¿Qué es lo que puedo buscar… en toda la tierra… o solo en algunas partes de las cuales son ustedes los que me dais permiso para tener amistades y por qué no en toda la tierra?
Me gustaría conocer mujeres, de la China, de Japón, de Corea, de Vietnam o de cualquier parte de este globo. Es muy grande y cada persona es diferente en esta nuestra lejanía. No digamos estando cerca una de la otra.
Sus ojos son diferentes en cada uno de nosotros, y si miramos su interior también lo es. Hay muchas formas de mirar, de ver las profundidades de estas miradas pero no las puedo ver ya que no soy yo el que dirige este cotarro. ¡Te has dado cuenta lo bellos que son los ojos, sin mirar su cuerpo solo su profundidad, el color, y ver esa mirada en la oscuridad de la noche! Estar cerca de esos ojos y de sus cabellos que se enredan entre tus dedos y cuando la oscuridad te hace sentir el deseo de besarlos tú tiemblas de amor y de ganas de hacer lo que sea necesario para embrujar a esa mujer, la que tanto desea y que la amas de todo corazón.
¿Tú crees en el amor?…hay diferencia entre una mujer de una parte de la tierra a otra, o son diferentes haciendo el amor… todas son iguales… sus besos saben lo mimos o también es diferente el sabor de unos labios a los de otra mujer.
Deseo probarlos, saber el sabor de esos labios y no morir en el intento, no, eso no lo quiero, pero creo que tampoco conseguiré esos sueños. Qué le podemos hacer si solo son sueños de un viejo que desvaría con su mente y su mirada puesta en una cara de mujer aunque sea de cualquier pararte de este mundo y que desee estar a mi lado para que yo pueda seguir soñando con estos bellos sueños de amor.
Morir, haciéndolo… sería maravilloso, y cuando llegase la hora de cortar esa fina tela que cubren tus ojos y se apaguen la luz y, solo te quedas con el brillo de esos ojos que te están mirando se terminen tus sueños y solo será el viento y la brisa la que refrescará tu cuerpo.
Un velero entre las olas de un mar embravecido, un vaivén sobre el viento, y una hoja que se acerca y te dice: vuela conmigo que te llevaré hasta los límites de tus deseos.
Cuantas cosas pasan por el cerebro de una persona, no digo solo en la mía, si no en la de todas, sean hombres o mujeres, sí, y si son mujer mejor ya que creo que en la mente de cada una de esas mujeres hay una gran diferencia entre unos sueños y unos deseos qué serían maravillosos conocerlos. Bajo la luz de tu mirada, sobre una sabanas de sedas y encajes en su cabecera; tu cabeza sobre la almohada de tu cuerpo y dentro de la habitación el viento corre a través de la ventana que abierta se levantan las cortinas con la brisa de tus besos.
¿Quieres soñar conmigo… me permites que te dé mil besos, me dejas qué acaricie todo tu cuerpo? Ese que está hecho de escamas de sirenas, en el que resbalan mis manos y no sé cómo detenerlo; ese es mi corazón que palpita en el silencio y se hace la noche día y el cielo se torna gris, la tormenta se calma cuando te tengo en mi lecho.
Corta cuándo tú quieras, hay tienes las tijeras, ya te tengo sobre mi cuerpo. Ese que se desgrana, sí, lo sé, se ha hecho viejo y no puedo detenerlo se desborona sobre tus bellos pechos y cuándo entro en tu cuerpo no sé qué es lo que siente mi alma; sé que se va por momentos y me deja solo ante tu precioso cuerpo. ¿Y qué le digo a mis sueños… que te fuiste y me dejaste solo entre tus escamas de plata y de corales tus senos?
Deja que el viento entre y me lleve al lugar adonde se guardan los deseos, sí, a ese lugar donde viven los geniecillos, esos traviesos duendes que rondan mi enamorado cerebro.
El forjador de sueños
José Rodríguez Gómez
El sevillano. ijimo��|�۟