Perdóname

¡Perdóname!

¿Cómo te puedo pedir perdón, dímelo, si no se adonde estas, si tu sobra no puedo verla? Por más que grite tu no oyes mis lamentos, tú ves la obra que hiciste, y nadie lo sabe, solo tú y en tus sueños puedes ver tus pinceladas.

Uno es viejo, lo sé, que lo soy, hay momentos que uno pierde la cabeza, pero no perdemos la vergüenza, y dice tantas cosas que ninguna son verdades. Solo son sueños y mentiras que al llegar a este punto del camino decimos tonterías. Viejos repugnantes que sin saber el daño que hacemos al hablar, y sin tener conocimiento herimos las halas de la verdad. De aquellas aves que vuela en busca de tus raíces. ¿Cuánto daño te hice, hoy no puedo más y llorando te suplico que en la distancia me perdones si es que puedes o quieras hacerlo?

Quiero pedirte perdón, sí, a ti mujer que solo te dije cosas que en verdad ninguna podría haber hecho efectivas, solo eran momentos de locura que al ser lo que en verdad soy y siempre lo fui un… Algo que ni yo mismo sé lo que somos; pero es cierto que tú eres y eras algo inalcanzable para un hombre como yo. Dices que siempre estas escondidas en tus libros, leyendo, estudiando, y engrosando tu sabiduría, bien por ti, lo mereces, pero hay una herida en mi corazón que no para de sangrar.

Letras que se lleva el viento, se pierden en la distancia y cuando pude hacer algo por la humanidad no lo hice… ¿Qué puedo sentir al haber hecho tal comportamiento hacia una sola, sí una sola porque dentro de las raíces de nuestro cuerpo solo hay una que merezca la pena de haberla aceptado como se merecía?

¡Abro las puertas de mi corazón, las tienes abiertas de par en par solo para ti! Para que encuentres lo que tanto has buscado durante toda tu vida.  y yo desde la lejanía te pido que vuelvas que este año ha terminado y comienza uno nuevo año que podría ser para ti el principio del fin.

No camines más ente las sombras, tú mereces estar entre las células de tu sangre y no vueles solamente adonde el viento te quiera llevar.

Deja que mi llanto siga fluyendo y que las gotas de lágrimas rieguen tu alma.

Vuelve no camines por más tiempo descalza, tus pies están heridos y nadie sigue tus pasos. Quiero darte el nido que a toda persona le hace falta…

Soy parte de tu sangre, tal vez sea tarde pero siempre hay una pequeña oportunidad de conceder perdón a la persona equivocada.

Llámame: tú sabes el número de mi llanto, espero ser el viento de nuevo en mi alma.

El forjador de sueños

José Rodríguez Gómez

El sevillano.

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