Vestida de inosencia

Vestida de inocencia

Eras una mariposa: o mejor dicho, lo fuiste, sí, una mariposa… ¡Ya no lo eres! porque tu osadía al hacer lo que solamente se puede hacer… es, en el amor; es amar a quien te ama y, tú, cambiaste tus colores por el simple color del deseo, y destino te quito lo que jamás mereciste. Tal condena, para ti, fue: que vivieses castigada, haciendo plegarias, engañando a todos; haciendo ver que en verdad eras buena. ¡Cuántas mentiras, y después… al paso de  los años el destino te hizo seguir caminando descalza en penitencias! Sí, lo hacías, cada año que venías a tu querido pueblo. Todas las personas que te conocían sabían el por qué de esas caminatas detrás de los pazos de palo; de  los que tú dices creer. ¿Te han dicho alguna vez que lo que hiciste era bueno?… ¿Te han perdonado esos santos de cartón? ¡Oh! quizás te han condenando mientras vivas. ¡Tú no sabes que ellos y en su silencio te condenan, porque no eras buena, ni lo eres, y en este mundo todo se paga y tú falsa belleza se basaba en falsas mentiras, de las cuales; has de pagar el daño causado aquel que te amo de verdad durante mucho tiempo… hasta que supo por sí mismo el mal que le hiciste! Cosas que solamente lo sabías tú y para el resto de personas que te veían pasar, y hacer la comedia de pedir perdón… ¿A quién se lo pedias, dime, maldita?… ¿A quién?… Solo eras la facha de una mal nacida. ¿Por qué lo hiciste aquel día? ¿Disfrutaste, verdad que sí: y al hacerlo? Tú misma… te condenaron, y al castigarte te convertiste en una cigarra. ¿Qué fue de tu bello cuerpo? Entonces tu piel estabas cubierta de múltiples colores; eras tan bella, que parecías un ramillete de flores, y tu aroma envolvías mi mente en la locura de  mis desgracias; todo por culpa de desear cuanto tú juventud pedía agritos.  Han pasado los años, y cuando la mente se está envolviendo en la locura, me cuentan las malas lenguas, toda tu vida, y aun recuerdo yo a vagas penas, tu bello cuerpo.

De un diminuto huevo: puesto sobre alguna rama o tal vez en una de las hierbas que nacen en cualquier parte de la tierra. Puesto por su antecesora y dejado para que al llegar el tiempo  incubación se forme un pequeño gusanillo de color verde, este pequeño animal mide un milímetro si es que llega. Ella, al nacer en forma de gusano, corre hasta las hierbas  frescas. Ha estado dentro de ese diminuto huevo unos quince días. ¡No te puedes dar una idea del hambre que tiene ese pequeño bicho! Comer y volver a comer para que su diminuto cuerpo de haga grande y fuerte. Nace de otra mariposa de colores que le dio la vida, y esta sí que era virgen; lo que tú no lo eras. Durante unos días su estómago sé agranda de tal forma para que ese gusano cree el capullo que le dará cobijo a esa maravillosa criatura. Una vez ha crecido lo suficiente, él mismo se encierra. Crea la estructura de ese capullo de seda, lo hace con su boca, segrega una especie de hilillo de seda y según lo va creando teje dándole forma a su cubil donde ha de permanecer durante unos días.

¡Lo que es el amor! Él vive dentro de una nebulosa de seda, sin luz que lo acompañé, sin comida solo la que tiene guardada en su vientre; pero siendo tan pequeño tiene bastante hasta llegar el día que se transforma en una crisálida. Está pende de una ramita de un arbusto, si el huevo que ha creado este querido y diminuto gusanillo. En un lugar adonde nadie le pueda hacer daño alguno. Esta transformación, de la cual, creemos que esa figura de colores es tan virgen como la luz de día, y el brillo de las estrellas más bellas de la noche. ¿Qué ocurre dentro de esa madeja de seda… en el cual se transforma en un extraordinario proceso sin que lo hayamos podido ver? ¿En realidad, como se crea esa diosa, y por qué, se va transformando en lo que un día no muy lejano, saldrá de ese sueño de cada hombre tenemos en nuestra mente; en el que podamos ver  ese cuerpo, y a esa mujer vestida de colores siendo la más bella jamás vista por ojo humano? ¡El hábito no hace al monje!…. Eso se dice, y que de las flores nace el amor. Dentro de ese amor se crea en un lugar de nuestra mente; y al ver y saber que esa mariposa vestida de mujer es nuestra ninfa, la diosa de nuestros sueños. Vive dentro de su capullo, hasta que el tiempo y el destino le hacen que ella misma rompa ese nido de seda comiéndose la parte exterior.

A base de bocados se come el capullo. Lo rompe cuidadosamente. Procura por todo los medios no dañar ninguna parte de su delicado cuerpo. Su cabeza agachada, le da vergüenza salir. Es porque ella sabe que su belleza es inigualable. No hay dos iguales a ella sobre la capa de la tierra. Sus halas plegadas a su cuerpo. Ha salido pero no podemos ni imaginarnos sus colores, ni su belleza. De su abultado vientre, donde guarda un líquido muy especial; si este producto que ella lleva dentro de sí. Es algo que lo ha ido crenado mientras estaba confinada dentro de su bello cascarón. Guarda en su interior un líquido especial. Este tiene un aroma y una sangre de colores que hace que la belleza sea cosa de un milagro. Un aroma envuelve a esa mujer de los sueños. Unos polvos mágicos… Sí, no penséis mal… tiempo tiene esta maravillosa hembra de hacer con su bello cuerpo lo que desee. ¡Es libre, nada, ni nadie tiene derecho a ser su dueño, nació en libertad!… ¡Quién pudiera nacer igual que ella! No todos podemos hacer lo mismos con nuestros actos. Está sobre su nido, ha roto todas las ligaduras que tenia para que su cuerpo se fuese transformando en lo que es ahora. ¡Sabe que la envuelven sus preciosas halas, y para que podamos ver el milagro de la vida, abre lentamente sus alas! Como por arte de magia; inyecta el líquido guardado durante todo el tiempo que permaneció encerrada. Como si fuese un mecanismo extraordinario, cosa perfecta lo va inyectando lentamente por esas diminutas venas que cubren su cuerpo. Se han abierto sus alas; están llenas de sangre. Seguramente es una sangre muy especial; porque si la nuestra es roja, y no somos ni por mucho desearlo tan bellos como lo es ella; no sé de qué color será. Se siente llena de vida, y para que pueda volar se han de secar muy bien sus alas, antes de emprender el vuelo hacia lo desconocido. Pasado unos minutos comienza  mover sus delicado cuerpo, siente la vida dentro de su mente, mira a su alrededor, y alza sus alas al viento. Para que su belleza quede reflejada en el iris de nuestros ojos. ¿Piensas?… Sí, tú, en una mujer, la cual está sentada en el tocador de sus sueños, pintándose su cara, sus ojos, y retocando su piel con el maquillaje para envolvernos en la locura en ese día de su boda.  La mariposa hace lo mismo vestida de seda, hincha sus alas con el líquido que guarda para este precioso momento. Se ve bella, se sonríe, se siente mujer, y una vez inyectado ese manjar; sus alas son de una belleza sin igual. Las abre, y estiras sus delicadas fibras al viento para que se sequen y puedan mostrara el color y el perfume de las rosas al legar la primavera, y con ello, para que la hermosura salga de sí misma y resplandezca con toda su belleza ante nuestro ojos. En ese día tan especial, en el cual, muchos de nosotros hemos vivido. Unos de una manera, y otros, con el sueño de haber sido… Sí, engañados por el resplandor de los misterios de esta maldita vida.

En un altar lejano. Hace muchos años. Si entonces era joven. Esperando que llegase esa mariposa. Se hace largo, el tiempo de espera, se alarga y cada segundo me parecían siglos, yo no sabía el por qué de estos nervios, pero sí, yo lo estaba, y cuando el tiempo nubla la mente suena  una marcha triunfal en el interior de esa iglesia… Apareció vestida de blanco igual que la mariposa. Sus cabellos sobre volaban sus hombros de encajes. Blanco era su precioso vestido. ¡Fue el día en que ella iba vestida de inocencia! La vedad es que aquel día estaba my bella, y yo sin saber nada de la vida. De sus lindos ojos avellanados brillaban como algo  extraño; algo me aconsejaba, y me decía en mi interior que me marchase, que no me casase con ella, pero por aquellos entonces era la mujer de mi vida. Qué lástima no haberlo hecho. Dios me castigo el haberme casado con una mariposa. Cegado por el brillo de sus colores me fue dejando ciego para el resto de los años de los cuales yo fui preso de la belleza. Cosas que pasan y que mejor que no la hubiese conocido nunca, ya que su vida estaba llena de hechos malvados, y que ella los ocultaba y jamás lo supe; solo su brillo, esa era la luz que me hacía seguir los pasos que me marcaba mi destino. Vi  ese resplandor en su mirada. Como una luz en la oscuridad que te quiere decir algo que en ese preciso momento no sabes que es lo que notaba. Había algo extraños en aquella mujer, a la que según tú, la amas. El  color del cabello era de un claro marrón tirando a rubio. Este le caía sobre sus hombros del color de las rosas blancas. Llegado al altar… sí, a ese lugar donde todas las mujeres desean llegar un día soñado. Cosa que para llegar no les importa hacer cuánto sea necesario para conseguirlo, y si hay que engañar, sé engaña. Todo vale, para conseguir el camino marcado por las costumbres, sin mirar si eres digna de vestir de ese color. Sin miramiento alguno… todo sea por el momento de estar vestida de blanco; o mejor dicho vestida de inocencia…

Fechas reales de todo cuanto aconteció a esta mariposa. ¡Dirán que es mentira!: nada más cierto que ello, cuando una mujer se viste de esta manera solamente para conseguir lo que no merece… no hay dios que valga, es mucho más poderosa la mentira que la pura realidad.

18 de Julio del 1965… o… 18 de Julio del 1966. Fiesta en las minas de Alquife. Amenizaban el conjunto de los Godos. Toni L, pepe L, y compasa. ¿Sé perdió la mariposa y se convirtió en cigarra?

14 de Noviembre del 1971. Rubi Barcelona. Vestida de inocencia.

29 de noviembre del 1971. Segunda vez que vendió su cuerpo, en mi propia casa. ¿Y no sé en qué se convirtió?

El forjador de sueños

José Rodríguez Gómez el sevillano.