, el viento la meciendo, y yo, camino de tras y solo voy recogiendo las migajas que medas… Al andar se balancean con tus pasos de gitana, los palillos de tus dedos suenan en mi cerebro como puñales de plata… ¿Que me hace a mi temblar, si loco me estas volviendo, tu te ríes al pensar; que pena estará sufriendo si él camina de tras…

Sales entre las sombras; los peces de colores que lleva tu cara, se refleja en la luna que se viste de pura plata… Pelo negro de azabache; con rizos de pura lata, con los peines del silencio te bañas en las escarchas… Yo, quisiera peinarte, con los peines de mi alma, con los dedos de mis manos, y la boca de mi cara… ¡Quien pudiese besarte, posar mis labios de sangre sobre tus dientes de nácar…

Tu familia no me quiere, no, no me quiere, por que no tengo parné, si yo fuese tan rico, para que te iba a querer. La mujeres me querrían, y no iría tras de ti; de rodillas yo camino por los pasos que tu das… ¡Clemencia pido a los cielos, sí, clemencia, y sólo escucho los suspiros que tu riendo me das, al ver que te sigo sin que tu me digas na. ¡Si quieres voy a tu choza; y hablo con tu papa, le digo que yo te quiero, y que me quiero casar, contigo entre luceros en una noche de paz… ¡Si me dicen que no; que me claven cien navajas, delante de tu querer, ya no me quieres mirar, sabiendo lo que te yo te quiero y, no medas siquiera un beso si ves que yo muero de celos por tu querer de verdad… Caballo de pura raza, son tus patas dos palomas, que hacen al galopar que la hembra que yo quiero me esta haciendo suspirar… Le doy cien castillos, doscientas en la mana, y la tierra que yo corra en mi yegua colora… ¡Ni eso quiere tu pare; no se lo que él querrá, si lo supiera de vera, yo se lo quería dar; para que viese mi empeño, que yo me quiero casar, con la reína de los cielos, que loco me tiene ya… ¡Esta noche yo te rapto, lo que digan, me da igual, que me persigan los tuyos; y si tienen el valor, para matarme esta noche bajo la luna morá; que llorando esta por mi sabiendo lo que yo sufro; si no me quieres mirar, cuando persigo tus pasos, tú, celos, a mi, medas, sabiendo lo que te quiero, te burlas de mi pesar… Si tú me quisieras más, serías la reina de los gitanos; yo te querría más y nadie se fijaría en tu forma de caminar… Espejo de plata fina, corales te voy a dar, una corona de flores sobre tu pelo tendrías hecha de rosas de oro y piedras de mil colores, estrellas de jazmines y rosas de color morá. ¿No me quieres; dilo ya, no me hagas más sufrir, que se derrama mi sangre por los celos que me das. ¿Quieres mi cuerpo, enterráo en tu portal; si lo quieres, lo veras, allí en charcaito de sangre en tu puerta lo tendrás, después, no digas que no, que mi amor no te quería, no, pues mira mi cara tiesa, mi camisa que blanca era ahora esta toita llena de manchas coloras, era verdad o no, ahí tienes mi cuerpo, cubierto de navajazos los que me das al decir que no me quieres mirar… sabiendo que soy tu esclavo, sabiendo que estoy penando y no me quieres mirar… ¿Que es lo que tu quieres, dímelo, que te lo traigo, aunque tenga que matar; no te importe a ti gitana que lo mismo a mi meda; si con eso tu me quieres, yo lo hago por piedad; para que me quieras mucho si te tengo que matar; des pues no vallas diciendo que te pongo colorá; vamos los dos corriendo, tu delante, yo de tras, cuando lleguemos al cielo cubierto de libertad, no dirás que te no quiero, ya ves lo que por ti hago, mato, robo, con mi navaja vieja me quitaría el corazón para ponerlo en tus manos; lo que hiciese falta te daría para que me des tu cuerpo entero ni por eso me lo das; en un rincón del cielo te haré, una choza, de oro viejo, para podernos casar…

José Rodríguez Gómez. el sevillano.EL FORJADOR DE SUEÑOS.

                                                        EL CARCELERO.

¡Carcelero, carcelero; cierra puertas y ventas, que no quisiera que pase la luz de su mirada… ¡Estoy preso por ella. Sí, por ella, delante de su señoría, a mentido, al decir, que ella ami no me quería…

¡No quiero que la luz del día, penetre en mis ojos cerrados, que yo no quiero ver el resplandor de su pasado… ¡Ciérralo, sí ciérralo por favor, que encadenado estoy, por culpa de un pasado que nada tuve que ver, hoy preso yo me ayo por los besos que le di en el tarajál cercano… Cien cadenas me amordazan, las que arrastro en mis pies, heridas me van haciendo por culpa de tu querer… ¡Un pedazo de pan duro, una jarra de agua fresca, unos pocos garbanzos claros, esa es mi recompensa.

¿No te acuerdas de aquella vez, que los dos nos encontramos tan cerca de tu querer, que sin saberlo porqué no fuimos los dos a la orilla de aquel río; donde pasamos de pies a estar tumbados los dos, como dos enamorados, el agua corría en silencio; los besos que yo te daba, recorrían todo tu cuerpo; que bien yo me sentía sobre caballos de viento… ¡Fuiste mía, ya pasaron los tiempos, y hoy preso. yo me hallo sobre caballos de sueños! ¿La brisa de los jarales se movían con el viento; tu pelo negro azabache en redaban ami cuerpo? ¡Como cadenas de acero, argollas de sentimientos clavadas en la pared están mis fuertes hierros… ¡Yo no puedo escapar, para volver a tu encuentro; si tu quisieras venir y abrasar todo mi cuerpo, sería para mi, un suspiro de los sueños! ¡Encerrado, si, encerrado; pero mis sueños están sueltos; a esos no los amarran con cadenas ni tormentos! Sobre la yegua canela, recorrimos los senderos, tú cocida ami cintura y yo soñando despierto… ¡Tendido sobre la arena, de aquel río tan revuelto, sus olas se silenciaban, con el sabor de tus besos! Cuando tú tendida estabas y desnudo tu bello cuerpo sobre la arena y las hiervas te recubrían los romeros y el tomillo que había perfumaban tus pechos sueltos; yo sobre peces de colores resbalando en tu montura sobre caballos revueltos, sin tener un correajes me agarraba a 1tu pelo, para poderme sostener sobre tu cuerpo de cielo… ¡Cuantas beses te bese, cuantas, que ya, no me acuerdo; fueron muchas, yo lo se, que mas da, si preso tengo mi cuerpo… Ojos de acero puro, ojos de mis desvelos, tiene tu, dos luceros, que brillan en mi silencio… ¡Me dijiste que me querías, yo embrujado de celos, al ver que tu decías, que sólo yo era tu dueño; fue mentira lo que hablaste, hoy hallo mi cuerpo tan lejos de tus caricias, y cerca de mis desvelos… Rejas de acero duro, barrotes de mi encierro; este es mi destino preso por ser tu dueño… ¡Cuando mis semillas entraron en tu vientre de terciopelo se derrumbo todo mi cuerpo, al sentir sobre mis labios aquellos besos tan tiernos… hembra de terciopelo del color de la aceituna verde, de cabellos tan revueltos, se ondean suavemente; cuando a ti te sopla el viento… ¿Por qué tengo yo esta pena, por qué, yo tengo tus besos, sobre mis labios rajados los que ya que están resecos; que se derrama la sangre con solo soñar con tus besos? Cada vez que te tocaba, los pezones de tus pechos, erecto se convertían como puñales de acero… ¡Cuantas veces los bese, cuantas, que ya no me acuerdo; fueron muchas ya lo se, pero del sabor me acuerdo esa leche con almíbar, ese sabor de los sueños, ese cuerpo de aceituna; sin tener dentro los huesos…

fuiste mía tu lo sabes… ¿Por que dijiste que no; si tu sabes que era cierto que nos quisimos los dos como pájaros desiertos… Libres de poder ser, yo, tu propio dueño, y tener una chabola, de palos cubierto de flores frescas, el techo de tarajes, los suelos de romero fresco, y las paredes de cal para colgar un espejo, donde te puedas mirar como peinas tus cabellos. Mientra tu te peinabas yo celoso me encuentro, temiendo que el aire llevase, al duende de mis requiebros… Tanto mis temores que nada quita mi cárcel, esta; que estoy pagando por ser en sueños tu dueño… ¡Cuanta pena, cuanto llanto, cuantos días tendré que esperar, para que puedan sonar, las campanas de mis llantos… La noche tiñó de estrellas el oscuro firmamento, los luceros nos veían, como tendidos sobre el suelo tu cuerpo yo poseía. Se reían, sí yo los vía y la luna quedo en silencio al ver que tu me quería sin decirlo a los vientos… Hoy ya ves donde me tienes, encerrado por tu cuerpo; ves y dile que si, que tu querías mis besos, ellos me soltaran y yo seré sólo tu dueño; de los besos que te di y los que te estoy pidiendo… Soy tu dueño, soy tu cuerpo, soy tu esclavo; aunque preso tu me tienes, en te esta cárcel encadenado; mucho más, te estoy queriendo…

José Rodríguez Gómez. el sevillano.EL FORJADOR DE SUEÑOS.

     EL CAMPESINO

La tierra con el sudor, quedan los surcos regados, y bajo el sol de mi tierra, queda mi cuerpo enterrado. Campesinos, labradores de la tierra; ustedes la trabajan, y para otros las cosechas.

el sudor, el dolor de vuestros cuerpos, al clavar el azadón y la lego-na ligera, el pico, la pala, la hoz y la guadaña; y para él todo el fruto que le dais con vuestras almas. ¿Cuando llegará el día, en que todos trabajemos sin variedad de color? ¡Cuando; que se yo… ¿Cuando se repartirán los frutos, esos que trabajáis con vuestros cuerpos heridos y quemados por el sol.. ¿Cuando llegara el día en que seamos los dos… El rico igual que el pobre, y los frutos para tos…

Una guitarra lejana, un porrón de agua fresquita, una moza que se lanza, a cantar por seguiriyas; un levantarse de bellos al escuchar la coplílla, un dolor en mi garganta al recordar mi Sevilla. ¿Que lejana te quedaste, tierra de mi alma herida, yo te trabajo y te cuido sabiendo que no eres mía…

YO te trabajo, te siembro y te riego con mi llanto; cuando clavo el azadón, tu te alegras con mi canto… El sol en lo alto esta, mi cuerpo encorvado, voy clavando el azadón con el dolor de mi llanto. ¡Mientras yo te trabajo el señorito a caballo… ¿Cuando dejará de ser como lo tienen montado, ellos con las riquezas y nosotros esmayáos?

Ellos con sombrero de ala ancha, nosotros, con bina de trapo, ellos, van bien vestido, y nosotros con harapos… Ya termino la jornada, le pedimos nuestros cuartos, el señorito sentado y nosotros levantados, esperando que nos den, lo que bien hemos ganaos. ¡Cuatro cuartos nos pago, él se quedo lo mejor, todo su campo labrado!

¡Señorito, ya nos vamos, que ya es de noche; vamos a recogernos, en nuestras chozas de palos, que otra cosa no tenemos con los cuartos que ganamos…

Un gazpacho, un pedazo de pan duro, ya que dinero no había aunque bien lo habíamos ganado, en la choza a mi me esperan mi mujer y mis chiquillos, los que los tengo esmayaos, mirando si me comía el pedazo de pan duro que del día anterior había quedao… ¡Para ellos, que yo estoy muy cansao. Una cuchara de caldo por que no tenia más… ¡Que se lo coman los niños, que ellos tendrán que vivir con el pecho levantados. ¡De ellos será la tierra, la que hoy con el sudor de nuestros cuerpos nosotros, la hemos sembrao.

Cansado y triste me hallo, sobre un colchón de farfolla, acuesto mi alma herida, sin dormir en toa la noche, esperando el nuevo día… ¡Que salga el sol para todos, que ya se fue la noche y se marchó la neblina la que cubrían mis ojos al recordar mis heridas… Ya no puedo ni llorar, tan sólo me queda ami el recuerdo de mi tierra la que me parió ami… ¡Cuantos campos por labrar, cuanta tierra esta baldía, cuantos surcos yo sembré, para luego yo tener, y recordar en mi vejez, las miserias de mi vida… ¿Quien serrará mis ojos, el recuerdo lo negó, cuando yo te fui a pedir la limosna que nos dio… ¡Esta que yo no gaste, trabajando sin remedio, sin medidas, me quede enterrao vivo, en esta maldita vida… ¡Maldito sea el dinero; y maldito también sean los señoritos; él que suministra el dinero maldito sea también; por que se lo dan al que tiene y no al que en verdad lo necesita…

¡Ya me tiemblan mis manos, ya se me abren heridas, ya se me olvidan las cosas; pero nunca mis heridas, que me hicieron en el pasado en mi cuerpo ya sin vida…

José Rodríguez Gómez. el sevillano.EL FORJADOR DE SUEÑOS.

                                                      PEPILLO.

¡Padre. padre: es navidad, si padre, ya es navidad… Silencio, hijo, silencio… ¿Por qué padre?

¡Por que… Por que tu madre; se esta muriendo…

¿Que se esta muriendo, no, no, no puede ser; padre: tu me estas mintiendo… Sí cuando salí a la calle ella se estaba riendo… ¡No padre, no puede ser cierto… No ves que es Navidad, en estos días, no puede ser, no, no puede ser cierto, tú, me estas mintiendo… Yo no te miento, hijo mio, no te miento, es cierto, maldita sea, es cierto, ella se está muriendo… Con lo que yo la quería, mi cuerpo se esta rompiendo… Hijo: tu eres muy pequeño, no lo puedes comprender, pero ha sido Dios, quien lo a querido a si, y al cielo se la ha llevado con los ángeles de su reino… ¿Quien dices que se la ha llevado, dime quien ha sido el que se la ha llevado… ¡Dios! que es el rey del cielo!

¿Qué rey ni niño muerto… Quien era él para quitarme su cuerpo, siendo ella lo que yo más quiero?

¡Padre, dime por qué! Yo, no lo entiendo… ¿Padre, no oyes las guitaras, y también a los campanilleros… está lloviendo, hace frío, no he comido, y tengo miedo… ¡Quiero ver ami madre, quiero verla, padre… Antes de que ese Dios que tu dices, se la lleve a su reino… ¡Ves a verla, ves, que antes de morir ella, dijo tu nombre, y con él; se fue al cielo… ¡Madre. madre mía, omaita, no te vallas todavía, no ves que como voy vestido, con los zapatos rotos, con la ropa remendada, pero no me importa, por que yendo así, soy feliz, pero no te vallas omaita no ves que hace frío y esta lloviendo, tu tienes las manos frías, por que no coges las mías veras como yo las tengo, mira que calentita, no te vallas que yo te quiero… Ya se que las tengo sucias; pero no te importe, que me las lavo enseguida… Omaita dame un beso, si, aunque sea uno solo, como si fuese el último, sin que sea tu despedida ya que yo también me quiero ir, contigo, a ese cielo… ¡No ves que soy pequeño, no se nada de la vida, no ves que es navidad, no ves que si tu te vas, no podremos comer turrón, y que aré yo sólo, si tú no estas conmigo en esta vida, dímelo omaita… ¡No te mueras madre mía, que aun soy un chiquillo, si tu siempre me llamas pepíllo, no te vallas de mi lado que en este mundo tan malo que haré yo sin tus besos madre mía… Ella se fue, con ese Dios que mi padre me decía, yo la perdí para siempre, que triste es la agonía, el vivir en la miseria envuelto con mis desdichas… Siendo un niño la perdí, que más se puede perder siendo un hombre, si todo lo perdí de pequeño, con que dolor

queda el recuerdo… En el sueños la perdí, hoy siendo un hombre, cuanto yo me acuerdo de ti madre mía, si, yo lloro por tus besos… Cuando llega asta mi, el cantar de los lindos campanilleros al llegar la Navidad… Madre, cuanto te quiero a ti, tanto que por muchos años que pasen yo jamás podre olvidarte de lo mucho que te quise siendo un niño, cuando tu ya me dejaste, pero si cien años pasasen, por mi vida, yo, siento en mis labios el sabor de tus labios, el día queme besaste…

José Rodríguez Gómez. el sevillano.EL FORJADOR DE SUEÑOS.

               AMOR DEL SUEÑO.

¿Que distancia hay entre tu alma y la mía, entre tu boca y mi boca; que sólo hallo mi cuerpo escondido entre las sombras? ¡Quisiera ser el aire, el viento de la tormenta, la lluvia del cielo gris; para acercarme a ti sin recibir tu desprecios… Sólo con los recuerdos, vivo en la soledad del mundo.

El viento llena mi vida de presagios y recuerdos; el silencio de mi alcoba a mi; me da miedo, miro a través de los cristales, veo la lluvia arrancar las hojas de los árboles, las que mueren de gritar; ya que no las oye nadie. ¡Tengo miedo, nada, nadie vive con la soledad de mi alma… ¿Que será de mi, si el tiempo que me resta por vivir es tan gris; que nadie me quiere ayudar para que pueda morir…

¿Me llamabas? ¿Tú quien eres? ¡Soy la mujer que buscabas… En las sombras de mi alcoba te presentas cuando no te puedo ver. ¿Quien eres, dime mujer… ¡Seguiré entre las tinieblas de tu mente, soy una mujer tan bella que no quiero que me veas, hasta saber lo que buscas… ¿Por que lloras escondido entre las sombras? ¡Sal que te pueda ver: no escondas tu hermosura; que miedo me

da querer, es viéndote y tengo miedo, que sera si no te veo para poder comprender que hermosura de mujer, que viene a mis desvelos escondida con tu velo detrás de mi querer, el que esta en la locura por querer… Sin verte a ti mujer la que llama entre las sombras… ¡Ven conmigo prisionero: yo te daré tanto amor, que curaré tu locura y, con mi amor, el temor de tu soledad… ¿Deseas un mujer que te ame con ternura, que te busque en las sombras y te cure tu amargura; aquí me tienes, no temas, no sufras, que he venido a verte, ya que de tanto escucharte, mi corazón quiere verte y darte mi gran amor… Por más que la buscaba no podía verla, sólo la sombra de su cara de cerca yo la apreciaba y en verdad, era muy bella… Sonreía, caminaba lentamente hacia mi; sus pazos no los sentía, sus manos al estar cerca de mi sobre mi cuerpo temblando, pude sentir sus encantos cuando me besaba ami… ¡Era una diosa, era pasión y ternura, era como una locura que delante de mi estaba y, mi boca la besaba sin saber que la quería, era mía; mis manos sobre su cuerpo resbalaban al contacto de su piel, su perfume tan suave que envolvían a mi mente sin saberlo en la locura… Sus cabellos eran azules como las alas de un cuervo que brillan en la negrura… Suavemente me condujo al cuarto de mis temores, sonreía con sus amores, sin saber que me quería… Fuimos al lecho los dos; tumbada sobre mi cama, en silencio me miraba, de sus labios tan perfectos sonrisas se le escapaban… Fui dichoso y feliz, por fin lo era… La lluvia, mientras caía el la calle del desierto; sólo me hallaba yo con la mujer de mis sueños… ¡Que noche la que pasé teniendo su bello cuerpo. Todo parecía mentira, era cierto, estaba allí, solos en mi aposento… Besando su bellos cuerpo fui feliz, en aquella noche tan fría, de aquel infernal invierno… Cuando termino la noche: al a clarear del día los primeros rayos de sol que salían, cruzaron por mi ventana. Miré ami alrededor; cómo mi cuerpo quedo al ver que ella no estaba… ¡Fue mentira, no estuvo aquí; entonce yo comprendí; era mi mente la que estaba al borde de mi locura! Buscando su cuerpo estaba y sólo en su lugar, se hallaba su sepultura… Un grito de dolor embargo mi mente loca, mi garganta gritaba su nombre, al recordar sus besos, yo tenía un sabor, a fango y barro tierno. ¿Que fue entonces lo que mis labios besaron? Entonces comprendí, si, estuvo aquí; y al llegar la mañana antes que yo despertara se fue con la luz del día. ¿Fue feliz, por que se fue de mi vera… Buscando por los rincones… Sólo encontré entre mis sabanas de sedas, su restos como si fueran frescos al amanecer… ¡Envueltos entre las ropas, llenos de polvo y, de huesos mal olientes, estuvo mi cuerpo allí presente… ¡Frío me encontraba en aquel sueño tan amargo, la hiel se me congelaba como el hielo me quedé… ¡Ella, al ver mi desconcierto, junto de nuevo sus restos, al verla, quise correr, no pude, quieto en mi espanto que de, ella puso sus manos, sobre mi pecho después… ¡Sígueme, ya te llegó la hora de pagar tus des varios… ¿Tú querías ser mi marido; ya lo eres, ven conmigo… ¡Yo a ti no te llame, fuiste tú la que se vino ami vera… ¿No era lo que tu querías, una mujer de bandera, pues me tienes, yo seré tu compañera… ¡No, eso no, tú has vuelto ami mente en la locura mayor… ¡No ves; que quiero seguir viviendo, aunque este siempre presentes los sueños de desamor… ¡Eres la muerte tú, pero no me quiero ir, yo me quedo, vete tú, con esos malditos huesos que huelen a sepultura, no me lleves a la locura, que ya vivo con ella; ya no se adonde vivo, ni por que sueño con ella… ¡Vete ya; prefiero mi locura antes que estar contigo revuelto con tus despojos… Amor del sueño maldito… ¿Por que me traes ami estos sueños tan macabros; yo no te los pedí… ¡Tú quieres ver mi mente loca; dame mejor tu dulzura, seré para ti un beso en tus labios de locura! José Rodríguez Gómez. el sevillano.

                                                          EL MOLINO.

¿Gira, gira, gira, que nadie pare tu piedra: que el viento arrecie con fuerzas, que las aspas del molino, den vuelta y más vueltas… Quiero triturar mi alma que vive en la pobreza… ¡Destruye mi alma piedra, que de nada me sirvió ser tan blando en esta vida, ya que todo se perdió… Quiero ser como la harina que del trigo se formo; que las aspas del molino con el viento se llevo… En la tierra junto al trigo quisiera ser su semilla, ya que siendo sólo tu orilla, lloran mis trigos también… ¡No detengas tu rodar que me gusta tu sonido, yo prefiero tu ruido antes que poder llorar… En los campos de mi tierra, el labrar es un oficio, el soñar es un deseo, y el vivir, un sacrificio… ¿Dónde escasea el pan, la jornada es larga, el ganar es un martirio… ¡Arrecia con fuerza viento, quiero oír tu penar, quiero escuchar tu rueda como trituras el pan… ¡Mi cuerpo herido esta, en mis manos el azadón, golpe a golpes voy dando como tus ruedas molino; dale vueltas y más vueltas, quiero ver como tritura tu piedra mi corazón… ¿Qué piensas tú campesino… Que piensas tu de tu suerte… No crees que con la muerte podría cambiar tu destino… ¡Más desgracias tiene un ciego, que no ve ni los caminos que lo llevan a su muerte; sin conocer su destino, que desgracias es ser ciego, ya que él no puedes ver, como la piedra del molino rueda sin detener… ¿La tierra es tuya: No. ¿Entonces por que la cavas, por que le das tan fuerte con tus fuerzas campesino, no será para ti el destino, ni el fruto de la siembra, al clavar en las entrañas se derrama tu sangre fresca, se derrama en los surcos de tu tierra… ¡Quien pudiera ser como el molino de viento, con el aire, con el viento, vivir mi vida con él antes que morir por él sin ser mi para mi su misero sustento… Levantate, grita a los cuatro vientos, dile que res tú el que la trabaja y eres tú su dueño… La siembras con tu sudor, la cuidas con tu cuerpo de ahí sacas el trigo, que debía ser tu verdadero sustento… ¿Cuantos días tiene el año, cuantos sueños yo tendré, cada surco que yo labro lo siembro con gran querer… ¡Sopla con fuerzas viento y, que den vueltas tus aspas; sopla, que ya viene el día, si detienes tu rodar se muere la vida mía. ¡Yo quisiera ser la piedra, para tener tu valía, y cada vuelta que das destruyes tu la vida mía…

¡Quisiera tener la suerte de ser la simiente que trituras noche y día… Ya que más me vale ser como el viento de tu vida, sin él no puedes mover las aspas de tu querer que triture los sueños de ser un campesino sin tener la tierra que yo trabajo él es su dueño, yo, su esclavo… Quisiera morir tal vez, entre los surcos arados… ¡Maldita sea mi suerte; yo te labro, tú me sientes, tú te ríes, mientras yo, lloro con verte… ¡Que triste es mi destino que me toco a mi vivir, quisiera ser la piedra del molino, sólo a ti te pido que no dejes de rodar, quisiera morir contigo sin conocer mi destino que me ha tocado vivir en esta tierra de ensueño donde ella tiene dueño y yo, su esclavo el que siembra con mis sueños…

José Rodríguez Gómez. el sevillano.EL FORJADOR DE SUEÑOS.

EL BORRACHO.

¿Quien reclama mi nombre, quien, que borracho yo me hayo, que llorando esta mi cuerpo, por el licor que yo bebo, siendo el veneno de tus labios y del sabor de tus besos; para olvidar mis sueños los que contigo no tengo… ¡me llamas tú a mi borracho, tirado y descompuesto, que quieres que yo haga; si loco tengo el cerebro… siempre fui para ti, un hombre, que no merezco… un borracho de locuras, un borracho esta mi cuerpo, si tú fueses mi mujer, otra cosa sería eso… ¡maldita sea el nacer siendo pobre para querer y tener yo tu desprecio, más me valdría ser como si yo fuese un perro, que fuese detrás de ti lamiendo tus pasos por donde anda tu cuerpo… ¡Dime, que es lo que tu estas buscando, dímelo, no ves que yo te quiero, aunque siempre este borracho pero más te estoy queriendo!. Naces el día que naciste, el día quedo en secreto, las nubes que te cubrieron el manjar de tu bello cuerpo. La noche que tu no duermes, sobre sabanas de sedas te revuelcas con desprecio y pasan las horas de la noche viviendo sobre tus sueños. Tú sabes que yo te amo, sabes que yo te quiero, y tú desprecias mis besos, los que me llevan a beber del vino de tu querer el que emborracha mi cuerpo… ¡Vino amargo es lo que bebo, que amargue como la quina, para ver si a si te puedo olvidar por las esquinas; yo no se don de me hayo, no se a donde estoy, sin ver tus ojos tan negros de pena me estoy muriendo…. Tú lo sabes mi gitana, tu sabes lo que yo siento, cuando llegará el día en que doblen las campanas y tu sepas, que yo he muerto; te quedarás tranquila sin que yo moleste tu cuerpo y, le digas a tus gentes, que ya, el gitano a muerto. Diez rosas en mi pecho, diez que ya se pudrieron, ellas mancharon mi carne, y tú rajaste mi cuerpo. Montado sobre mi yegua en los jardines del cielo; palomas de plumas blancas, limpiaban todo mi cuerpo; cosieron las heridas, que tus navajas hicieron… ¡ya no seré tu esclavo, ni tan siquiera tu perro, el tiempo será testigo de los daños de mis sueños… ¿Cuando pases por mi puerta, cubre tu cara con tu velo negro… que no se vean tus ojos, yo se que iras riendo, al saber que ya no estoy, tu moverás todo tu cuerpo… cimbreando tu cintura, el viento la va meciendo, tus cabellos ensortijados enredando se tus besos…

Hoy borracho no estoy, ya que descansa mis sueños, bajo la tierra podrida se desmoronan mis huesos… ¡tengo por carcelero, un ciprés del cementerio, una mata de tomillo y margaritas del suelo, ¡ves que bonita esta mi tumba, que bonito es de mi destierro, que nada me hace sentir el tiempo que fui de ti, un pobre pordiosero que te seguía descalzo siendo un triste perro… ¡Puedes traerme vino y rociar todo mi cuerpo, que ya no puedo beber, el licor de tu veneno! Traeme flores que me gustan sus perfumes, los que antes yo olía y respiraba tu cuerpo. Ya la guitarra no suena, ya se cayo el pandero, las palmas están de luto, cada ves que yo me muevo. ¡No temas de mi mujer que yo no te molesto, puedes tu escoger al que cubra mi viejo puesto! Ya se ríen los gitanos, ya se ríen con desprecio, ellos saben que mataron a un pobre pordiosero. El que tanto te quería, al que le dieron por muerto, pero que sepas tu mujer que siempre yo te querré; aun estando, cubierto de fango y cieno. Ya redoblan las campanas, ya se oyen por los cielos, se ha muerto un esmayáo que perseguía tus besos, los que nunca tu me diste; hoy son otros labios nuevos, los que te besan mis labios aunque yo me halle muerto… Las cuerdas de mi guitarra se a roto con el tiempo las paredes de mi casa se derrumban de recuerdos, hasta mi pobre guitarra no sabe que yo estoy muerto, sus cuerdas están flojas ya no suenan por derecho, soleares y tarantas no se oyen en mi cuerpo… ¡Nada queda de mi, ni mi baso esta lleno, sólo la jarra de vino la guarda el cantinero, la mesa que yo tenía, la tiró entre los trastos viejos. Hizo un gran hoguera y prendió con ella un fuego, que ha llegado asta mi, el olor a fuego lento; el humo que yo percibo un olor a tratos viejos.

José Rodríguez Gómez.- el sevillano. EL FORJADOR DE SUEÑOS.

EL FORJADOR DE SUEÑOS.

Noche y día perseguido por los migueletes: por los cerros de ronda voy camino de grana sobre mi jaca torda; huyendo voy de mi sombra, por que me quieren matarme, por el amor de una rosa… soy gitano y señorito, tengo parne que me sobra, cuando miro a una mujer, con mi gracia ya me sobra. Una hembra enamoré entre las tierras de ronda; me persiguen y no lose. ¿Por qué me busca la ronda? Era dueña de un cortijo, y tenía tanto garbo, con sólo verla andar; dije, esta es mi novia… Ella, me dijo ami; es usted muy hecháo palante… tan seguro de si mismo se cree que puede hacer lo que otros no le importa. Pruebe me, así sabremos los dos, a cual entre tu y yo tiene miedo de las sombras… Entre mis brazos tuve a esa hembra tan hermosa. Quince días estuve yo, entre sus faldas de blonda, era la dama tan bella que mis ojos se quedaron como una rosa temprana que se deja acariciar por un príncipe gitano que se la quiso llevar. Quince días sobre jaca tan flamenca, sobre su cuerpo plata, y sus pestañas de ronda, mis ojos eran dos luceros apagados por su sombra. Que cuerpo, que hembra, que piel tenía la moza. ¡Que pechos tan bonitos con sus pezones de blonda. Quise ser el su domador y, por poco a mi me monta. Era su piel de colores, como peces en la noria que va dando la vuelta y saca de su interior agua fresca que le sobra. ¡Quien me diría a mi, que me gustan las mujeres. Eso es cierto, y si no, por que huyo de sus sombras! ¡Que ya viene su marido tengo prisa yo no quiero que me cojan, me pongo los pantalones corriendo sobre mi jaca que huye por cual quier cerros antes de que nos cojan. ¡Que bien la tengo en seña, ella cunado se huele que ya sobro en esta ronda, me dice con un relincho, corre, que te cogen, y le tengo tanto cariño que se lo que ella sabe que ami sólo me gustan las mujeres que se esconden entre las sombras. Monte en mi jaca torda; mire aquellos ojos tan negros los que a mi me sedujeron esos días que estuve yo con su dueña entre sus sabanas de sedas y su cortinas de blonda. Que me miraban sin lagrimas las que salían de sus ojos, al ver que ya me iba por que me perseguían los gitanos de la sombra. Jugué tan fuerte una vez, que a mi casi me tumban; en un camino de noche, me esperaban escondido, cuatro navajas de ronda, para coserme de sobra. Mi jaca fue quien me salvó, de sea muerte tan segura, ya que ella sintió el frío cuando la muerte te ronda. ¡Corrió tanto como podía, mi jaca sin yo tirarle de sus riendas, ella ya bien sabía que tenía que correr, para que a los dos no nos pudiesen coger. ¡Si tengo yo la mejor de todas las yeguas soy feliz en su montura, soy su dueño, ella, bien lo sabe, por que yo yo la quiero tanto que si laguna vez la matan por ser tan pura, yo me mato en ese lugar que allí quede su cuerpo inerte para que quiero más suerte si mi yegua termino. ¡Ya no quiero seguir el camino, aquí quedamos los dos entre el monte y el olvido, fuimos viejos amigos, ella se enamoró de mi, siendo yo su testigo, no quiso decirme nada hasta el final del camino. Camisa de blanco armiño cinturón de plata fina, calzones echos de pana y de cuero mis sajones. botas de cuero puro y espuelas de oro fino que brillan en mi destino como fuego entre los montes que huyendo yo me quedo ente tomillo y romero los que limpien los cascos de mi jaca cuando pisamos el sendero.

José Rodríguez Gómez. el sevillano. EL FORJADOR DE SUEÑOS.

     AL CRUZAR EL UMBRAL.

¡Dime a dios: Ya se acercó la hora de despedirme de ti; hasta nunca, jamás nos volveremos a ver!

¿Por qué… quizás deseabas no haber comenzado esta aventura… ¿no decías que yo era la única persona que te gustaba… tantas cosas me decías, era todo una mentira; En cambio, tu para mi, seras el recuerdo de los días vividos, de la horas muertas esperando que llegases, y no llegabas, donde estabas… ya podía suponer que me querías olvidar. ¿Por qué: llegará el día que cruces por esa puerta

que nos hace no volver jamás… ¿Qué fui… que pude ser, de no haber sido sólo un caminante, que cruzó valles, ríos, montañas y praderas sin mirar para tras? Al recordar mi vida siento nostalgia de mi mismo, pienso que de haber sabido lo que tú me querías, debí haberte amado mucho más de lo que nunca te ame… ¡Hoy, arrepentido estoy, ya es tarde, la noche se aproxima por las cumbre montañosas… la oscuridad me da miedo; sí, miedo, de ser sombra de mi propia sombra… sin ruido, en la soledad de la noche, cuando meno te lo esperes, llegará, cortará el hilo invisible de la vida, con unas tijeras que pueden cortar el viento que mueve las sedas de las cortinas que cubren tus ventanas… ¡Qué seré des pues de haberme ido; qué sera de ti cuando yo me valla… ¡No temas por mi, yo quedaré esperando que llegue mi hora, que también llegará. ¡Dicen, qué al cruzar la puerta serás como una gaviota que vuela arras de las olas, que piarás con dolor, penas, y no tendrás el remedio para curar tus heridas… Hallarás en el camino todo aquello que dejaste en esta vida, lo que tiraste, por que ya no te valía, no le dabas valor a las cosas, sin mirar para tras, tú no podías ver que otro hombre recogía lo que tu mismo tirabas por que a ti no te servían… dirás tú otra vez, quien será mas triste que yo, y sin mirar estarás pisando el sendero del destino que ya no habrá más caminos que te haga a ti volver… ¿Puedes decirme una cosa, ya que tú, estas pasando el umbral de la puerta…

¿Que ves; es cierto que se deslumbra un cielo azul, que te alumbra desde el cielo… dímelo, me gustaría saber por que, y por donde se va al cielo… mira, yo no lo se, no se si será como cuentan los que dicen que estuvieron cerca de ese lugar que denominan el cielo… ¿Que haré yo en este sueño; si estoy aquí sin su dueño si eras tu mi gran amor… ¡Llevame, así estaremos los dos, cerca de eses dios que dicen que es tan bueno… ¡Recordaré tus lagrimas, las que mojaban tu pañuelo, la que secaba las gotas que te caían de ellos… ¡La culpa la tuve yo, que sin haber que eras tu, como yo, los dos nos queríamos sin saber lo que era amor… nada, ni dios, nos dijo que era mor; los besos que tú y yo nos daremos en el cielo… ¡Te puedo contar lo que siento en mi camino, ya veras cuando tú llegues conmigo y no veamos los dos… son cristales de colores, son hierbas de mil olores las que enturbian mi mente yo no se como quererte sin tener te ya conmigo… Las estrellas son como espejos en la noche, como cometas de viento, las que se lleva el aire si yo no puedo en contrate sin saber por que te miento… ¿Que quieres que yo te cuente, ya no siento ni padezco, ya no se si hace frío, ni tan siquiera yo siento, si llueve o es el viento que se mezcla con amor… ¿Quien fue el que corto el hilo del pensamiento… que se yo, si sólo camino yo por este sendero desierto… llegará el nuevo día en que soñemos los dos. ¡Cuando hables tú con él, dile, que yo no se si hay Dios, o solo es una mentira… des pues de un vida nada queda entre los dos, el recuerdo lo va borrando, y él viento se va llevando las huellas de tu pasión. Una tumba de ladrillos, una caja de madera, un sombra en el sito que no te deja ver lo que ocurre a tu vera… Ni canto de pajarillos que te alegren tu ceguera, ya que nada queda en el sito que enterraron tus esquelas… Prisionero de tus sueños, ahora tiene un carcelero, que sin hablar contigo es tu único testigo que no deja que te muevas sin pedirle a él permiso… ¿Quien será él que manda que te mueras… yo que he cruzado la puerta esta de los silencios, no puedo decirte nada por que se los lleva el viento, yo no escucho tus lamentos, que yo se, que tu me gritas a través de estos sueño… ¡Tanto te tuve de amar, que hasta hoy me arrepiento y ya pasó mi momento para darle marcha atrás… Hoy camino descalzo por un sendero oscuro, yo no veo las estrellas, ni luceros en el cielo; esto es un agujero que no te deja mover, ya que tengo un carcelero, él cual es, una cala vera que no tiene ojos si quiera y no te deja mover…

¡Mi cuerpo huele a viejo, no se como pasa el tiempo, pero tengo el sentimiento que sólo son gusanos los que roen a mi cuerpo, que enterrado yo me hallo sin tener tus pensamientos…

José Rodríguez Gómez. el sevillano. EL FORJADOR DE SUEÑOS.

LLORARÉ.

¿Lloraré… no lo se, sólo te puedo decir que es triste no estar aquí siendo feliz con tu amor en este lugar tranquilo donde se respira mejor… Cuando este en el cielo, sembraré un jardín de flores, donde salgan los olores te te mando con mis sueños… De luz tendrá un arco iris, de colores tan intensos que sera de día todo el tiempo para proteger tus flores, las que siembro con mi cuerpo. Será tan bello el sueño que me dirás que es mentira, que sólo es uno de mis sueño los que yo a ti te contaba cuando eramos pequeños… Hoy somos mayores los dos, y ya se pasó el tiempo, qué jóvenes eramos entonces cuando me diste tu amor… ¡Me acuerdo de aquel día en que sentado, viendo como llovía y sonreíamos los dos… Tus cabellos se mojaban, y mientras yo te miraba, como tu cara de rosa, del color de la amapola, se convertían en rosas que de tus labios salían. Yo pensaba aquel momento lo escribiré entre mis sueños y lo tengo bien guardado, ya que esos sueños, no se pueden olvidar aunque se pase el tiempo, en el baúl de los sueño yo lo tengo que guardar… Fueron días tan felices que yo nunca olvidaré, por más que el tiempo pase yo lo tengo en mis recuerdos, no pasa sólo un momento que no me hagan reír aquellos hermosos besos que yo te daba a ti… Fueron tiempos tan felices que hoy en día aun recuerdo cuando eramos los dos tan pequeños, y nos dábamos amor sin saber lo que era eso… Tus cabellos del color de los trigales, las amapolas en los trigales se reían de losdos… sin saberlo yo pensaba, si tu tuvieras otro amor, que sería de mi, no es verdad, si nos queremos los dos… ¡El tiempo pasó volando, los hijos ya vinieron y se marcharon corriendo, por qué ya no eran pequeños y también ya se casaron, tenemos unos nietos, qué felices nos hicieron ellos con sus juegos de mentiras, también soñaban como tú y yo, que era amor lo que sentían sin saber lo que decían… Ya se pasaron los años, viejos tú y yo estamos; dame ami tus mano que nos iremos los dos como dos enamorados, qué piensan; del tiempo que ha pasado ya que siendo hoy mayores nos movemos los dos como dos enamorado de pasado si señor… ¡Eran tus ojos azules como el cielo sin nublar, no había una estrella que yo pudiese alcanzar, y ponerlas sobre tu pelo para poderla mirar…

Mis cartas se arrugaron, y se cambio de color, se que todo termino, pero lo que no pudo el destino fue borra nuestro amor, que no se lo llevo el viento; aunque si que lo intento… Tus cabellos eran del color de los trigales y yo entre tus espigas, era como una amapola que de ti se enamoró siendo de otro color. Ya no hay trigo que sembrar, ni amapolas que del tiempo se pudiesen enamorar, de aquellos hermosos tiempo que vivimos sin pensar que sería de tus besos si no te los diese yo, en aquellos días de ensueños que nos pasamos tu y yo… ¿Volverán aquellos tiempo en que vivan otros dos; lo mismo que nos pasó en nuestro sueños mejor… ¿Qué se yo, no digo que pueda ser, ya que se pasó el tiempo, pero queda el recuerdo de aquellos días pasados que vivimos tú y yo. En aquel jardín de ensueño…

José Rodríguez Gómez. el sevillano. EL FORJADOR DE SUEÑOS.

                                       LLORANDO BAJO LA LLUVIA.

La tormenta truena sobre mi: La calle solitaria, es de noche, sólo cuando el rayo sale de la oscuridad se refleja sobre la soledad de la noche. ¡Donde hay un lugar para esconder mi cuerpo, estoy helado de frío, chorreando del agua que cae violentamente sobre mi, al sentir como truenan la tormenta… Solo en la oscuridad de la ciudad donde nadie me conoce, todo a estas horas de la madrugada nada ni nadie ayuda aun desconocido… ¡Es lamentable escuchar la lluvia caer de esa forma ya que su sonido hace sentir que el abandono es de toda la ciudad! Relámpagos, truenos, y la fuerza que el viento arrecia durante el tiempo que descarga la furia de la lluvia; ¿Huyendo en la oscuridad del destino, un vez que la luz ilumina mis pasos; las farolas en penumbra, mis pies metidos en el agua, tiembla de frío. Las calles encharcan mis pies, agua por las aceras, recorre las callejuelas, más apartadas del recinto dentro de la máxima penumbra. ¡No es la soledad lo que miedo me da; no, es la miseria la que arrastra la hojas muertas de los árboles que sin tener hogar, se hallan en el mismo destino de mi cuerpo… El viento arremolinan las sombras de la tristeza en un rincón de la calle donde gritan con sus fuerzas las que antes daban sombra, hoy dan mucha pena, al verse desprotegidas por la fuerza del viento que sólo arrastra la pobreza… Llorando en una noche oscura, sin nadie que te proteja; las horas pasan lentamente, el tiempo se ha parado y da comienzo las horas muertas. ¿Quien, nadie, las canales de la lluvia repican con la miseria… ¡Ventanas cerradas, puertas atrancadas por la fuerza, luces en esta noche tan fría que nadie se da ni cuenta… ¡Hoy, me doy cuenta, que significa el temor, lo triste, es vivir, sin que nadie se de ni cuenta… ¿Saldrá el sol mañana… cuando pase la tormenta; que se yo, ya veremos lo que da el nuevo día, si es que se termina mi temor al que en la noche se encuentra… En un rincón de la calle cobijado por las tejas, hayo mi cuerpo al resguardo de la lluvia que no cesa… ¿Donde estoy… no se donde se encuentra… nada en mi camino, sólo con la esperanza que pronto se acabe la noche y termine la tormenta…

¡Un portal… un refugio, un lugar para esconder la tristeza de la noche; hasta que termine la lluvia ni tan siquiera se acuerda… Acurrucado bajo la lluvia intensa; parece que llega el día al menos ya se clarea, y la luz hace tinieblas… las sombras de la noche se divisan bajo la lluvia que es intensa… Dormido bajo el frío nadie se da ni cuenta, salen de los portales camino de esta cuesta… Sus ropas parecen viejas, donde estoy, si no hay puertas… las ventanas están cerradas, y los cristales que suenan… ¿Quien me hizo a mi venir… Ella… pero no sabe que vengo, hace tanto que me esperaba, que ya se habrá dormido esperando que yo vuelva… Hace años me marche buscando la vida nueva, que fue lo que encontré, sólo, la tierra muerta. El destino es muy duro cuando nadie a ti te espera, su cama esta con frío y las sabanas revueltas… ¿Otro hombre en mi sitio… otro que la entretenga, que fueron de mis caricias, antes de que yo me fuera… Esa mujer era mía… hoy de quien es su dueña… nada se de mi camino, si nadie a mi me lo cuenta… ¡Yo me fui, hoy he vuelto a buscar, lo que nadie dice que fue mio, ya es tarde, la puerta esta cerrada, a dentro ella se encuentra, envuelta de sabanas blancas y almohadas de seda negra… ¿Que tengo que reclamar… si me fui sin decir me voy hoy que puedo pedir si nada ya se recuerda… Cuando salga el nuevo día y me vea en su puerta… ¿Que dirá, cuando me vea la cara, si es que aun ella se acuerda… ¡Soy un viejo que regresa, al hogar de la tristeza… ella, tendrá otro marido, que trabaja por su cuenta, tendrá hijos nuevos por que cuando yo me fui no tenia tan siquiera, un niño que recordase al padre que ya se fuera… ¡Era joven su melena le llegaba a la cintura tan bella, sus andares eran bellos, y su larga cabellera eran negra como la noche el día que yo me fuera… ¿Que puedo yo reclamar; dímelo, si deje la puerta abierta, no cerré la cerradura para que nadie pudiera, entrar en esas noches tan frías que el viento las abriera… Su cuerpo era tan bello que cualquiera se embelesa, y yo buscando trabajo en otro lugar, para levantar mi cuesta, trabajo no tenía, ni tampoco la vergüenza de haberla dejado sola, cuando se que no se acuerda… ¡Hoy seguro estoy, que chiquillos tendrá ella no son mio, otro sera su dueño, y yo encogido en un rincón sin tener siquiera fuerza de pedir lo que era mio, el hoy se termino, ya no cuenta; yo sin decirle a dios, marche sin despedirme ni tan siquiera de ella… Seguiré yo el camino que me trajo ami de vuelta… Ya no tengo que pedir, ya se cerro la puerta, otro entro en mi lugar y ella no se dio cuenta, re emprendió su camino, de mi se olvido de decir, que yo me fui y ya no queda candela pá calentarme, en su camilla tan vieja. José Rodríguez Gómez. el sevillano.

EL FORJADOR DE SUEÑOS.

                                                     ¡Nada de mi… ¿Por qué?

¿Nada de mi: que quisiera tener… lo que hoy deseo, que será de mi cuando pase el tiempo que mi juventud me destina sobre los amores que tengo en mis sueños… Seré yo el que pueda ser lo feliz que desearía ser… Cuantos sueños, cuantos deseos se quedaron en mis años pasados… Hoy ya es demasiado tarde pera soñar como yo lo hago… me llaman loco por qué pienso, que aun no soy lo mayor que tendré que ser… Mañana, será demasiado tarde, hoy se izo la noche antes de que amaneciera para poder recuperar los besos que yo te di… ¡Dime; que esperabas de un hombre de mi edad… sólo demencias, el cerebro repleto de ilusiones, que ya se quedaron en el baúl de mis recuerdos… ¡Si tienes razón, es cierto, ya soy solamente el despojo de mis huesos doloridos… ¿Dirás… que siendo un viejo que su demencia esta perdida… cómo puedo seguir soñando con jóvenes que podían ser mis nietas… ¡Si tienes razón, es cierto, pero la mente aunque sea mayor nunca es demasiado vieja para dejar de soñar… Los años de vida que he llevado, no me hacen ser un viejo que sigue la ruta de la vida, el sendero que cruza mis caminos por las sendas del pasado… Tú eres como tu piel, joven, tersa, tus labios se desasen en azúcar que chorrea de la miel de tu boca… yo en cambio nada de esto me pasa, ya no tengo mis labios suaves y tersos como los tuyos… ¡No quiero seguir viviendo; no quiero, deseo ser los restos de una tumba, que podrido estén sus huesos…

La sombra de un ciprés, será, la que quite el sol de mi cuerpo, él será quien en las noches de lluvia tape mis podrido huesos… Mañana cuando salga el día, sera otra vez para comenzar mis sueños…

¿Te acuerdas cuando fuimos jóvenes, los días tan felices que pasamos, te acuerdas; yo si, aunque siendo mucho mayor que tú, el recuerdo de esos momentos que vivimos nunca dejarán mis sueños…

¡Maldigo a quien me hizo ser mayor, si, te maldigo, por que tú y yo, jamás debimos crecer, siendo jóvenes como eramos, teníamos que seguir siéndolo siempre… Para que nunca se terminase nuestro amor. Yo quise ser el duende de tu alma, la corriente que lava tus mejillas, los ojos que te miran cuando duermes, y cuando estas despierta, veo en ti un lago que sus aguas son trasparentes y profundas… Las flores que te rodean, esparcen el aroma de tu cuerpo, la sonrisa de tu boca, la mirada de tus ojos los que embrujan mis deseos; siendo un viejo, aun te quiero… ¡Dirás de mi que estoy loco, si ya lo se, pero que le puedo hacer si mi locura esta dentro de mi mente, si ya no me queda espacio para guardar los momentos que vivimos tú y yo dentro de tu propio cuerpo… ¿Qué será de mi cuando el viento de la noche se apropie de mis recuerdos… qué será, yo que se, a lo mejor vuelvo a ser el joven que besó tus labios, y ya nunca seremos viejos… nuestro amor sería eterno… ¡Que puedo pensar… Dímelo, si, tú, que eras mi amor, el que locamente estas adentro de mi, si, de mi cerebro, La locura del amor, nada lo puede borrar, nada, todo lo que fue es cierto, los años que vivimos, los días que pasamos debajo del árbol de los recuerdos… ¡Qué besos tan dulces, que sonrisas de tus sueños, que dulzura de tu boca cuando nos dábamos un beso… ¡Me llamas viejo, tú, como es eso, si fui parar ti solo un sueño, si, eramos los dos unos jóvenes sin dueño y, asta creíamos en que los dos nos iríamos a vivir sobre el arco iris de colores que tiene el cielo… ¡Ya terminó el camino, ya se acabaron los sueños, ya tengo entre los restos de la tierra que cubre mis doloridos huesos… ¡Me iré, si, me iré por los caminos, buscando un nuevo sueño, donde no me digan que ya soy viejo… Yo guardaré en mi interior, los recuerdos que vivimos, aquel verano feliz donde te quise yo a ti, bajo las dulces hojas del árbol tierno… ¡Cuando se pase el tiempo, quien dirá de mi que no fui viejo, que estuve siempre jugando a ser tu dueño, ya ves, hoy no estoy, ni puedo ser el que dejó escritos tus bellos sueños; sobre un pergamino que durará todo el invierno… ¡Caen las hojas de los árboles, se quedarán desiertos sus ramas sin el follaje de sus sombras, se irán con el invierno, y cuando llegue la primavera, se cubrirán de hojas nuevas, el dulce sueño…

José Rodríguez Gómez. el sevillano. EL FORJADOR DE SUEÑOS.

                                                            LOCA AVENTURA DE AMOR.

¿Loca, me llamas loca, tú, que fuiste el que emborracho mi mente en la locura; tú, me llamas loca…

¿Por que: Dejarás mi mente envuelta en la ira, darás la vuelta amis sueños… Quien será el que renovará el amor perdido por los tiempos, aquel que vivimos tu y yo, el que nunca nos separó del destino, se fundió en tus labios el beso que nos dimos… ¿ Y quedó gravado en mi boca la que con locura se tiñó de besos y de rojos mis labios los que loco se volvieron? ¿Te reías de mi: Entonces; cuando en mi lecho nos revolcábamos sobre mis sabanas de sedas… que pensabas…Tú que eres el que forjas los sueños, por qué no dices que me quieres, como yo a ti te quiero… Eres una mujer que solamente con verte me das miedo, es tu cara la expresión de mis sueños, siendo yo el que dibuja tus besos sobre el papel de mis recuerdos… ¡Dirán que es una locura, pensaran de mi que siendo mayor que tú, qué dirán de mi, cuando me vean cogido de tu cintura y paseemos por las calles y nos vean que tú y yo si que nos queremos… Aventura, no, será lo que el destino nos depare, seguiremos siendo dos enamorados viviendo de los recuerdos… Cada vez que te miro me pregunto… tú con tus años yo con mis sueños y entre tu y yo… ¿Que hay… un vacío, lo llenaremos de besos? ¿Dime que es eso; yo con los años que tengo, no se puede vivir dentro de esta locura de amor que me lleva locamente enamorado de tu cuerpo? ¡ Dime, medas un beso, es el beso de amor que enjuaga mis labios secos, los que durante la noche mientras no te veo me recuerda ami que soy tu dueño… Me dice, qué teniendo todo tus sueños, qué me importa ami lo que digan de mi, cuando nos vean pasar delante de sus sonrisas al ver que distancia hay entre tu cuerpo y mi cuerpo… entre los años vividos y tus pocos años de amor que tu estas sintiendo… ¡Decir locura; es amar como yo te quiero… Siempre estaría contigo en este secreto nuestro! Pensaré que el destino nos a unido, nos da lo que realmente deseamos, que buscamos entre las sabanas de seda. Locamente enamorado de ti, cuando cojo tu cintura al ver que te puedo abarcar con tan sólo una mano, al ver que eres tu dueña de mis recuerdos y viéndote sonreír que más quiero… cara de niña, cuerpo de mujer, pechos de seda, caderas de ensueños y cintura de muñeca y tu pelo tan revuelto, tus cabellos rizados y del color de tu pelo, pintaron noche oscuras, para pintar los luceros, la luna no quiso salir, para no ver lo mucho que yo te quiero… Ella envidia tenía, sentía celos, se escondía en las sombras que producían los besos… ¡Me dirás que estoy loco, si, lose, claro que estoy loco; porque cunado te miro de cerca tengo miedo del aire, tengo miedo del viento, tengo celos de todo lo que acaricia tu cuerpo… Quisiera yo ser la celda: Que tuviese prisionero tu cara de porcelana, tus cabellos de acero negro, los que enredan mis entrañas; cuando yo no puedo verlo… Que locura de amor, que locura la que siento, que será de mi, cuando yo sea más viejo… Pinto en noche oscura, pinto en el silencio, uso pintura negra, para no ver yo tu cuerpo… El lienzo de tela blanca es de tela de mis sueños, es de color de oro, por que a si yo te recuerdo, pinceles de porcelana con cabellos de tu pelo y pestañas de hojalata te pondré sobre tus besos… En caballo enjaezado, llevaré tu vello cuerpo, sobre grupa de colore, iremos, volando, al cielos… Allí entre luceros negros, te diré, chiquilla mía; cuanto yo te estoy queriendo… ¡Que me llamen loco, que más da si nos querremos; de ti también dirán, que digan lo que deseen, que a ti y ami nos da igual lo que digan, sabiendo que yo te amo más que a mis ojos negros… ¡Dejame que te mire, dime que no lo sueño, dime que es real y que los dos nos queremos… Pasará años felices y, cuando yo sea un viejo, me traerás tu las flores, las pondrás sobre mi tumba, la tierra sera del cielo, las letras de mi epitafio; dirá, cuanto te quiero… siendo niña te besé, siendo mujer yo te quiero, siendo viuda, te diré, mi amor, fui tu esclavo, hoy, soy tu dueño…

Son raíces las cancelas, las que cierran mis recuerdos, son de hierro enmohecido pos los años que te llevo. ¿Nada, dirán des pues, cuando te vean de negro, las personas que te miren verán lo que yo decía, lo mucho que nos queremos…

José Rodríguez Gómez. el sevillano. EL FORJADOR DE SUEÑOS.

                                                    LA DISTANCIA.

¡Dices que la distancia no importa: Si, tal vez no tenga importancia, pero el estar lejos de ti se me hace la distancia, tan grande, que no puedo verte, ni escuchar tu voz, ni sentir el perfume de tu piel, ¿Que es lo peor que puedas sentir, si no tienes el perfume de tu piel cerca de ti… El barco que navega en tus aguas cristalinas se convierte en la distancia, solamente, en una ilusión que se pierde poco a poco… El recuerdo de tus labios es para mi el sabor de la miel, el dulzor de tu boca que me sabe a hiel amarga, que ya no queda en mi piel solamente el recuerdo de los sueños que vivimos en la distancia. Tu dices que en tu cara se refleja una luz que se apaga lentamente y que hay en tu interior la nostalgia de un presentimiento que no te deja ser lo que tú desearías ser… ¡Quisiera ser una hoja del árbol caído… que pasase el verano sobre el tronco de mi vida… y cuando termine el verano, ya sus hojas marchitas se caerán con el frío del otoño, daré gritos por el viento que me llevará hasta el rincón de tu calle; allí, se pudrirá mi cuerpo al ver que no era la distancia, sino la verdad que se esconde tras de ti, nada quedó en el silencio, nada se pudo ocultar detrás de tus ojos, y en ellos puedo ver que eres tu la que lloras en tu soledad… ¿Dime que piensas cuando la luz del día se marcha, cuando la oscuridad de la noche se tiñe en negrura, y la luz de tus ojos, no ven en la oscuridad de las sombras… Sólo, sobre mi cama, vueltas y más vueltas voy dando hasta que mi cuerpo se queda rendido y, el sueño hace sentir en mi mente el recuerdo de tus labios, yo, con ellos me quedo dormido… ¿Que pensarás de mi, cuando despiertes al amanecer del día… Verás que todo fue un sueño que te gastó tu mente, se burlo de ti al ver que no estabas con él, tu rostro quedará demacrado por la sonrisa de tu boca… ¿Que dirías de mi si yo te contase las penas que arrastro desde que no puedo verte, y no puedo tocar tu cara, ni besar tu boca, ya que la distancia es tan larga que ni soñando te vería cerca de mi… ¡Eres tú la dices que en tu mirada se esconde las penas de un amor imposible… tú que tienes el sabor del agua fresca, que corre por los labios de tu boca, que refleja tu destino tan cerca de mi, tan lejos de mi, tanta es la distancia que muero por verte, nada ni nadie puede darme tu sonrisa, la mirada de tus ojos dicen que están enamorados… ¿De quien… y que tal vez sea eso lo que te preocupa de todos los males que embriagan tus penas… Hace unas horas yo no sabía de ti, hoy se que te llamas «Lili,» que más le puedo pedir a mi pena, si sabiendo tu nombre puedo soñar contigo cada hora de la noche, cada segundo del día… ¡Estoy loco, ves; yo sin saber como eres, ya estoy loco, veras cuando pueda verte, que será de mi en la distancia que nos separa al uno del otro… Siendo un viejo, aun puedo soñar despierto, creerme que soy tan joven como tú, que pena perder la noción del tiempo. no saber lo que te diría, cuando te tuviese cerca de mi, me temblarían los labios, mis manos no tendrían el valor de tocar tu piel, entonces que pensará de una persona que se enamora en la distancia de una preciosa chiquilla, que vive en los mares del mundo; que navega sobre una barca muy pequeña, sin timón que pueda dirigir su destino… Es para mi un destino, el cual envejece mi rostro, mis ojos lloran por verte, sin que nada pueda hacerte, sólo con el recuerdo te podre besar… Y con tus besos en mi mente podre estar loco por quererte… ¿Quieres seguir soñando conmigo… sí, pues yo haré de ti huna hembra, que nada ni nadie podrá separarte de mi, aunque la distancia sea tan grande, y los mares del mundo inunden con sus aguas la felicidad de nuestro destino… Pensarás que la locura llega hasta el cerebro de los cuerdos; también dirás que tú siendo tan joven cómo puedes pensar de esa manera… Veo en tu mirada la duda de saber que es lo que te pasa, si cunado estas dormida yo en la distancia, miro tu cara, sonrío en la oscuridad de la noche… Al ver que tus cabellos tan negros se dibujan en tu almohada y se siente tu respirar suavemente; en el silencio de tus noche, yo me maldigo ya que no puedo tenerte… Cae la noche y amanece el día; nada, ni el viento de tus tierras pueden traerme tus suspiros, que le puedo pedir a la vida, si me prohíbe estar cerca de ti… ¡Cuando mi cuerpo se haya perdido en la distancia, y sea enterrado en tu tierra, dirás que fui un loco, que vivió cerca del sueño y, que jamás, llego a ser tu dueño… Eso me pasa por enamorarme de una chica que desde tan lejos se acuerda de mi, y me hace sufrir si, no tengo la repuesta de tus labios, los que no me dejan sonreír… Será un sueño q2ue los dos tengamos en secreto, este será el sueño de la distancia, y tú, tanto como yo, seremos dos enamorados de las aguas de tus mares, las que nos separan sin deseos, pero aunque yo quisiese verte no puedo verte si te amo como nadie pueda quererte…

José Rodríguez Gómez. el sevillano. EL FORJADOR DE SUEÑOS.

                                                              EL VIEJO.

¡Soy viejo: Pasaron los años; yo no pensaba lo mismo… Hoy viejo estoy en la puerta del infierno y no se que hago aquí si aun no estoy muerto… ¡Que pena llegar con los años hacer lo que el cuerpo te dice que ya eres un viejo… Te miras en el espejo que tienes arrumbado sobre un rincón y en el te ves mucho más viejo que antes… ¿Que ha pasado, que me puede haber ocurrido si mi piel ya esta mustia, y su color, ceniciento… Mis ojeras de color del azul del cielo y los parpados me pesan tanto que no los puedo tener abierto… Yo recuerdo: Que cuando vivía mi juventud, mi cuerpo era hábil, fuerte, ligero, y todas las mujeres me parecían bellas, su piel era del color de las rosas, sus ojos tenían una claridad que parecían lagos dormidos por las olas; ¿Que me ha pasado; que por mucho que lo intento no logro estar de acuerdo, no quiero ver como me siento… Mis ojos lloran, al recordar tus besos, la nostalgia de mis sueños se agolpan en mi cerebro… ¡Dices de mi que soy la sombra de mi cuerpo, la luz que se apagó y los suspiros del sueño… ¡Más me valdría vivir sin vivir ya que ni siquiera puedo caminar tras mis pasos los que se quedaron quietos… Hoy recuerdo el ayer, cuando tu, me decías, que era joven; hoy me dices, que no puedo… ¿Que medirá mañana; cuando sólo esta mi cuerpo… Recuerdo hace muchos años, que sobre mi lecho de seda tu estabas desnudas sobre mis sueños y yo mirándote riendo… Hicimos el amor; cuantas veces, no me acuerdo… sonaba una música que envolvían nuestros besos… Dime que no estoy loco… que se que lo recuerdo, pasaron unos días, ya, ni siquiera me acuerdo… Lloré, sí, llore muchas veces, no me arrepiento cuando tenía tu cuerpo, entonces, no era viejo… Hoy como hoja del otoño, caída del árbol viejo, voy dando vueltas y más vueltas con el viento del silencio… me llevará a tu esquina y allí quedaran mis sueños y gritaré con desespero viendo que no te tengo… El tiempo se ocupara, de corroer todo mis sueños, y la lluvia del otoño, pudrirá todo mi cuerpo… Gritare, llorare, y tú, no me conocerás cuando me veas llorar sobre el rincón de tu calle suplicando te tus besos… ¿Que será de mi, cuando mis ojos se hallen cubierto de tierra, y de gusanos mi cuerpo… Vaciaran mis recuerdos, mi destino sea muerto, en la tumba de mi cuerpo, no habrá escritos del recuerdo… ya mis manos tiemblan solas, mis pies no me sostengo; mejor que venga la muerte, no quiero seguir viviendo… hoy veo pasar a esas jóvenes del sueño, yo, quisiera recordar que viví, cuando fui joven sólo por dentro… ¡No tuve el valor de decir lo que yo siento, tu pasabas por mi lado moviendo todo tu cuerpo… que belleza, que hermosura, que mirada de tus ojos, que pestañas tan bonitas, cuando mirabas riendo… ¡Llegará el invierno, caerán lluvias tan fuertes que destaparan mi cuerpo, el tiempo no ha pasado, olerán mis huesos viejos… Cuando tu me digas que me valla, dejaré de ser para ti la sombra de tus recuerdos…

¡Acuérdate de mi! Si, aunque sea para reírte de mi ya sabías que rea viejo… Tú también serás un día no muy lejos, tu cuerpo quedará estrujado por tus huesos y la piel de tus labios los que antes eran tan bellos, se irán arrugando con los años, entonces, serán muy viejos… ¿Porqué tengo que ser el primero de los muertos, si tanto yo te quería, hoy nada soy, ni la sombra del recuerdo… ¡Aquel manantial de aguas cristalinas te salían de tus besos… ¿Que habrá sido ya de el, el río bajaba seco, la arena del camino ya no tiene charcos nuevos… ¿Donde esta tu mirada que por más que la busque no la veo… se que estoy soñando por que despierto me encuentro… sobre las sabanas de sedas las que cubrían tu cuerpo… Tomando el sol de la mañana, mi pitillo se a quedado prendido en mis labios viejos, y con el temblor de mi boca, pagado cae al suelo… La mirada la tengo triste, sonriendo están mis sueños… nada queda de mi. nada, todo es un sólo sueño y por mucho que recuerde no me queda un soplo nuevo… ¡Dejame que aquí me quede, no quiero que me muevan de la silla de los sueños; ya termino mi hora, solo quedan mis recuerdos… ¡Cuando el viento sea frío, por favor no recojas tu mis huesos, que ya no quiero vivir, sin vivir aquellos tiempos… Todo pasa en este mundo, se es joven, maduro y viejo, pero cuando te llegue la hora, no te quejes, que no le puedes decirle que no quieres ser su dueño…

José Rodríguez Gómez. el sevillano. EL FORJADOR DE SUEÑOS.

                                                          LOCA AVENTURA DE AMOR.

¿Loca, me llamas loca, tú, que fuiste el que emborracho mi mente en la locura; tú, me llamas loca…

¿Por que: Dejarás mi mente envuelta en la ira, darás la vuelta amis sueños… Quien será el que renovará el amor perdido por los tiempos, aquel que vivimos tu y yo, el que nunca nos separó del destino, se fundió en tus labios el beso que nos dimos… ¿ Y quedó gravado en mi boca la que con locura se tiñó de besos y de rojos mis labios los que loco se volvieron? ¿Te reías de mi: Entonces; cuando en mi lecho nos revolcábamos sobre mis sabanas de sedas… que pensabas…Tú que eres el que forjas los sueños, por qué no dices que me quieres, como yo a ti te quiero… Eres una mujer que solamente con verte me das miedo, es tu cara la expresión de mis sueños, siendo yo el que dibuja tus besos sobre el papel de mis recuerdos… ¡Dirán que es una locura, pensaran de mi que siendo mayor que tú, qué dirán de mi, cuando me vean cogido de tu cintura y paseemos por las calles y nos vean que tú y yo si que nos queremos… Aventura, no, será lo que el destino nos depare, seguiremos siendo dos enamorados viviendo de los recuerdos… Cada vez que te miro me pregunto… tú con tus años yo con mis sueños y entre tu y yo… ¿Que hay… un vacío, lo llenaremos de besos? ¿Dime que es eso; yo con los años que tengo, no se puede vivir dentro de esta locura de amor que me lleva locamente enamorado de tu cuerpo? ¡ Dime, medas un beso, es el beso de amor que enjuaga mis labios secos, los que durante la noche mientras no te veo me recuerda ami que soy tu dueño… Me dice, qué teniendo todo tus sueños, qué me importa ami lo que digan de mi, cuando nos vean pasar delante de sus sonrisas al ver que distancia hay entre tu cuerpo y mi cuerpo… entre los años vividos y tus pocos años de amor que tu estas sintiendo… ¡Decir locura; es amar como yo te quiero… Siempre estaría contigo en este secreto nuestro! Pensaré que el destino nos a unido, nos da lo que realmente deseamos, que buscamos entre las sabanas de seda. Locamente enamorado de ti, cuando cojo tu cintura al ver que te puedo abarcar con tan sólo una mano, al ver que eres tu dueña de mis recuerdos y viéndote sonreír que más quiero… cara de niña, cuerpo de mujer, pechos de seda, caderas de ensueños y cintura de muñeca y tu pelo tan revuelto, tus cabellos rizados y del color de tu pelo, pintaron noche oscuras, para pintar los luceros, la luna no quiso salir, para no ver lo mucho que yo te quiero… Ella envidia tenía, sentía celos, se escondía en las sombras que producían los besos… ¡Me dirás que estoy loco, si, lose, claro que estoy loco; porque cunado te miro de cerca tengo miedo del aire, tengo miedo del viento, tengo celos de todo lo que acaricia tu cuerpo… Quisiera yo ser la celda: Que tuviese prisionero tu cara de porcelana, tus cabellos de acero negro, los que enredan mis entrañas; cuando yo no puedo verlo… Que locura de amor, que locura la que siento, que será de mi, cuando yo sea más viejo… Pinto en noche oscura, pinto en el silencio, uso pintura negra, para no ver yo tu cuerpo… El lienzo de tela blanca es de tela de mis sueños, es de color de oro, por que a si yo te recuerdo, pinceles de porcelana con cabellos de tu pelo y pestañas de hojalata te pondré sobre tus besos… En caballo enjaezado, llevaré tu vello cuerpo, sobre grupa de colore, iremos, volando, al cielos… Allí entre luceros negros, te diré, chiquilla mía; cuanto yo te estoy queriendo… ¡Que me llamen loco, que más da si nos querremos; de ti también dirán, que digan lo que deseen, que a ti y ami nos da igual lo que digan, sabiendo que yo te amo más que a mis ojos negros… ¡Dejame que te mire, dime que no lo sueño, dime que es real y que los dos nos queremos… Pasará años felices y, cuando yo sea un viejo, me traerás tu las flores, las pondrás sobre mi tumba, la tierra sera del cielo, las letras de mi epitafio; dirá, cuanto te quiero… siendo niña te besé, siendo mujer yo te quiero, siendo viuda, te diré, mi amor, fui tu esclavo, hoy, soy tu dueño…

Son raíces las cancelas, las que cierran mis recuerdos, son de hierro enmohecido pos los años que te llevo. ¿Nada, dirán des pues, cuando te vean de negro, las personas que te miren verán lo que yo decía, lo mucho que nos queremos…

José Rodríguez Gómez. el sevillano. EL FORJADOR DE SUEÑOS.

                                                LLORARÉ.

¿Lloraré… no lo se, sólo te puedo decir que es triste no estar aquí siendo feliz con tu amor en este lugar tranquilo donde se respira mejor… Cuando este en el cielo, sembraré un jardín de flores, donde salgan los olores te te mando con mis sueños… De luz tendrá un arco iris, de colores tan intensos que sera de día todo el tiempo para proteger tus flores, las que siembro con mi cuerpo. Será tan bello el sueño que me dirás que es mentira, que sólo es uno de mis sueño los que yo a ti te contaba cuando eramos pequeños… Hoy somos mayores los dos, y ya se pasó el tiempo, qué jóvenes eramos entonces cuando me diste tu amor… ¡Me acuerdo de aquel día en que sentado, viendo como llovía y sonreíamos los dos… Tus cabellos se mojaban, y mientras yo te miraba, como tu cara de rosa, del color de la amapola, se convertían en rosas que de tus labios salían. Yo pensaba aquel momento lo escribiré entre mis sueños y lo tengo bien guardado, ya que esos sueños, no se pueden olvidar aunque se pase el tiempo, en el baúl de los sueño yo lo tengo que guardar… Fueron días tan felices que yo nunca olvidaré, por más que el tiempo pase yo lo tengo en mis recuerdos, no pasa sólo un momento que no me hagan reír aquellos hermosos besos que yo te daba a ti… Fueron tiempos tan felices que hoy en día aun recuerdo cuando eramos los dos tan pequeños, y nos dábamos amor sin saber lo que era eso… Tus cabellos del color de los trigales, las amapolas en los trigales se reían de los dos… sin saberlo yo pensaba, si tu tuvieras otro amor, que sería de mi, no es verdad, si nos queremos los dos… ¡El tiempo pasó volando, los hijos ya vinieron y se marcharon corriendo, por qué ya no eran pequeños y también ya se casaron, tenemos unos nietos, qué felices nos hicieron ellos con sus juegos de mentiras, también soñaban como tú y yo, que era amor lo que sentían sin saber lo que decían… Ya se pasaron los años, viejos tú y yo estamos; dame ami tus mano que nos iremos los dos como dos enamorados, qué piensan; del tiempo que ha pasado ya que siendo hoy mayores nos movemos los dos como dos enamorado de pasado si señor… ¡Eran tus ojos azules como el cielo sin nublar, no había una estrella que yo pudiese alcanzar, y ponerlas sobre tu pelo para poderla mirar…

Mis cartas se arrugaron, y se cambio de color, se que todo termino, pero lo que no pudo el destino fue borra nuestro amor, que no se lo llevo el viento; aunque si que lo intento… Tus cabellos eran del color de los trigales y yo entre tus espigas, era como una amapola que de ti se enamoró siendo de otro color. Ya no hay trigo que sembrar, ni amapolas que del tiempo se pudiesen enamorar, de aquellos hermosos tiempo que vivimos sin pensar que sería de tus besos si no te los diese yo, en aquellos días de ensueños que nos pasamos tu y yo… ¿Volverán aquellos tiempo en que vivan otros dos; lo mismo que nos pasó en nuestro sueños mejor… ¿Qué se yo, no digo que pueda ser, ya que se pasó el tiempo, pero queda el recuerdo de aquellos días pasados que vivimos tú y yo. En aquel jardín de ensueño…

José Rodríguez Gómez. el sevillano. EL FORJADOR DE SUEÑOS.

                                                     ¡ESTOY LLORANDO!

¿Por qué estoy llorando, porque: Dímelo, si, dímelo, no se el por que estoy así, no quiero seguir viviendo de esta misera manera, yo se que me decías que me fuera, que ya no te molestase por que ella no era parte de tu vida… ¡Te maldigo mil veces, si, te maldigo; cuantas veces me dijiste que eras mía, cuantas, ahora te gusta otro… ¿Que te da, dinero, amor, juventud, de eso también yo tenias… ¿que buscas fuera de mi, no ves como me encuentro, solitario en este maldito laberinto de los muertos; yo no se a donde ir para recuperar mis sueños… Ver el lloras de mis ojos, correr las lagrimas del tiempo, sentir por mis mejillas el contacto con tu cuerpo… Ya, la soledad de mi alcoba esta desierta, la sombra de mis cuerpo se reflejan en tus besos… ¡Nada me queda ya, sólo el baúl del recuerdo, el que esta lleno de trapos los que podridos los tengo, si lo abro, huelo a sueños, si lo cierro me arrepiento, por que en él esta mi vida, y el sabor del vino viejo que emborrachan tus besos cuando ya ni los recuerdo… ¿Cómo quieres verme tú, tirado por los suelos, embriagado de licores y dormido en el suelo… ¡Ya lo has conseguido, ya me ves, como me encuentro, ayer vivía contigo y hoy, ya no te tengo… ¿Es el destino cruel, si, por qué,si yo te quise querer y, tú dejaste mis besos, los que yo a ti te di el día que te conocí, lo se, era mor, si, ya, me acuerdo… Estaré por las calles, loco, si loco, entrare en las tabernas, tomaré el vino viejo, el que tu me diste un día, en que yo estaba ciego, ya que de amor no sabía, y tú abriste mis ojos los que cerrado ya tengo… No temes que las sombras de tu cuerpo te persigan, no las temes, mira para atrás, ya veras como te sigo, sin que notes el silencio, mi sombra te perseguirá el resto de la vida, que te quedes en este mundo, el que tú hiciste de mi, un trapo del sucio suelo… ¿Hoy lloro, lo se, si lloro por mis recuerdos, para qué lloro siendo un hombre, ya me ves, tirado por los suelos… No quiero que tú te rías, no quiero tus sentimientos, yo quería tu alegría y hoy ya no la tengo… Suenan en mi mente el ruido del arroyo, ese arroyo en que tú y yo tumbados en el suelo, te dije tú mujer eres mi sueño, ese sueño de amor, sobre tu cuerpo de seda cabalgué por los senderos, con tres navajas de platino, espuelas de puro acero, y en mi camisa blanca yo llevo tres luceros; tú me has matado, mientras yo tendido estaba sobre tu cuerpo tan bello… Cerca de un árbol cogí, mi caballo y lo amarre en silencio, yo sabía lo que hacía, él no sentía de cerca mis malditos pensamientos… ¡Quite de mi montura la cuerda de los recuerdos cuando yo a ti te hacía una comba para yo mecer tu cuerpo… Hoy la quiero para mi, no temas, no tengo miedo, se que estoy loco, bueno, así lo quiero… el viento arreciará y balanceará mi cuerpo, que colgado de esta rama se quedarán mis recuerdos… Pájaros de negras plumas me sacaran mis recuerdos, se llevará mis ojos, para que los quiero muerto… No me diste para mi, ni tan siquiera un pañuelo, que secase mis heridas que corrían por mi cuerpo… ¡Ya me voy, no me llames que no vuelvo, antes tú me tuviste, hoy ya no te tengo… ya quedaron los caminos revueltos de verde heno. mi caballo no me sigue por que yo ya no lo quiero… ¡Deja que siga llorando, deja en mi el recuerdo, deja que yo me lleve al infierno yo tus besos… los que un día te di, y hoy ya no lo siento, secos están mis labios, por el viento de mi cuerpo, que colgado se haya, en esta rama, del árbol de mi silencio… José Rodríguez Gómez. el sevillano. EL FORJADOR DE SUEÑOS.

                                  LA SOLEDAD DE LA NOCHE.

En la soledad de la noche te escribo a ti: ¿Cómo quiere que te llame; dímelo, no se como llamarte, te llamare soledad… ¡Si, porque yo, también estoy como tu, sólo, recordando mis recuerdos más preciados, que por mucho que lo intento no logro saber lo que hago… ¿Me dirás que no estoy cuerdo, ya lo se, pero que quieres que le haga, si llorando yo me encuentro… ¡La noche esta oscura, y la sombra de mi cuerpo, se refleja en las paredes de mi cuarto tan pequeño… Una cama, una silla, una mesa, un espejo, para mirar mis ojeras que de color se mean puesto… Dices de mi lo que quieras, dí lo, no tengo sueño, ya que de tanto llamarte, se me volaron mis sueños… ¡Que se le puede hacer con estas malditas pesadillas… ¡No lo se, dímelo, por favor, de tanto como te llamo, tú nombre, se lo llevaron los vientos… ¡grito, lloro, te llamo por tu nombre…¡Soledad… dónde te encuentro, que no veo en la oscuridad de la noche que te tengo… ¿Te tengo: que se yo, te puedo tener, cuando, pero no ves, que de amor, me estoy muriendo… ¡Es mentira; te estas riendo de mi, escucho tus carcajadas, se me rompen los oídos, de tanto como te quiero… ¿Por qué haces eso de mi, dímelo que yo lo quiero saber, no ves, que de amor, también se puede morir… Mi cuerpo sentado esta, sobre una silla de aneas, en la mesa que yo te escribo, con mi luz, es una vela, que el viento la va moviendo, y casi del mismo, se apaga, y me veo entre tinieblas… dices de mi que soy loco, y me hayo en la ceguera, que desnudo camino, mirando, por las veredas… Mis pies se van hiriendo, con los cantos de las piedras, la sangre sale del suelo, me crecen, a mi otras hiervas… ¡Grito en mi silencio, miro detrás de mi, quiere alguien, seguir, mi camino, que él recoja mis hiervas, las que yo le voy dejando, por que ami ya no me quedan, mas rincones en mi cuarto, para conservar mas hiervas… Que tendrán estos matojos, que curaran de mi cuerpo, si lo que tengo contigo, no lo cura la ceguera… ¿Para que quiero la luz, dímelo, que la vela de mi mesa esta temblando de frío por que el viento que hace, quieren borrar mis huellas? ¿Cuantas veces te besé, no lo se, dímelo tú, que te acuerdas… Yo sé, que una vez, nos besamos en la sierra… Te llevaba en mi grupa, montados en mi jaca negra, sus bridas eran de oro, y de plata, mis espuelas, la silla que tú montabas era bordada de estrellas… ¡No te acuerdas mi amor, que debajo de la sombra, del árbol que nos sentamos la sombra era muy buena, tumbamos la manta mía, y miramos las estrellas… Yo te besé tus labios, tu me dijiste amor, dime lo que tu quieras que soy la hembra de tus sueños la que tiene en la tierra…¡Seré pata ti mi amor la hembra de tus locuras, la que te de el amor que no te diese la luna… miel veces yo te monte, sobre escamas de plata, se resbalaban, mis dedos sobre tus piernas hechas de pura lata, mis dedos de hoja lata, mis manos hechas de escarchas…Mi trabuco entre las hiervas recostada sobre el tronco, de aquel del río, el agua ya se lo lleva… ¿Cuando dirás de mi, que seré solo tu dueño soy. ¡Dímelo, por amor, dímelo, que quiero saberlo yo, si tú, serás para mi la dueña de mi vida, la que tengo por vivir, en esta montura nuestra… cabalgaremos desnudos, sobre mi jaca llanera, y su viremos al cielo, cogido por mi cintura y llevándote a mis vera… ¡Que dirán los luceros, ya se aman los ciegos, que la vista no les sirve, para ser lo que ellos quieran… Te montarás con mis sueños, te contare las estrellas… Te llevaré sobre el arco iris y la luna nos enseña como se quiere de vera… Dime mi amor, yo seré para ti, el bandolero de amor que te vela noche y día, sin soltar me de las riendas… Te llamaré Soledad.. así, tu nombre me suena, ya que desde hoy los dos no iremos a la sierra, donde viviremos debajo de una cueva muy vieja, tendrá la luz del cielo y de techo las estrellas, de manta una corcha de encajes, y de almohada, mis brazos suaves que te acogerán tan suaves que dormirás a mi veras, hasta que salga la luna no nos iremos más cerca… los pájaros cantores, despertaran las estrellas, y el arrollo de los campos regarán las otras hiervas; de muchos colores bellos y, de aromas de la sierra… entre tomillo y romero escucharás a mi estrella, la que te dice, te quiero cuando termine mi vida serás para mi el sueño que me llevó hasta la sierra… José Rodríguez Gómez. el sevillano. EL FORJADOR DE SUEÑOS.

SOY UN VIEJO.

Soy un viejo ya lo se,pero los años no son el temor de perder la ilusión de tener a tu lado la persona que amas… ¡Si los años te debilitan cada día que pasa, se va sumando al almanaque que le vamos recortando cada día que pasa… ¿que le podemos hacer; nada, ya que el tiempo es inexorable con los años… el amor a mis años, es la locura de querer ser más joven; y eso, no es posible ya que los años no pasan en balde, la cara, refleja el paso del tiempo… Por mucho que me mire al espejo del tiempo, yo quisiera ser el de antaño, y tener cuarenta años menos… ¿Pensarás que estoy poco cuerdo; que la locura me ha entrado de golpe y ya no se ¿A donde me encuentro… si estas en lo cierto, lo se pero que le puedo hacer si llorando yo me encuentro, escondido en los rincones de mio cuarto esta desierto y la cama donde duermo las ropas es tan tan viejas, que del tiempo, se van rompiendo… la almohada de mi cama tiene gotas de sangre fresca, son mis lagrimas de sangre, que de mis ojos se sueltan… Antes perlas parecían, hoy son de tinta negra, ¿Y mañana de que serán de mi; sino, le diese la vuelta, a los sueños que tuvimos aquella noche tan bella… Yo quisiera morir esta noche, que mas meda, que sea hoy o mañana en la siesta… Cuando yo este dormido que me lleven en la cuesta. lentamente a la tumba. Que no quiero, ni tengo prisas que ya me marcho de vuelta, el tiempo se me termina y ya no tengo repuesta… Di de mí que no quise ser el hombre que tu sueñas, yo ya soy tan viejo, que le cuesta subir los caminos y además que sean cuestas… Los llanos me los subo, y las cuestas ya no puedo ni subirlas despacito, por que el tiempo que ya tengo los años son una pesa, te va dejando atrás, y los huesos, ya me pesan… Y quiero yo ser joven, de verdad que estoy loco, yo lo se, pero el sueño no pasa por mis años, y aunque sea mayor, que mas meda, si al pasar una mujer, yo la miro, aunque yo no me de cuenta, de que ella es menor y los años tan bien me cuentan…

¡Dile a Dios que me lleve… díselo por favor, harto estoy del camino, y no quiero ya la vuelta, que me dejen en un rincón y se den la media vuelta, que ya termine siendo la sombra de lo que era… que no haya entierro, que me tiren en la cuesta, y acunado llegue el día, los huesos ya no me tiemblan, por que se que es razón de que los años si cuentan; aun que yo no lo quisiera, pero sé, que no hay vuelta, en la tumba de mi cuerpo pon una lapida nueva donde diga, a qui yace el que soñó con su vuelta, ya lo se que no pudo ser, ya que los años si cuentan, siendo un viejo se creyó que los tiempos de la vida a los hombre no les cuentan…Yo me tengo por que fuera, un hombre echo y derecho caminando por tu puerta… ¡Es la sombra de mi cuerpo, es la sombra de mis huellas, es la sombra del camino que a tu puerta me lleva… Descalzo ando el camino, de tu puerta hasta mi puerta. Pasará,años enteros, ya no quedarán los restos de mi senderos, que se borro con los vientos que de tu lado me fuera… Hoy camino yo, detrás como si fuera la sombra de tus caderas y el esclavo que llevas detrás de tu sombra, te besaré tus piernas como si fuese tu perro, que husmeando te siguiera los pasos que tú te das, por los caminos de piedras… ¡Soy esclavo de ti, soy el que te perdiera, soy el que te quiso tanto, que ya no queda si quiera, el recuerdo del pasado, que los vientos se los llevan… Ante el trono de justicia me tendré derecho apenas, ya que no puedo mirarte por encima si pudiera… De qué me sirvió ami, ser para ti, la sombra de mi tristeza… Cuando yo era tan joven entonces yo te decía, serás para mi tú la mujer que yo quisiera; el tiempo dijo que no, que no era yo el hombre que tu quisieras, el sera de otra forma, y tendrá tanta riquezas que yo a su lado seré el pobre que te pidiera, un beso de amor pedí y tu de mi te rieras; al ver que siendo un viejo que ya no puede ni subir descalzo por esa cuesta… Te quise mucho mujer, lo demás ya no me cuenta, los años fueran culpables de que tú no me quisieras… Ya paso todo el tiempo, ya termino la cosecha y el campo quedó desierto esperando aque llueva… Para mojar los caminos y de tras, queden mis huellas

¿Te acuerdas de mí… cuando te pedí que fueras la mujer de mis sueños, y que fueras mi compañera, ya se yo que no pudo ser, aunque tanto te lo pedí, ya no queda de mi, los restos de aquellos años los que fueras para mi la mujer que yo quería y que tan bellas tu eras… la flores se marchitaron las rosas ya se cayeran, y el aroma de sus pétalos podridos ya se los llevan, el viento que a mi me llevó lentamente por la cuesta… José Rodríguez Gómez. el sevillano EL FORJADOR DE SUEÑOS.

(ÉL ABUELO)

¡Dime: ¿que te pasa: ¡Dímelo abuelo, ¿que te ocurre en tu mente, que nada de lo que haces es normal… De tus ojos caen lagrimas que parecen perlas de plata fina; ellas, recorren tus mejilla, deteniéndose en las arrugas que surcan tu cara… Tus labios sonríen sin saber porqué… Tu mirada esta perdida en la distancia y yo miro hacia donde tu y nada veo que me haga son reír… ¿Dime que ves dímelo tu por favor; yo quiero saber lo que tanto te hace llorar, y alguna vez que otras, sonríes sin saber el por que lo haces… Tu estas esperando que suene tu vieja guitarra y que te lleve con ella, es eso lo que tanto daño te esta haciendo dentro de tu corazón… ¡Tú no puedes irte, no ves que yo vivo por que tu estas ami lado… ¿Que aria yo sin ti…¿Dímelo tu abuelo… Por que deseas irte de mi, no ves que cada vez que vengo de la escuela te traigo un dibujo nuevo; si, abuelo, yo lo pinto para ti… Si tu te vas: a quién se lo voy a enseñar, si tu no estas yo no quiero que te marche de mi… Tu eres el tronco de donde nació mi cuerpo, gracias a ti puedo venir corriendo de la escuela, para que veas lo que he pintado para ti… Tú me enseñaste a leer; yo cojo mi cuento de dibujos y con el te puedo enseñar como he aprendido a leerte los cuentos, por que tú fuiste el que me enseñó las primeras letras, y gracias a ti se leer… Cuando llega la noche, yo no me voy a dormir sin darte un beso en tu cara; y te deseo que tengas una buena noche, y después de haberte besado, yo me voy ami cama la que esta cerca de la tulla… ¿Que podría yo hacer para que tú te encuentres bien, dímelo abuelo… Antes tu jugabas conmigo al trompo, a la cuerda, me contabas cuentos de tu infancia, y hoy yo te encuentro muy raro abuelo… Yo no se que es ser mayor, soy un niño nada más… Tú ya viviste los años de juventud, cuéntame lo que te pasa, no dejes que yo llore por ti; sabes que cuando yo estoy triste, lloro mucho, y a ti, te duele que lo haga… Yo, lose, pero hoy no quieres contarme nada, miro tus ojos y no me ven, miro tu boca y no me dices nada… Veo tus manos y están temblando, por qué, porque te tiemblan las manos, no lo se abuelo, hoy no tienes ganas de que yo te encienda un pitillo; y te lo ponga en tus labios, si quieres lo hago y te lo enciendo, para que puedas fumar como lo hacías ante de hoy… Ya no quieres fumar, tu sabes que no es bueno, pero a tus años ya no te importaba que fuese malo hacerlo… Tienes una mirada que me asustas y cuando deja de sonreír estas mas serio que de costumbre…¿Te quieres ir sin mi… ¡No. no quiero que te marches, tú sabes cuanto te quiero… Nadie en casa se a dado cuenta de que tú no estas bueno, yo he sido el que se a dado cuenta de eso, por seo estoy contigo… Cuando llegue el momento de tu ida, estaré a tu lado, te cogeré tus manos y me iré contigo para siempre, y no volveremos nunca más… Ya verás, que bien estaremos los dos en otro sueño; de los que tú me contaba antes cuando estabas bueno ¿Quiere que yo te lleve al medico, tu lo quieres…Yo puedo llevarte, y le diré al doctor, que él te ponga bueno, por que yo no quiero que tú estés malo. ¡Si tú te vas, ya no tendré con quien jugar; a mi los amigos de la escuela, no les cuento nada de ti, por que no quiero que sepan que tú estas malo, yo a ellos no los quiero; sólo te quiero a ti… Mira, como de mis ojos, también caen unas lagrimas de amor por ti. y tampoco me río al ver que tú estas llorando si saber por que… A lo mejor si que lo sabes, pero tú no me lo quieres decir para que yo no sufra al verte… Me estaré sentado en el suelo , al lado tuyo, es tare hasta que llegue la noche; y cuando llegue, me iré contigo hasta las puertas del cielo… Y si me dejan entrar, yo entrare contigo; para que siempre tengas con quien jugar… Dime abuelo que te parece mi idea… ¡Que sepas: Que tú no te vas de mí sin que no este contigo… ¿Nos iremos los dos al fin del camino; no temas por mi abuelo, yo sé que estando a tu lado estaré bien, y tú cuidaras de mi mientras te quieran llevar… Yo, que tu sabes que soy un hombre, cuidare de ti; y seré el guarda de tus sueños… ¡Mira abuelo viene un ángel, trae sus alas desplegadas… ¡Son de colores y me esta son riendo a mí… ¡Es tu ángel de la guarda, y es el mío también… Nos vamos con el, y nos llevara al cielo donde nunca es de noche; allí estaremos los dos juntos y siempre estaré contigo jugando a lo que tú quieras…

JOSÉ RODRÍGUEZ CÓMEZ. ELSEVILLANO. ELFORJADOR DE SUEÑOS.

(ÉL ABUELO)

¡Dime: ¿que te pasa: ¡Dímelo abuelo, ¿que te ocurre en tu mente, que nada de lo que haces es normal… De tus ojos caen lagrimas que parecen perlas de plata fina; ellas, recorren tus mejilla, deteniéndose en las arrugas que surcan tu cara… Tus labios sonríen sin saber porqué… Tu mirada esta perdida en la distancia y yo miro hacia donde tu y nada veo que me haga son reír… ¿Dime que ves dímelo tu por favor; yo quiero saber lo que tanto te hace llorar, y alguna vez que otras, sonríes sin saber el por que lo haces… Tu estas esperando que suene tu vieja guitarra y que te lleve con ella, es eso lo que tanto daño te esta haciendo dentro de tu corazón… ¡Tú no puedes irte, no ves que yo vivo por que tu estas ami lado… ¿Que aria yo sin ti…¿Dímelo tu abuelo… Por que deseas irte de mi, no ves que cada vez que vengo de la escuela te traigo un dibujo nuevo; si, abuelo, yo lo pinto para ti… Si tu te vas: a quién se lo voy a enseñar, si tu no estas yo no quiero que te marche de mi… Tu eres el tronco de donde nació mi cuerpo, gracias a ti puedo venir corriendo de la escuela, para que veas lo que he pintado para ti… Tú me enseñaste a leer; yo cojo mi cuento de dibujos y con el te puedo enseñar como he aprendido a leerte los cuentos, por que tú fuiste el que me enseñó las primeras letras, y gracias a ti se leer… Cuando llega la noche, yo no me voy a dormir sin darte un beso en tu cara; y te deseo que tengas una buena noche, y después de haberte besado, yo me voy ami cama la que esta cerca de la tulla… ¿Que podría yo hacer para que tú te encuentres bien, dímelo abuelo… Antes tu jugabas conmigo al trompo, a la cuerda, me contabas cuentos de tu infancia, y hoy yo te encuentro muy raro abuelo… Yo no se que es ser mayor, soy un niño nada más… Tú ya viviste los años de juventud, cuéntame lo que te pasa, no dejes que yo llore por ti; sabes que cuando yo estoy triste, lloro mucho, y a ti, te duele que lo haga… Yo, lose, pero hoy no quieres contarme nada, miro tus ojos y no me ven, miro tu boca y no me dices nada… Veo tus manos y están temblando, por qué, porque te tiemblan las manos, no lo se abuelo, hoy no tienes ganas de que yo te encienda un pitillo; y te lo ponga en tus labios, si quieres lo hago y te lo enciendo, para que puedas fumar como lo hacías ante de hoy… Ya no quieres fumar, tu sabes que no es bueno, pero a tus años ya no te importaba que fuese malo hacerlo… Tienes una mirada que me asustas y cuando deja de sonreír estas mas serio que de costumbre…¿Te quieres ir sin mi… ¡No. no quiero que te marches, tú sabes cuanto te quiero… Nadie en casa se a dado cuenta de que tú no estas bueno, yo he sido el que se a dado cuenta de eso, por seo estoy contigo… Cuando llegue el momento de tu ida, estaré a tu lado, te cogeré tus manos y me iré contigo para siempre, y no volveremos nunca más… Ya verás, que bien estaremos los dos en otro sueño; de los que tú me contaba antes cuando estabas bueno ¿Quiere que yo te lleve al medico, tu lo quieres…Yo puedo llevarte, y le diré al doctor, que él te ponga bueno, por que yo no quiero que tú estés malo. ¡Si tú te vas, ya no tendré con quien jugar; a mi los amigos de la escuela, no les cuento nada de ti, por que no quiero que sepan que tú estas malo, yo a ellos no los quiero; sólo te quiero a ti… Mira, como de mis ojos, también caen unas lagrimas de amor por ti. y tampoco me río al ver que tú estas llorando si saber por que… A lo mejor si que lo sabes, pero tú no me lo quieres decir para que yo no sufra al verte… Me estaré sentado en el suelo , al lado tuyo, es tare hasta que llegue la noche; y cuando llegue, me iré contigo hasta las puertas del cielo… Y si me dejan entrar, yo entrare contigo; para que siempre tengas con quien jugar… Dime abuelo que te parece mi idea… ¡Que sepas: Que tú no te vas de mí sin que no este contigo… ¿Nos iremos los dos al fin del camino; no temas por mi abuelo, yo sé que estando a tu lado estaré bien, y tú cuidaras de mi mientras te quieran llevar… Yo, que tu sabes que soy un hombre, cuidare de ti; y seré el guarda de tus sueños… ¡Mira abuelo viene un ángel, trae sus alas desplegadas… ¡Son de colores y me esta son riendo a mí… ¡Es tu ángel de la guarda, y es el mío también… Nos vamos con el, y nos llevara al cielo donde nunca es de noche; allí estaremos los dos juntos y siempre estaré contigo jugando a lo que tú quieras…

JOSÉ RODRÍGUEZ GÓMEZ. ELSEVILLANO. EL FORJADOR DE SUEÑOS.

ENMORADO DE TI.

Enamorado de ti: ¿Por que… Si tú desprecias mis sentimientos y haces de mi que sea un esclavo de tu cuerpo… ¡Si lo se me tiene enamorado, cómo si fuese un perro que aullando va detrás de ti sin saber lo que yo hago… ¿Es la vida tan misera que de mi se va riendo… ¿Por qué; si nada tengo, más que loco me vas volviendo… ¡Tu te ríes de mi, cada vez que yo te encuentro y, delante de mis ojos tu boca se va riendo… ¡So tus ojos de azabache, tus labios pétalos de rosas, tus cabellos son de seda, y tu cara una estrella… ¿Que hice yo para sufrir: Te amo como si fueras, el aire que yo respiro, y si no te veo a mi me dejas muriendo cómo un pájaro que vuela… ¡En una celda encerrado de cristal como si fuera para que me vea yo libre estando con mis cadenas… ¡No ves que mi destino es estar siempre a tu vera; vivir la siempre contigo, como si una sombra fuera… De mis ojos ya resecos de tanto llorar por ti, no se donde me encuentro si no te veo a ti a mi lado sonriendo; qué puedo hacer sin ti, si mi vida esta muriendo de los celos que yo siento por ti… ¿Dime; que quieres que haga, dímelo por tu raza de gitana, quieres que yo me mate, si tu quieres yo lo aré, sin que la navaja se clave dentro de tu querer… En la calle paso los días, y las noches en tu puerta, cada vez que tu me miras siento por dentro tristeza… ¡Dicen de mí, que soy un payaso para ti; y que me importa ami, digas lo que digan la gente, sera cierto, pues ya ves, de tanto cómo te amo; si lo fuese yo por ti, que más da, si estoy loco, yo, no se lo que decir, y además me importa poco… Tu familia no me quiere, por que soy pobre para ti. ¿Que quieren ellos de mi, ¿Si yo fuese rico, a lo mejor, si… ¡Nada tengo para darte, solo pobrezas y sueños, soy un mendigo que vive de lo que yo voy pidiendo por las calles que yo paso de mi se van riendo… ¡El tiempo, dirá que es, lo que yo te estoy queriendo. si yo no puedo dar riquezas para tu cuerpo… ¡Te daría mi querer, mi alma y mis desvelos, esteré pidiendo limosnas, para mantener tu cuerpo… Tu vestida de sedas, yo con trapos viejos, descalzo caminare para buscarte el sustento… ¡Y cuando ya no pueda, tú, me quitaras los sueños… ¡Deja mi cuerpo herido que se sangre mi esqueleto, que si no sirvo para na… ¡Para que seguir mintiendo… Grita les a los gitanos, que ellos vengan corriendo, que se traigan sus navajas y corten todo mi cuerpo… Yo no quiero sepultura, quiero morir en el suelo, y que me coman lo buitres, que mi cuerpo, esta hediendo… Una historia para contar, será lo que yo tengo; tus padres no me quieren, para qué seguir sufriendo… ¡Malditas sean mis ojos, cuando tu cuerpo ellos vieron; cómo se bambolea, al pasar sobre mis sueños… ¡Una guitarra se rompe, con mi llanto y mis sentimientos; una gitana baila al rededor de mi cuerpo, una candela encendida, un viejo caro que tengo; para llevarte conmigo a donde quieras te llevo… Son tus rizos porcelanas y tus peines plata fina… Son tus ojos mi gitana los que de noche me guían… Senderos oscuras de oscura luna, luceros de la mañana, ellos a mi me llevan sin saber a donde iría…Voy contigo donde quieras, soy tu perro, soy tu guía, soy el pedigüeño que por tu cuerpo suspira… ¡Nada tengo yo para darte, sólo, mi cuerpo y mi vida… ¡Si necesitas dinero, lo robo, o mato, para darte lo yo a ti; sin que tú no me lo pidas… ¡Que pena es nacer en esta misera vida… tú, con tu belleza, ya tiene a mi desdicha, como una sombra te persigue en la noche como su fuese de día… ¡Espinos llevo en mis pies, caminado yo voy, sin sentir en mi el dolor cuando me sangran mis pies… ¡Dicen que lo mataron, en una cruz de madera, y yo que voy sangrando, yo no quiero que te fueras; de mi lado estoy esperando antes que yo muera por tu llanto yo me fuera en la cruz, crucificando… Tres clavos le pusieron, tres, se los calvaron en sus manos y en sus pies; mirando al cielo dijo pues, deja, que hagan de mi lo que ellos pretendieran… ¡No quiero cielo ni gloria, ni tumba para mis sueños, sólo quería tus besos y ya ves, que no los tengo… ¡Para qué seguir mi historia, sin de nada que yo tengo; a ti no te sirven mi vida, si no tengo yo dinero; para pagarte vestidos de encajes hechos de fuego; y sortijas de platino para ponerlas en tu cuello… Las fuentes ya se secaron, los pájaros si sintieron, mi llanto por los caminos que van dejado un sendero, lleno de flores blancas, y de sangre se tiñeron. las rosas lloran de pena, al ver cuanto te quiero; y tú, desprecias mi amor , ya ves como es el duelo, de negro traje voy vestido, y tan negro es el cielo, ya que mis ojos no ven, por que tu me dejas ciego… ¡Ya no te pueden ver con lo mucho que te quiero… ¡No me digas que desprecias, el amor que yo te tengo, no tengo yo más riquezas sólo mi cuerpo y, mi perro, un carro de hojalata para llevar yo tus sueños… José Rodríguez Gómez el sevillano. EL FORJADOR DE SUEÑOS.

Di giste que sí cuando yo bese tus labios…

Dime que si, que tú deseas que yo beses tus labios, y que no deje nunca de estar a tu lado. Tú me diste el amor y ha demás me diste tu cuerpo, hoy yo te doy mi placer y estamos juntos para siempre, ¿Qué será de mi si un día me faltas, que haré sin ti cuando tu no estés a mi lado?… ¡cuando te acuerdes de mi, que habrá pasado por tu mente, será que el tiempo te ha hecho recordar los días vividos a mi lado!… ¿te acuerdas de aquellos entonces? Si será que los años han pasado y el tiempo ha borrado las huellas de mi cariño y tú que antes eras mía te vas y me dejas fuera de ti, el tiempo lo borra todo, que fue de los años vividos; te amo con las fuerzas de mi corazón y que sigue latiendo por que sigues siendo mía. ¿Cuando pases por delante de mi que pensarás, que dirás al ver que frente a ti esta mi cuerpo, yo deseare que me des un beso de tus labios, si pudiese darle a la vida marcha atrás, se la daría con sumo placer? Han pasado años de convivencia los dos juntos, hoy ya viejos nos damos las manos, caminamos por el sendero que nos dio nuestro cariño y después de esto años, ya, tenemos los cabellos plateados. ¿Te acuerdas de aquellos paseos por el parque, debajo de las sombras de los árboles que daban a la orilla del lago, el resplandor de sus ramas que se adentraban en las aguas tranquilas del lago? Los peces se asomaban a la orilla y nos saludaban dando saltos de alegría y al vernos felices ellos también lo estaban. Fuimos durante tantos años la pareja de enamorados más felices de toda la tierra. Me acuerdo de las cartas que yo te escribía, en ellas, te decía que el amor se quedaba tan cerca de mí que al terminar de haberte escrito ya pensaba nuevamente en ti; era como si no te hubiese escrito nada. ¿Quién pinto tus labios de rojo, quien dibujo tu cuerpo de azul, quien le puso tus ojos de colores, que dieron en mi alma la locura del amor? ¿Quién comenzó la historia de la vida, quien fue el que dijo tú serás la mujer de mis sueños, yo pase de ser un don nadie, a ser el dueño de tu cariño? Cada vez que pienso en aquellos días me cuesta trabajo recordar el duro caminar de mis pies, de mi casa, hasta tu casa; qué largo se me hacía el camino envuelto de piedras, se hacía corto y duro al mismo tiempo. Yo era entonces un joven con ganas de luchar por vencer el mido que sentía dentro de mi corazón, tú en cambio, te veías feliz y al mismo tiempo segura de ti misma… ¿Sois las mujeres superiores en el amor a los hombres… cuando nació nuestro primer hijo; tú recibiste la mayor alegría de tu vida, eras madre por primera vez… hoy los cabellos plateados ya relucen en nuestras cabezas y la sombra de tus labios ya se secaron y ya no rebozan de placer como antaño… ¿ que fue de aquellos tiempos, cuando éramos más jóvenes y, corríamos por  los caminos descalzos  los cuales estaban cubiertos de hiervas frescas… aquel verano cuando estábamos sentado a la sombra de los pinos, nos juntamos los dos, y nos dimos el primer beso de amor, un beso que jamás podré olvidar, ya que aquel beso dejo mis labios llenos de un aroma que habiendo pasado tantos años aun queda el recuerdo de sus bendito sabor. Cariño no es que te quieras decir que lo he olvidado, yo tengo en mi mente el sabor de tu boca y el recuerdo de todos los sueños que tú y yo vivimos en aquella infancia de nuestros recuerdos… Hoy, ya viejos, sentados  al sol para calentar nuestros cuerpo; vemos con alegría cómo corren nuestros nietos, jugando a lo mismo que tu y yo jugábamos cuando éramos niños. Las nubes pasan corriendo hasta el cielo de colores, son aquellos pájaros que volaban a nuestro alrededor. ¡Si, son ellos, han venido a recordarnos que ellos aun se acuerdan de nosotroS! ¿Té imaginas cuanto tiempo ha pasado?… ¡Mucho… ya va quedando menos, para que no vallamos los dos cogidos de las manos, he iremos caminando por el camino por el cual fuimos la primera vez!  José Rodríguez Gómez. El sevillano. EL FORJADOR DE SUEÑOS.

Después de irme.

Después de irme: me di cuenta que me había equivocado al hacerlo, no debí hacer lo que acababa de hacer, ya era demasiado tarde para regresar a comenzar de nuevo. Comenzare en otro lugar, que me de mas suerte ami vida. Aquí no he conocido a la persona adecuada a mis deseos. ¡Yo espero que algún día encuentre la mujer que ha de ser compañera de mi viaje al exterior de este mundo! ¡Yo  no puedo ser la persona que he sido durante esta vida pasada! ¡No puedo ser lo de nuevo no, teniendo mis sueños he sido una marioneta de juego ante mis propios ojos, ella me quiso si pero cómo, yo era su payaso de juego y después de hacer conmigo lo que hizo, se fue y dejo mis sueños tirados por tierra como si fuese un hoja seca de un árbol caído! ¡No, no quiero serlo nunca más! Desearía ser un viento que  arrancarse todos los sueños de las personas que aman este mundo, ser el aire de los rayos, el viento que levante las hojas de los árboles y que se arremoline en un rincón de una calle. Mientras yo sigo llorando en mis recuerdos de ser un hombre que sufrió tanto mientras la ame, que no quiero acordarme de lo pasado, ya que es para mí un recuerdo de un pasado hecho para sufrir. ¡Quise llorar pero no pude hacerlo, ya que las lágrimas de mis ojos, se habían secado de tanto hacerlo! Soy la fuente de tus ojos, el manantial que recorre tus mejillas. Soy la luz que te guía por los senderos oscuros, quiero ser para ti el sol que te alumbre y la luna que te de el deseo de ser la mujer de mis sueños. Seguí el camino por donde había venido y tras mis huellas tome el curso de la oscuridad que me llevo hasta tu destino. Mis ojos se cerraron al ver que estaba equivocado por que yo me había perdido. ¡Detrás de un recodo halle la respuesta viendo que yo iba siguiendo los pasos que antes di, sin saber por que los di, cogí nuevamente el camino, sin saber el por qué tome el camino de vuelta para volver otra vez contigo! ¿Cual será mi salida, si mi cerebro esta roto, si mi mente no se acuerda de los pasos que ya di? ¡Quise ser una vez el dios de los amores, y viéndome después como cayendo mi ser, se fue formando a mi lados  los destierros de mi vida? ¡Cuando se terminara esta vida, que no quiero padecer!   ¡Quisiera ser la luz de tus pupilas, la sombra de tus mejillas, las que marcan en tu rostro el placer de ser feliz, y mientras yo, que haré en este maldito mundo! Dónde nadie se acuerda de mí, esperare que llegue el día en que todo quede cubierto por la tierra que cubra las sombras y de luces a la vida? ¡Yo no tengo la menor esperanza,  de encontrar a nada ene este angosto camino; los ramajes cortan el paso a las almas en pena y cuando lleguemos al final, que encontraremos después! Déjame seguir el camino que he tomado, no detengas mis pies que hechos trizas los llevo, y no puedo dar un paso que no me sangren mis pies! ¡Te di una vez un beso; si, mis labios se quedaron secos, por que fue tal amor con los que tu yo nos besamos; los dos!

José Rodríguez Gómez. El sevillano EL FORJADOR DE SUEÑOS.

¡Cuando muera! ¿Qué será de mi pintura?

¡Cuando yo halla muerto mis pinturas quedarán en mi recuerdo, será para mi una gran satisfacción

poder ver desde la distancia el recuerdo de mis cuadros! ¿Llegarán a verse en un museo, o tal vez en una gran galería donde las personas entendidas, puedan ver mis recuerdos y mis sueños? He llorado sobre los lienzos, he dormido junto al marco, el de una persona y sin nombre, estoy sufriendo al ver que se esconde, tras del lienzo, la figura de tu cuerpo. ¿Cuando quieras puedes salir, yo aquí te estoy esperando, para postrarme a tus pies, lo pinceles están llorando? Quise llorar junto a ti y plasmar tu bello cuerpo y cuando te dí ge desnuda, tu te negate a esto. ¿Por qué, dime por que, crees que mis pinceles te han de tocar, crees que yo pondré la mano sobre tus pecho, esta confundida, sólo quiero tu cuerpo para tenerlo con migo, el día de mi destierro? ¡Dime, cariño mio, dime por que, y te quiero tanto, mirando yo a tus ojos no se donde me encuentro, he perdido la noción he perdido los recuerdos, no se donde estoy yo en este mundo revuelto! ¡Si he pagarte, te pago, a si, no dirás nunca que no, es la manera de tener a una modelo mejor! ¿Qué no quieres dinero; entonces que hago yo, si quiero tener contigo, un romance de pasión y, no me dejas que pinte desnudo tu corazón? ¡Buscaré en la distancia, a otra mujer que quiera, ser para mi la primera en posar cuando yo quiera sin que ella diga no! ¡Será lo mejor, tu ya te puedes marchar, no te quiero, vete, y deja la puerta abierta; para que entren lo sueños, los que mis pinceles demuestran, no sabes cuanto te quiero, pero no quieres posará, vete, ya que no puedo estar parado un día entero sin pintar lo que yo quiero me muero por despertar a tu lado con tu cuerpo! ¡Dices, que te dirán, cuando te vean desnuda

ese cuadro no vera la luz del día, se quedará en las sombras, para mi sera mi puerta, y cuando yo quiera verte, lo miraré, lo tocaré y besaré tus labios, los que tú a mi me niegas! ¡Cuantas veces he pensado en que llegara la hora de poder estar contigo, sin que tú notes mis sombras, es todo lo que te pido, ya que no dejas que pueda vete desnuda entre las sabanas de mi alcoba! ¿Quieres casarte conmigo; lo quieres , no, pues ya me a voy yo, mirando para delante sin volver la cara a tras con eso tengo bastante? ¡Sola se ha quedado, sola, sentada bajo la sombra de un árbol que era nuestro, hasta que yo fui de sobra; sabiendo cuanto te quiero, he de marcharme, ya que a a qui cuerpo sobra! ¡Sentada sobre la hierva, la cual será tu descanso ahora, ya que tu no te pones delante de mis pinceles ni pagándote por horas! ¡Bueno, ya me voy, con mi pintura a otra parte, quiero que sería bonito, que tú desde ahora, me lloraras queriendo que yo te pinte, cómo si fueras mi sorra! ¡No, no quiero mujer alguna, que al pintar yo su figura, se piense que es por capricho, el posar para mi, desnuda, cuando yo quiera besarte! Los pintores sueñan mucho, ellos, no duermen, se tienden sobre su cama y ven en el techo la cara de la mujer de sus sueños! Tú dirás que es mentira, lo que yo te estoy diciendo, es pura realidad, ya que yo, no te estoy mintiendo; no mi amor, lo que te digo es la verdad, pero tu no puedes saber lo que sufro yo por dentro, cuando yo pinto tu cuerpo mis pinceles van diciendo, que bonita es, la mujer que esta desnuda ante mi sin sufrimientos, yo, la quiero sin maldad; ya que solo con pintar tengo en mis pensamientos la que quiero de verdad cuando me hayo despierto. ¡Diré que te quería, si lo diré, para que todos sepan el por qué tú no querías ser para mi vida mía, la que llevo en mis recuerdos; aun que me pase la vida yo seguiré tu camino y tras tu cuerpo vestido, yo, lo pintaré por dentro. ¡Tantas veces te vi, que me se todo tu cuerpo; por donde quieras que vallas, seras para mí mis sueños, ya que con sólo mirarte los encantos de tu cuerpo, veo rosas de colores y su aroma saliendo de sus pétalos dorados sin saber por que te quiero! Hembra de negros cabellos, de ojos como luceros, dientes de plata fina y perfume de romero, donde te vas sin mi, dímelo que lo quiero, sabes que soy para ti un esclavo de tu cuerpo y no puedo vivir sin ti, tu ya lo sabes por que, a donde quieras que vallas yo estaré cerca de ti por que tu eres para mi la muñeca de mi sueño. Estaré sobre mi lienzo, esperando a que vengas, si, por favor, no te entre tengas con nada, que no quiero estar sin ti esperándote en mi puerta, quiero que tú aparezcas para vivir junto ami, esta vida sin ti, no vale nada si no ten tengo para mi tu cuerpo, el que loco esta por ti, que yo no quiero vivir si no puedo tener plasmado sobre mis lienzos, tu vida la que me lleva prendido sobre tus faldas, yo muero por que los vientos, se llevan por el sendero mis sueños que ya no viven si yo no puedo tenerlo… José Rodríguez Gómez. el sevillano. EL FORJADOR DE SUEÑOS.

¡Doloras!

¡Si, debes olvidarme: ya no soporto mentiras, ya no quiero ser tu amante, solo entre las esquinas no me dejan pasar delante, y por ir detrás de ti, vida mía, ya he sufrido bastante… ¿Cuantas cosa me dijiste ya no puedo ni acordarme, cuantas mentiras me dices, que ya no se lo que es verdad ni se lo que es mentira, contigo tengo bastante para que sufra mi vida? Dile al viento que se vaya, dile que no sople fuerte, que estoy llorando a canales y y del viento que se cruza por mi cara esta cayendo las lagrimas de mis ojos que de mis labios se salen… Te pedí un beso un día, y tú, me lo negaste, que fue para mi el beso que tu no quisiste darme; esto lo llevo por dentro y de mi alma se sale…

Cada vez que tu me miras, haces que yo me sienta cobarde, al ver que tú te imaginas de que si color es mi sangre; ves, como me miras sin saber donde es mi calle, llorando con mis espinas y mi corazón sufriendo, sabiendo que no eres mía estoy llorando por nadie… Eres joven vete ya, deja la puerta abierta, que entre quien quiera, y que se lleven mis prendas, que no quiero verte más, riendo te por mis puerta que no la quiero cerrar ya que yo se que tu vendrás y entraras a mi casa donde tú estas contenta… Dejame que yo me muera, deja que yo me marche, que no quiero que tú sufras por el amor que yo quisiera darte; pero por mucho que quieras yo no puedo enamorarte… En una fuente de piedra están escrito mis sueños, y cada vez que cae el chorro lo va borrando si cabe, por qué el agua que cae se lleva mis sueños el aire… Hace tiempo que paso, los años en que vivía, ahora no se ni donde esta, aquel sueño que tenía, cómo nos fuimos tú y yo al amanecer del día… Cárcel de

cristal son los barrotes que tengo, yo no los quiero tocar por si me corto mis sueños, donde los puse una vez, no me puedo acordar que era lo que tenía, que no se adonde estarán, y qué ponen vida mía.

De buscar entre los libros nada encontré de ti, cuantas veces repetí el buscar la misma cosa, que de tanto quise ver; que ciego yo me quede sin saber lo que decían, que cosas tiene el querer si de nada me sirvió el buscarme el amor que yo nunca encontré… Dicen que loco estoy, es verdad querida mía

yo no se por que lo estoy, sin saber por que dirán si es verdad prenda de amor, ni las flores lo decían… Cuando pasen los mil años, ya no quedará gran cosa, yo seré polvos mugrientos, y tú una rosa con espinas, por que te cuidas preciosa, si con tu aroma perfumas el aire que tu respiras, siendo rosa que se adora cuando cruzas las esquinas llorando vas tú preciosa por que de ti ya se termina los años que fuiste tú la más hermosa sin usar tu las espinas; por qué le dieron a ti el aroma de tu vida; la vida ya se acabó, y ahora llega el viento que se llevo tus pétalos de una flor, que yo quería por dentro al suelo se me cayo, quise recoger los trozos, y me lleve llorando, tus pétalos, y a si nos fuimos los dos… En un altar te vi llegar, ibas vestida de novia, cuantas flores llevarías que cuando yo me ha cerqué las flores se te caían, ya se pasaron los años, y las flores de tu cuerpo se marchitaron por dentro, en mi se fueron también ya soy como el viento que vino luego y se fue llevándose mis secretos que yo te quise mujer aun que no vuelan los vientos, del al atar que te encontré… ¿Cuantos hijos tu me diste, y ya no queda ninguno, mira qué te lo decía que eramos tú y yo lo que estaríamos sólo los dos, pero tú no hiciste caso, hoy estamos separados por no habernos comprendido, por eso llego el fracaso? Eres virgen dices tu, yo todo un desgraciado, mira que me decían no seas tonto y fracasado, que el tiempo ya te vendrá corriendo y tu descalzo; por que el amor no dura lo que dura un peñasco… Hechas de menos tu vida, si, por que te casate, dímelo, si puedes tú ya ves que te lo dije, no sera burro y no te cases, que tendrás mujer y suegra; con eso tienes bastante… ¡No te cases animal, que te lo dice tu padre, que se casó con tu madre y le fue bastante mal! Ya ves que el amor dura lo que un invierno, luego viene el calor, y no soportas el sueño, que se separan los dos por que terminan riñendo; por qué se casarían diciendo, yo te quiero vida mía, ya se estaban mintiendo el día que se querían… En upequeño cuarto, nos metimos tú y yo, di me, cuanto tiempo duro, el amor que nos teníamos, ninguno de los dos sabíamos, lo que habíamos echo tu yo, que culpa tenemos si de verdad no sabíamos que nos paso del amor que tanto tu me decías… Lagrimas de cristal de tus ojos se caían, con un pedazo de tela mis manos te recogían las lagrimas de perlas de plata que por tu rostro caían; que hoy si lloras te limpias por qué yo no tocaría; tu cara echa de barro y más fea que mi tía… José Rodríguez Gómez. el sevillano. EL FORJADOR DE SUEÑOS…

Dos lagrimas.

¡Dos lagrimas he de llorar, sólo dos lagrimas nada más! Que ya estoy arto y cansado de tanto yo caminar, sin saber por que me hayo, si no se, ni adonde va este camino cerrado, que me lleva para tras, y cada paso que doy, cuatro camino para tras, sin saber adonde voy por qué me lleva cansado para que he de seguir andando sin no quiero yo en contra con su vida y mi pasado que yo la quiero olvidar, y no se como he de hacerlo sin hartarme de llorar.

¡Maldita sea mi suerte, si maldita sea por qué, que hice yo al querer si de ella sólo fue verla aparecer en mi vida, yo cambie la vida por un  querer que me hizo padecer lo que nadie supo ver en mis ojos la llore… Dime:  que quieres de mí, dime lo por favor, que me tienes muy cansado, yo no se por que te sigo si este camino pasado yo lo hice por que tú sin decírmelo tú te seguí por qué  yo estuve enamorado de ti, no Me lo pidas por favor, que estoy arto y cansado estoy, de estar tras de ti sin tener tu amor para que quieres mi amor si tú ya tienes uno para que quieres a dos… Que dice el tiempo de mi, no lo se ni me interesa, ya que con esta cuesta ami me cuesta subir, y al final a la derecha hay un sitio para mi que no se ve a donde va ni se sabe adonde lleva… cuando tengo ganas de andar, cojo agua de la fuente y me refresco la frente y me pongo a caminar, a don de se van mis pies pues allí voy para ya, y cuando el camino termine, entonces yo diré aquí termina el camino y no se a donde va… Ciego hice una vez este camino negro, que la luz que me dejaron aquellos ojos tan negros; y desde entonce veo yo, solo las sombras de su cuerpo… Terminare esta historia contándoles a ustedes lo que me paso un día, ya verán lo que decía… Una vez llegue a un pequeño jardín, miré para ver si no me veía nadie, y al ver que estaba sólo, entre tirando de las rejas que en contre sin hacer ningún ruido y me puse a buen abrigo y en el jardín me quede, entre sin ver a quien yo no quería ver si no me sentía sólo… Recorrí todos su caminos en contre fuentes de colores, yo en contre las flores más bellas que nunca vi cual seria mi sorpresa al ver que todas ellas se volvían hacia mi, que les dije yo a ellas si Demi no salio una palabra mía, y yo, para que quería sin no pude comprender el sabor que me darían, al ver, que me querían que me quedase después… Camine cerca de las flores, yo percibir sus olores, y me dejaron ami con el mejor perfume que nadie pudo tener de los aromas perdidos y yo nunca he sabido comprender en mi camino, las flores que yo en contre… Dos lagrimas eche y de mis ojos quedaron ciego, sin saber que era lo que hicieron conmigo si yo después, no sabia el camino sin poderlos comprender… Fuente de aguas claras, limpias como la nieve, cristalina de aguas  pura, el aroma de tomar el agua de aquella fuente que yo me vine a encontrar… Mire tus ojos tan negros, eran como luceros y salían de ellos dos luces de puro cielo, los que me guiaban de noche por los caminos tan negros… José Rodríguez Gómez. El sevillano. EL FORJADOR DE SUEÑOS…

Gómez. El sevillano. EL FORJADOR DE SUEÑOS…

                                            Después de irme.

Después de irme: me di cuenta que me había equivocado al hacerlo, no debí hacer lo que acababa de hacer, ya era demasiado tarde para regresar a comenzar de nuevo. Comenzare en otro lugar, que me de mas suerte ami vida. Aquí no he conocido a la persona adecuada a mis deseos. ¡Yo espero que algún día encuentre la mujer que ha de ser compañera de mi viaje al exterior de este mundo! ¡Yo  no puedo ser la persona que he sido durante esta vida pasada! ¡No puedo ser lo de nuevo no, teniendo mis sueños he sido una marioneta de juego ante mis propios ojos, ella me quiso si pero cómo, yo era su payaso de juego y después de hacer conmigo lo que hizo, se fue y dejo mis sueños tirados por tierra como si fuese un hoja seca de un árbol caído! ¡No, no quiero serlo nunca más! Desearía ser un viento que  arrancarse todos los sueños de las personas que aman este mundo, ser el aire de los rayos, el viento que levante las hojas de los árboles y que se arremoline en un rincón de una calle. Mientras yo sigo llorando en mis recuerdos de ser un hombre que sufrió tanto mientras la ame, que no quiero acordarme de lo pasado, ya que es para mí un recuerdo de un pasado hecho para sufrir. ¡Quise llorar pero no pude hacerlo, ya que las lágrimas de mis ojos, se habían secado de tanto hacerlo! Soy la fuente de tus ojos, el manantial que recorre tus mejillas. Soy la luz que te guía por los senderos oscuros, quiero ser para ti el sol que te alumbre y la luna que te de el deseo de ser la mujer de mis sueños. Seguí el camino por donde había venido y tras mis huellas tome el curso de la oscuridad que me llevo hasta tu destino. Mis ojos se cerraron al ver que estaba equivocado por que yo me había perdido. ¡Detrás de un recodo halle la respuesta viendo que yo iba siguiendo los pasos que antes di, sin saber por que los di, cogí nuevamente el camino, sin saber el por qué tome el camino de vuelta para volver otra vez contigo! ¿Cual será mi salida, si mi cerebro esta roto, si mi mente no se acuerda de los pasos que ya di? ¡Quise ser una vez el dios de los amores, y viéndome después como cayendo mi ser, se fue formando a mi lados  los destierros de mi vida? ¡Cuando se terminara esta vida, que no quiero padecer!   ¡Quisiera ser la luz de tus pupilas, la sombra de tus mejillas, las que marcan en tu rostro el placer de ser feliz, y mientras yo, que haré en este maldito mundo! Dónde nadie se acuerda de mí, esperare que llegue el día en que todo quede cubierto por la tierra que cubra las sombras y de luces a la vida? ¡Yo no tengo la menor esperanza,  de encontrar a nada ene este angosto camino; los ramajes cortan el paso a las almas en pena y cuando lleguemos al final, que encontraremos después! Déjame seguir el camino que he tomado, no detengas mis pies que hechos trizas los llevo, y no puedo dar un paso que no me sangren mis pies! ¡Te di una vez un beso; si, mis labios se quedaron secos, por que fue tal amor con los que tu yo nos besamos; los dos!

José Rodríguez Gómez. El sevillano EL FORJADOR DE SUEÑOS.

                                                     QUISIERA ESTAR A TU LADO.

¿Por qué tengo que estar contigo si tú nunca me quisiste: Dímelo por qué si yo estuve a tu lado desde el día que naciste, ya te quería al ver tu linda cara, eras una rosa de terciopelo, tus ojos recién abierto parecían estrellas en el cielo, y yo quedé prendado por ellos, hoy siendo mayor que tú aun te sigo queriendo? ¡Dirás que estoy loco, ya lo se, pero te quiero y no puedo apartar de mi querer a la mujer que yo quiero, a un que vuelvas a nacer! cien años tengo ya, y aun te estoy queriendo; si tú pudieras mirar como se vive en el cielo no lo puedes ni pensar, lo que yo te estoy diciendo… ¿Cuantas veces te dije a ti, que tu serias para mi, cuantas veces te lo dije; hoy me pregunto por qué, si tu sabiendo lo que es el amor, que por ti siento yo, yo no lo puedo saber?

¡Dile, si, díselo, no me importa que lo digas, puedes decirlo tan fuerte que todo el mundo te oiga, quiero que digas tu voz que yo vivo por ti sino te puedo tener para que quiero vivir; tú me dijiste una vez, que tú también me querías y cuanto tiempo paso; que yo no me acuerdo de qué, y que me dijiste pues si no me cuerdo el por qué dices aveces mentiras, que luego se pueden saber por tu las dijiste un día que no se pudo querer siendo tú la que decías que serías para mi, y ya ves, cómo los años pasaron, y no fuiste mía después de tanto como te quería. Hoy pasas por mi lado con un niño de tu mano, él me mira diciendo si este fuese mi padre que feliz estaría siendo con su sangre por mis venas, que es verdad lo que yo siento, sin él decirme nada yo se lo que estoy diciendo; que lo siento con tan solo mirarme se lo que yo presiento al ver la cara de mi madre que al cruzarse con él el dolor que esta sintiendo. ¿Dime madre mía si tanto tú lo querías, por que le dijiste que no; si en tú triste corazón en él había una herida que te hacía a ti que te sangrase tu corazón de tanto que lo querías? Hoy hemos pasados al lado de él, ni si quieras habéis hablado, yo lo se por que no, por que te da vergüenza tal vez; al ver que tu corazón sigue sangrando después de que naciera yo. ¡Madre, mi padre ya se murió, él te quiere todavía, lo veo en su mirada, y me dice cada vez que él se para al mirarme, si este niño fuese mio, cuanto yo lo querría aunque fuese de aquel que ella lo prefería en vez de mi, hoy tal vez, ella no sepa todavía la llego a querer! Tu cara es plata fina, tus ojos de estrellas negras, y tus cabellos son como la noche que no saliese la luna para no perder el cielo y ver en tus ojos las estrellas y luceros, que en tu cara sigo viendo cómo te digo te quiero; por los años que han pasado yo te quiero todavía. Otro día nos cruzamos, él estaba en una esquina, al ver que veníamos se detuvo para vernos; que amor él no tendría que le salieron dos lagrimas de sus ojos cristalinas; yo, al verlo le dije, no llores más padre mio yo se que tú quieres a mi madre díselo que por ti daría la sangre que corre por mis venas aunque no fuese la tuya, se lo que estas sufriendo al ver a la madre mía que también esta sufriendo al saber que te quería, por que estáis sufriendo los dos; yo se que os queríais si estuviésemos los tres, que felices me haríais si me pudiera coger de tus manos madre mía. Él se detuvo a tres pasos, ya lo habíamos cruzado, y diciendo en voz alta, y mi madre se parado. ¡Oye, cariño mio, no me digas que no sufres al verme cruzar la calle, y tú no sabes a mi mentirme, por que aun con tan solo mirate, yo sé lo que tú sufres al verme y pasar por tu lado, lo mismo me pasa a mi, este niño que tu llevas pudo ser mio, y tu lo sabes, ya a pasado, pero tú en cambio no, ni yo siendo un poco mayor pero te sigo queriendo lo mimo que si fuese ayer cuando nos vimos los dos, y me dijiste después, que serías para mi, que se lo que tu quieras pero yo te sigo queriendo no me hagas más sufrir por que yo se que tu también me sigues queriendo a mi como yo te quiero a ti… ¡Hoy los tres pasamos por la misma calle, y yo, me siento feliz, al ver que es mi padre, que él que me quiso tener y no fue por que el amor ha veces hace cosas que no se yo; pero el tiempo cura las heridas que sufrimos cuando se trata de amor… Han pasado los años y se han vuelto viejos los dos, yo siendo un hombre lo sé, lo que dice el corazón, que por mucho que queramos cuando hay una llama de amor, dentro de nuestro ser, es mejor decirle pues, que nos unimos los dos, que el tiempo lo cura todo y al tiempo da la razón que en vez de pasar de largo dile lo que tu sientes porqué el amor es presente, te lo dice el corazón que no miente cuando se trata de amor. José Rodríguez Gómez. el sevillano. EL FORJADOR DE SUEÑOS.

¿Me pregunto por qué seras a si?

¡Dime: por qué tienes que ser como eres, no podías haber sido diferente, y ser, más amable conmigo, es difícil serlo ya que tu no haces nada por mi! ¿qué no hago nada por ti, eso crees tu de mi, entonces cada vez que te he de ayudar es que eso no te hace sentir bien; tendrías que agradecérmelo y no lo haces, piensa un poco antes de decir las cosas, y después habla lo que tengas que decirme? pensarás que yo soy un viejo que te ama por tu juventud, si es cierto, por eso te amo, pero yo nunca te dije que viviría cien años, yo te dije que solamente viviría unos diez o quince años y después me vendría la muerte, que tú, quedarías sola en este mundo sin problemas para vivir. ¡Eses es el trato, te pedí acaso mucho, creo que no, ya que diez años por los beneficios que yo te dejaré es para ti poco! ¡No no creo que sea poco ya que lo que tú me das no es que digamos gran cosa! ¡Te doy lo que tu puedes hacer, que es mas de lo que tú me puedes dar a mi! ¡Ya salió de lo que yo te da´ria, pues mira que te digo, que siendo un viejo como tu me llamas te he de decir una cosa! ¡Dime que me tienes que decir al respecto viejo! Ya estamos con lo de viejo… ¿Que es lo que me tienes que decir de mi? ¡Dímelo! Veras, tengo otro hombre que esta dispuesto aque me vaya con él, tú que dices a eso! ¡Tu lo sabrás mejor que yo, si te has de ir o quedarte, eso es cosa tuya; y luego ya me dirás cuando pasen el tiempo y te preguntes; por qué lo hice, yo tenía cuanto había necesitado, era viejo, si, era viejo, pero quería mucho ami hija, él era como si fuese su padre, pero en mi casa no faltaba de nada y mi hija lo quería también mucho a él! Hoy me pregunto si no me equivocaría al hacer lo que hice, y dejar al viejo; que era lo que yo iba a encontrar en otro hombre mas joven que él. Si, que pudiese hacer el amor con mucha más fuerzas de pasión, o creer que sería de la misma condición que era el viejo… creo que me equivoque de todas en todas y hoy mi hija lo hecha de menos. ¿Ella me dice a dónde esta mi papá; este no es mi padre, mi padre era mayor y tu lo sabes que si, por qué lo dejaste por este? ¡Este no trabaja, eres tú la que lo tienes que hacer ahora, antes era mi padre el que nos mantenía, y nada te faltaba, y ami, me traía cosas que yo quería, y se lo agradecía con un beso en su cara! ¡Si madre, era más viejo, su cara estaba arrugada y sus labios estaban más secos; pero, era mucho más bueno que este que tú te creíste mejor, hoy ha pasado un año, anda y vete a mirarte al espejo, y veras, el cambio que has dado! Eres tú la que has envejecido, él seguirá siendo un viejo, pero con su cara tan arrugada como antes después de que tú lo dejaras, y hoy ves que tú por escoger al más joven, te has equivocado. Cómo son las personas mayores, no os comprendo en nada, tenéis a una persona buena, que te daba el cariño y la comodidad que tu necesitabas y vas hala, lo rechazas por otro más joven y ya ves lo que te has llevado mama. Cuando yo sea mayor, mirare a la cara del hombre que se quiera casar conmigo; y cuando su cara refleje el interior de su alma, veré, como es por dentro, y entonces decidiré que hacer con ese hombre. Han pasado los años, yo ya soy mayor; y lo que a mi madre le paso, hoy ami me ha ocurrido lo mismo, pero, sabiendo que le paso, ya se lo que yo estoy sintiendo y quiero en este mundo ser la mujer mejor; para una persona mayor que se enamoró de mi cuando era tan solo una niña, y me dijo tú seras para mi cuando yo sea mayor… ¿Por que pasan las cosas de esta forma, no lo se, soy mayor y no entiendo a las personas como ella, que se creía, que siempre iba a estar joven, que su cuerpo no cambiaría, se confundió, si, por que los años no pasan en balde; la cara es el espejo del alma, que dentro de un cuerpo lleno de hambre, dice que el amor es mejor cuando se sabe lo que es el amor de un hombre que es grande por que la vida vivió, sin saber lo que era amor, cuando se tiene delante la mujer que el creyó que sería para él la mejor, va y se confundió, escogiendo la más joven, por que de todas las que conoce ella es la superior? ¡Hoy él viejo se a muerto, su fortuna ha quedado para un asilo de viejos; era para mi madre, pero ella lo rechazó, hoy con este capital hubiese vivido mejor que nadie; pero la avaricia es cara, y se paga, y te condena por nada y tú, creyéndote joven, hoy te miras al espejo y te dice no, ese no es tu hombre tu mereces algo mejor. Qué, crees el espejo que es mejor, tener en mano un pájaro, o soltarlo por otro mejor, y el pájaro se fue y ninguno vino pues para sustituir al otro mejor… Vale más pájaro en manos que cien volando… dice el refrán, y es verdad, pero el mejor de todos es, que el amor que te da una persona mayor que ha sufrido lo peor es que de ti se enamoró… José Rodríguez Gómez. el sevillano. EL FORJADOR DE SUEÑOS.

CAMPANAS DE LUTO.

¿Fuiste mía, si, lo fuiste… ¿Entonces por que lo niegas… ¿dímelo; si tú lo sabes… El camino de tu puerta, hasta la puerta mía, se han secados las flores del amor que te tenía… ¡Mira que yo las regué y del llanto que les daba ellas se sustentaban con el amor que les di… ¿Quien le fue a decir, que tú ya no me querías; el tiempo que yo debía ser esclavo de tu amor; El viento fue quien borró y dejándolo a tu vera la brisa se lo llevo… Una rosa de oro fino, un clavel en mi solapa, una gardenia en tu pelo y las estrellas de plata… La luna se esta peinando en los arroyos de un río, y el agua va pasando, por sus amores y el mio… Su pelo de color negro, sus pestañas de colores, y su cara tan bonita que se perfuman las flores, entre jarales y trigo, me siento yo como un duende; que es ha enamorado de una gitana, una gitana decente… ¡Por qué tuve que nacer para ser tu prisionero, cadenas llevo por ti ya que descalzo no puedo… ¡Si no tengo tu querer; mejor prefiero la muerte, ante de que tu me des, un beso, de tus labios rojos en si mita de mi frente… ¡Ya tocan las campanas, ya suenan en el silencio, ya se escuchan los llantos; por que mi cuerpo esa muerto… ¡Ya puedes vestir de luces, ya te puedes ir con otro, no ves que no estoy contigo para que quieres el luto, si tu corazón estaba, enamorada de otro… ¡Dile a los vientos, que no vuelvan a decir que tu me quisiste ami, cosa que era mentira, ya que tú no eras mía, aun que yo lo presumía… Tantas veces lo negué, cuantas dije que mentías; en mi corazón el llanto que tu cuerpo no sentías… ¡El luto, tú no lo lleves, ya que tú no me querías, que te casaste con otro, el día que me traían en cima de una jaca torda lleno de sangre podrida… Mi camisa de encajes llenas, de sangre seca del día… Si a otro no querías, tú bien sabias que era yo en este mundo el hombre que te querías… Pero quisiste mi muerte… El que mucho a ti te amo… Mi cuerpo si te pidió que me llevaran a mi y el viento se me llevo… Cada día que tu vivas, te as de acordar de mi, entre sabanas de sedas y almohada de colores tu llevaras los mores adonde tu cuerpo quisiera… La tierra que a mi me cubre, te ha de servir de mortaja, el día que tu te muera, cogerán la tierra mía, para que estés a mi vera, asta que llegue el día, en que tu a mi me quieras… ¿Cuanto años pasarán que las campanas te toquen; el día que doblen por ti se llenaran de colores la tierra que yo te di… Sobre tu piel de colores son escamas de plata fina, donde mis manos resbalan sobre tus pecho de seda en mi lecho de los sueños donde mi alma termina…

¡Dime cariño mio, que te dices ahora a ti, te das cuenta que has dormido y no te acuerdas de mi; hoy te han llevado en hombros, unos gitanos de aquellos que te miraban a ti, y te decían al paso que hermosura de mujer. ¿Cuanto tiempo te has llevado sin tenerme que mentir, yo, estaba antes que tu enterrado, hoy a ti te a tocado ya nos veremos a qui. Te acuerdas de tu pasado, no, pues yo si me acuerdo de ti, tú, te burlaste de mi cuantas veces tu quisiste, hoy ya estamos los dos enterrado a mi lado sabiendo cuanto te quise y tú nunca me dijiste que ni siquiera te acercaba al pasar yo junto a ti.

¡Cuantas veces yo pase por tu lado, no me decías ni a dios, sabiendo que te quería no tenias para mi ni tan siquiera el amor; ese que tú sabias que por dentro yo de pena me moría, hoy ya ves lo que es la vida antes; ami, me enterraron, y hoy tu estas ami lado, para que te quiero ahora si yo no tengo tus besos aquellos que no me diste cuando pasaba muy cerca, tan cerca que con el viento yo te besaba los labios sabiendo cuanto te quería y, tú pasabas de largo sin mirarme vida mía…

José Rodríguez Gómez, el sevillano. EL FORJADOR DE SUEÑOS.

¡LLÁMAME!

A si, quiero que escuches mi llamada: llámame, te lo suplico, por favor, no te olvides de mi, nada te hice, tú, sabes que te querías, y cuando dejaste mi cuerpo, qué pasó con el mio que no duerme desde entonces y de noche tengo frío… Dejaste sin hacer lo que tanto te pedí, que me llamases y ya ves han pasado los años, y no te acordaste de mi, no tendrías tanto cariño cómo decías de mi… Hoy ya estoy cansado de tanto esperar, me voy. nada de ti he de recordar, ya el tiempo lo borró y cuando el viento llego se fue borrando mis huellas las que en aquel camino deje… ¿Cuantas huellas se borraron y cuantas de mi pasado se que da ron por borrar? Ya veras como la vida te deja en ti un recuerdo que por mucho que lo intentes nada se quitará de tu mente tan fugaz. Hoy se que han pasado el tiempo que a mi me hallaron rezando de rodilla en un rosal, por que era tan hermosa a que ya rosa preciosa que en sus pies quise llorar; recordando tus encantos, que ya se van terminando los recuerdo de mi vida, ya no se donde esta metida, no te quiero recodar… ¡Dejame que yo te diga: ¿que fue de aquellos tiempos, en que tú y yo eramos los dueños del jardín de los amores, ya no se pueden quitar? Las flores que se criaban en aquellos rosales hermosos y con su olor primoroso te cuidabas del rosal de tus amores; hoy ya no cuida tú las flores, ya estas vieja yo no se por que será. Tu pensabas que serías siempre joven, si, toda tu vida, que mentira, no sabes que el tiempo pasa y te vas quedando en tu cara las arrugas en tu piel, y cuando en el espejo te ves, solamente ves arrugas que antes no las tenías y hoy ya si la ves… ¡No es que antes no las vieses, es que tan poco las veías y hoy si se que en tú vejez, no hay crema alguna para borrar las mentiras que dijiste una vez! Ya lo ves cariño mio, tú que siempre habías presumido por tu belleza de flor, en tu cara de rosa, ya ves que hasta las rosas se hacen vieja ala vez… Hoy te ha pasado a ti, mañana seré yo el que mire al reloj, para saber que hora es, y cuando me miro al espejo solamente veo aun viejo, que no se quiere ni ver, de las arrugas que tengo en mi cara y en mis pies; de caminar por senderos sin saber lo que yo quiero, ya no quiero saber por qué fui tan estúpido y viejo que no sabía querer… ¿Quien dirá que esta vida te hace ver las cosa muchas veces, y cuando tú las recuerdes el tiempo ya paso y todo se termino y entonces viene la vida y se lleva tus mentiras, y cuando este junto ami, veras la cosa como es, cuando yo te pregunte si querías ser mi esposa, tú contestaste dichosa; ya lo sé era mentira cunado tú digas que nuestra vida cuando vengas otra vez… ¡El viento se arremolina y detrás de una esquina su vuelve arrevolver, que las hojas se levantan y, el viento nuevamente las lanza a los suelos otra vez, ya veras cariño mio cómo se lleva el río las hojas que te deje; y como tú no las leíste el agua que recogiste se fue con la corriente, ya nada queda de aquel día que que tu a mi me querías y nada quedo después del tiempo que tu me dabas los besos que te pedía siento todo una mentira y, luego para que… Ya soy viejo, los años me dejaron arrugas en mi piel, las que ya no se borraron y hoy ya ha pasado el tiempo de tu querer. Cuando termine tu vida, yo estaré en tu despedida, ya veras lo que es mentira y lo digas otra vez, dirás que son cosas de la vida, las que decías cuando eras una mujer… Entonces por que dijiste que no me querías, no era verdad vida mía ya no valen las mentiras cuando te vayas otra vez… ¡Que darás enterrada de la cabeza a los pies y sera tu carcelero un alto y viejo ciprés, él sera tu sombra que tapará los labios con que dijiste las mentiras una vez… Pero ya fue bastante, a mi me dejaste con el alma en los pies, hoy han pasado los años, yo soy viejo tú también, antes eras joven, te reías de mi, cuanto yo te quería y no dijiste ni una vez que tú también me querías y aunque fuese una mentira, me hubiese gustado escucharlo al menos por una vez… Todo paso, las huellas de los vientos se llevaron las cosa que pasaron en los tiempos de nuestra juventud, des pues de vivir creyéndote vida mía, se nos llevaron los dos, hoy el camino ha quedado para que vuelen los pájaro y aniden en los bosques y la vida si recorre los caminos que se fue por la distancia contigo ya nada que do del revés… Mis sueños se terminaron y tú te has quedado hecha una vieja ya ves; hoy te recuerdan a ti mujer, la del amor que pedía y nunca me lo decías aunque yo silo sabía cómo lo pude saber sin que tu me lo dijeras ni tan sólo una vez…

Ya terminaron los sueños, si, aquellos que yo contaba y viendo que tu callabas pude saber lo después que nada que te decías, tú lo sentías vida mía por que no lo dijiste aunque fuese una vez…

José Rodríguez Gómez. el sevillEL FORJA

                                    Tener que esperar que pase el amor.

 ¡Cuándo pase el amor, te escribiré como si fueses mí a miga! ¡No se qué hacer desde que no estoy a tu lado, y cuando me acuerdo de ti, qué pienso de mí, si han pasado los años y ya no sé donde vivir! Tú decías que eras mía, y que pasó de aquellos tiempos en que tú y yo dormíamos el amor dentro de nuestro aposento. Yo no recuerdo nada, ya se borro con el tiempo. Él viento las borró. Y mis huellas se quedaron grabadas en el barro, porque ese día llovió, y el barro, se seco, y allí quedaron marcadas solo el tiempo las dejó. ¡Dirá que estas dormidas, y cuando él te acaricie, tú dejaras que te toque! Antes yo lo hacía sin que tú te despertaras al llegar la madrugada, tu cuerpo yo te cubría, mis manos te acariciaban, queriéndote besar me decías. ¿Es que yo no era el que te amaba? ¡Cuántas veces de noche y de día, cuando venía el invierno, tu cuerpo se estremecía! Hoy he llamado a tu puerta, me dijeron que tú  ya no estabas, las voces que yo sentí decían que eras tú la que quería irse con  otro amor, sabiendo  que era yo el que a ti te quería sin saber lo que pasó, hoy ya eres mayor y, yo  también, sabes bien, que el tiempo lo borró de la vida que querías. Eres dueña de otro hombre, si lose y de mí ya no te acuerdas, cuando en el mismo lecho tú te decías cuanto te quiero.  ¿Verdad, vida mía? ¡Dime por qué te fuiste de mi, dímelo, se que tu bien lo sabes, porque tú me dejaste sufriendo por tu amor que me quemaba por dentro! Él viento se lo llevo a otro lugar de encuentro; y no era yo el que te tuvo en sus tiempos cuando tu cuerpo quedo embarazado de otro que se llevo tu cuerpo y un hijo tuyo salió. ¡Cuando éramos jóvenes, tú me mirabas a mí, entre todos los chavales que habíamos, y yo creía, que un día seriamos los dos que siempre tú me querías! Hoy siendo mayor, ya no te acuerdas de mí, ya todo se termino cuando tú te enamoraste de otro; él se llevo lo que tú me prometiste, y  se fue contigo amor. Cuantos días me pase llorando en mi almohada, y sólo me consolaba esperando que llegase el día que te casaste, y a de mí, ni te acordabas de los besos que tú me dabas en las sombras de aquel árbol que era tuyo y mío, en él quedo gravado aquel corazón hermoso que con mis manos grave,  tú me decías mi amor cuanto yo te querré cuando  llegue ese día que será feliz para los dos. José rodríguez Gómez. El sevillano. EL FORJADOR DE SUEÑOS.

ESTARÉ CONTIGO EN EL CIELO.

Estaré contigo en el cielo para cuando tú llegues, estaré esperando que tú estés conmigo. Cuando será que me valla de este lugar que me tenéis encerrado sin tenerte a mi lado; que será de mi si no puedo tenerte cuando más te necesito. ¡Madre estas lejos de mí, y no sé cuando estaré en ese lugar donde tú estás; pero espérame que un día cuando yo sea mayor estaré contigo en el lugar que tú has escogido para que podamos vivir los dos juntos; como cuando yo era un niño y tú jugabas conmigo a lo que yo quería y tú, eras la madre más hermosa de la tierra! ¿Te acuerdas de mí, porque yo sí que me acuerdo mucho de ti, también me acuerdo que padre te dijo que este año no había reyes para nadie, ya que el trabajo se había terminado y la recogida de la oliva había sido muy mala y yo cuando estábamos los dos en la cocina del cortijo, te acuerdas que era muy grande;  allí dormían los tíos y los primos ya que era eso lo que había para trabajar? Tú cada noche te quedabas cociendo con la máquina de coser, que tú con tanto cariño te habías comprado con tu propio trabajo, ya que padre no te dio nada para que tú te la comprases.  También me acuerdo cuando me compraste la paleta de pintura, eso fue para mí el mejor regalo de mi vida. Y tú estabas trabajando con la costura, y te quedabas noches enteras sin dormir para poder juntar para comprarme el regalo de reyes. ¡Aquella noche, yo no pude dormir, tú le habías pedido a los reyes que me trajesen ese regalo, ya que yo desde muy pequeño, quería ser pintor y tu para que yo fuese el  pintor que yo quería ser me hiciste ese regalo! ¡La noche fue tan larga que me levante varias veces para ver si habían llegado ya los reyes, y no habían venido, yo me puse a llora de pena, tú que no te habías acostado por que estabas terminando tu trabajo,  me dijiste que me acostara, que ya pronto venían los reyes magos de oriente. Y me diste un beso que aun recuerdo el sabor de tus labios en mis mejillas; ya que cuando me acosté me refregué la cara, no para quitarme el carmín de tus labios, no, sino para besar yo el sabor de tu boca, esa que para mí era tan bonita que me cuerdo como era  tu cara. Tú te levantaste de coser, y me ayudaste a que me tapase bien, y  como era sólo un niño pues te di un beso en tu cara de virgen que tú tenias, y cuando me di cuenta ya te había marchado de mi lado; pero yo en pocos segundos me quedé dormido soñando con los reyes de oriente. Yo recuerdo que durante la noche se escuchaban los lobos aullar, y me da van miedo el sentirlos, y me ponía a llorar. ¡Claro, si nada más tenía dos años, que quería que hiciese sino llorar de miedo! mi padre colocaba una tranca de palo para que no pudiesen entrara dentro de el gran comedor donde habitábamos unas cuantas familias. Y para que no pudiesen entrar en el cortijo en el cual estábamos temporadas recogiendo las olivas. Bueno yo no recogía porque era tan pequeño que de niño me llamaban pepillo, hoy siendo mayor tú aún me llamabas a sí, yo me acuerdo cuando me llamaron por que tú querías verme antes de irte al cielo. Yo, cuando te vi con los ojos casi cerrado, me puse a llorar de miedo, no quería que tú te marcharas, era yo mu pequeño; y qué sería de mi siendo tan chico, así que me abrace a mi padre, él con su fuerzas me tomo en brazos y desde allí te pude ver como cerrabas tus ojos y te quedabas dormida. Te quise tanto que no he podido olvidar tu beso. ¡Yo he sufrido tanto en estos años, que deseo que llegue pronto mi destino y pueda juntarme contigo en el cielo, sí, yo espero que seas adonde tu estas durmiendo! José Rodríguez Gómez. El sevillano. EL FORJADOR DE SUEÑOS.

 

¿Te vas?

¿Cómo puedes decirme a dios sin haber tenido mi cuerpo  entre tus brazos y no haber hecho el amor sobre mis sabanas de seda y, me dices a dios? ¡Cómo te puedes ir si tú te despides de mi, sin haberme dado un solo beso de pasión en mis labios de fuego, los que durante todas las noches yo te besaba,  te acariciaba con mis manos heladas, si ya lo sé que las tengo siempre frías y no puedo calentarlas hasta que tú no estás con migo en nuestro lecho!  ¿Cómo puedes irte a si como a sí; sí  tú no eres nadie en este mundo,  de los problemas que tienes en tú vida? ¡Sabes bien que yo soy la única persona que te ha querido con todo mi corazón! ¿Por qué, por qué te vas,  dímelo por favor?  ¡No puedo seguir viviendo bajo el mismo  techo que tú!  Tú eres una mujer extraña y no dejas de pensar en tu vida anterior y, a mí eso, me hace mucho  daño, aunque tú nunca lo hayas pensado ni una sola vez.  Puede que no sepa adonde ir, no tengo amparo alguno de mi, se que dirás que estoy loco, pero deseo estar sólo, y que no tengas que echarme encara  que no sirvo para nada,  si yo se que tú tuviste un en redo con otro hombre. ¡Eso ya paso, ya lo sé pero en tu mente no se ha salido nunca;  y lo recuerdas, por que durante las noches de pasión que teníamos!  ¡No  era conmigo con quien lo hacías, sino con él!  ¡Tú eso bien lo sabes!  ¡Deseo  seguir mi camino para no molestarte más!  Cuando  pasen los años ya veremos cómo nos va cada uno por su lado,  entonces, diremos si nos equivocamos o estuvimos en lo cierto de habernos separado de una vez. La vida es a si y no tiene vueltas y aunque queramos hacer lo que sería mejor;  pues a veces es mejor separarse de una vez por todas y que cada cual encuentre la persona adecuada para ser feliz en esta vida de tropiezos que está llena de piedras que se cruzan en nuestro camino. ¿Tú te acuerdas de cuanto nos discutíamos los dos sin haber motivo alguno, tú eras de la manera de ser que hay muy poca personas  como tú, y yo, soy de otra forma de ser; somos diferentes de todas formas y no había manera de saber cómo arreglar nuestras diferencias?  Han pasado los años y nos volvemos a ver. ¿Cómo estas, sigues siendo la misma que eras entonces, o has cambiado de manera de pensar? ¿Y tú, qué de tu vida, has encontrado la forma de vivir sin saber que hacer de ti? ¡Si, ya sé lo que he pasado durante estos años lejos de ti! ¿Me echabas de menos? ¡Yo, no, sólo cuando estaba solitario en mi alcoba era cuando te hacía faltar! ¡Ah entonces si me echabas de menos,  al menos, durante  las noches  solitario, entre  las sombras que te rodeaban durante las noches solitarias que has vivido! ¡Si, tienes razón, pero no he podido olvidar los sueños que tú tenias con el otro hombre que tu viviste con él durante unos años y eso se que jamás lo podrás olvidar de ti! ¿Qué quieres que yo le haga; si lo viví, y que puedo hacer, dímelo tú que lo sabes? ¡Yo, cómo quieres que lo serpas,  eras tú la que tenias a él entre tus  sabanas las que me taparon durante tanto tiempo que no se cuanto fue lo que tú y yo vivimos en compañía de nuestros sueños! ¿No has sido feliz, lo sé,  pero no te atreves a decir lo que has pasado sin mí?  ¿Quieres que te lo diga, deseas saber  cuánto te he echado de menos?  ¡Sí, quiero saberlo, quiero saberlo todo,  ya que yo también te he echado de menos  a ti!  ¿Tú me has necesitado a mí? ¡Sí que te eche de menos muchas veces,  y no sólo en la cama; sino por todos los rincones de nuestra casa,  que está y sigue siendo de los dos, porque yo no he cambiado nada desde que tú te marchar te de mi! ¿Entonces me sigues queriendo?  ¡Sí que te sigo queriendo y además ya no tengo recuerdos de nadie en mi vida he sabido arreglar mis pensamiento y he llegado a la conclusión  que eres tú el único hombre que me ha querido de todo corazón!  ¡Yo también te he seguido queriendo en todo este tiempo alejado de ti, te quiero con toda mi alma amor mío!  José Rodríguez Gómez, el sevillano

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