El pianista
Primera
parte
En un aeropuerto
de un lugar lejano: Se escucha la voz de la azafata por la megafonía
dirigiéndose a los pasajeros con destino
a Nueva york. Señoras y señores: su vuelo está preparado para partir rumbo a la
gran ciudad de Nueva york.
Por favor:
señores pasajeros vayan se acercando a la sala de espera. En breves momentos se
les dará la entrada a su vuelo, su avión está situado en la pista numero uno.
Gracias: por favor lleven sus billetes y sus equipajes preparados para tomar
dicho vuelo. Dichas estas palabras los pasajeros se dirigen al lugar señalado y
entre ellos hay un joven que es la primera vez que se sube a un avión y también
es primer vuelo. Los nervios se les pueden ver por todo su cuerpo, suda, se le
caen las cosa y no sabe como embarcar y como embarcar su equipaje; vamos que no se le olvidará este primer salto
a lo desconocido. Entre todos los pasajeros hay uno en especial. Es un joven
que viaja por primera vez, y este es su vuelo especial del cual nos narrará su
historia. Nos contará atreves de sus aventuras que yo les iré contando según
transcurra su vida en esta gran ciudad de su intrépida aventura y desventuras
que le conllevarán en esta salida de su querido pueblo. Este está situado en un
lugar remoto donde nadie sabe por qué se marcha, ni por qué su deseo de huir de
su humilde cuidad.
Es un joven
apuesto, elegante, un poco tímido si se le puede llamar a sí, ya que él nunca
se ha dado de salirse de la vida cotidiana, la cual transcurre en sus estudios de la universidad y el de
música; que es lo que más desea se triunfar en sus estudios de piano. En la
clase de piano en el cual se destaca él, de entre todos sus compañeros de
conservatorio.
Noches y
días estudiando, machacando cada hora de su tiempo libre. No tiene preferencia
por nada. Él tiene sus amigos de las escuelas pero es un joven que se queda
encerrado para aprovechar el tiempo ya que en su mente solo le ronda una gran
idea, salir a ver el mundo y demostrar que tiene que ser el número uno en todo.
En los estudios tiene unja media de
nueve a diez en casi en todos menos en la música que sale sobresaliente cada
vez que tiene que hacer un examen, su locura es la música y en sus estudios
académicos, y su preferido principal; su
viejo piano el de la teclas amarillas, él lo ama tanto que no puede pasar un
solo día sin que le dedique todas las horas que le deje sus otra actividades y
nada de lo que sale del alma de este viejo piano, ya carcomido por el tiempo y
casi destruido por los años pero este piano está en su casa desde tiempos
inmemoriales.
Cuando era
un niño, su madre le cantaba canciones y con ellas él se quedaba dormido sobre
la tapa de estén viejo mueble, bueno llamémosle a sí, pero en verdad es que
siendo tan viejo y teniendo tantos años le queda lo principal, su extraordinario
sonido y que jamás se ha ten nido que afinar ya que sus cuerdas parece que
tienen alma y se mantienen tersas y
tensadas al tiempo y a los años.
Dos o tres
años tenía como máximo nuestro joven. Siendo un niño su madre lo subía sobre la
tapa de este viejo mueble; como le llamaban cariñosamente a este instrumento
musical, su piano. Barnizado de un color caoba, sus patas retorneadas la cual
estaban tan pulida y tan limpias que el al principio las miraba y temías de que
se rompiesen algún día por temor de los años que ya tenía su cuerpo y su
estructura; pero cuando comenzaba a cantarle a su niño como le llamaba su
querida madre. El sonido de este viejo piano se transformaba en un armonioso
instrumento que parecía que bajasen los ángeles a dormir a este pequeño e
inteligente niño, mientras ella le susurraba las canciones a él se le iban
cerrando sus ojos hasta quedar dormido sobre su lugar preferido y así, cada
noche, su madre le hacía lo mismo para poder acostarlo. Era una costumbre o tal
vez era que su mente desde muy pequeño le gustaba tanto que solo de esa manera
ella no tenia que cantarle una canción de cuna, ella le interpretaba música
clásica de los más grandes compositores de la época.
Han pasado
los años, y nuestro joven desea cumplir sus sueños, decide marcharse sin decirle a nadie adonde va, ni
si piensa volver algún día; se marcha, se desase de todas las cosas que tiene
en su casa, solo se lleva una poca de ropa y sus queridas partituras de música.
El mundo le
espera, sabe que ha de triunfar y nada de lo que le pueda pasar le diese miedo,
y a nada le teme. En su mente está el mayor triunfo de la historia, y él se ve
sobre los más grandes escenarios siendo el numero uno.
¡Qué
pensamientos tiene este joven en su cerebro, que es lo que le espera cuando
cruce el portal de su casa; cree que todo es tan fácil como la vida en su
hogar, que todo le será según sus pensamientos!
El recuerdo
de los sonidos de su viejo teclado es lo que él lleva mientras circunda el
espacio hasta el infinito. Cruzando nubes de colores y viendo salir el sol por
el lado opuesto de donde él se hallaba en aquellos años de su eterna y bella
juventud.
Ni siquiera
ha preguntado la duración del vuelo, se ha subido y ya está. Sentado en su
asiento cuando una de las azafatas le pregunta. ¿Desea usted tomar alguna cosa?
Los nervios de verse subido al avión le tienen su mente bloqueada, y ni se
entera de lo que le ha preguntado la señorita.
Ella al
darse cuenta de que es la primera vez que se ha montado en un avión, le dice.
Tómese alguna
cosa, le tranquilizará y se encontrará mejor; el viaje es muy largo y tiene
tiempo de dormir de leer y de cansarse del mismo, a si que te voy atraer un zum
o para que se te refresque la garganta y ya verás que bien te encuentras a
partir de ahora.
La joven
azafata le mira, y al ver lo guapo y elegante que es se lo ha quedado mirando y
en su interior se pregunta. ¿Por qué te va, yo te pago los viajes que tú quieras,
pero quédate a mi lado para yo tener a un
hombre tan bello como tú y, encima lo he de tener durante horas y horas y cada
vez que pase por su lado me lo he de quedar mirando hasta que lo tenga
enamorado por mis huesos? Bien comienza esta historia, la de este caballerete;
se ha decidido marchar nada más ni menos que a la gran manzana, nueva york.
Durante
muchas horas se ha pasado en vuelo hasta llegar al aeropuerto de la gran
ciudad. El avión toma tierra y la azafata le pregunta.
¿Conoces
nueva york, sabes Ingles?
Y este le
contesta.
Conocerla no, de Ingles un poco.
¿Tú crees que te defenderás en esta macro
ciudad?…
¡Espero que sí!
Bien: que
tengas suerte, y que te vaya todo como tú lo has imaginado.
Gracias eso; espero.
Sale del
avión, y se dirigen por los largos pasillos del aeropuerto hasta llegar a la
salida y, al darse de cara con la pura realidad se encuentra desorientado, sin
saber adónde ir ni adónde está.
¡Esto es demasiado
grande y, yo vengo de un pueblo que conozco a casi todas las personas que viven
en ella! ¿Y aquí a quien pregunto y a quién conozco? Estas son las primeras
preguntas de su descentradamente y desconcertado sale a la gran calle. Nada más
pisar la acera se tropieza con una chica joven, morena por no llamarla negra
que en verdad no lo es, ya que su color no es negro, sino un poco tostado pero
eso si muy bella por cierto, sus pelos son ensortijados como si fuesen
rosquillas entre enlazadas entre sí. Esta joven paseaba subida sobre un
patinete y es la primera persona que encuentra al llegar de su intrépida salida
de su querido pueblo.
Chocan entre
los dos; él se cae al suelo ella también
se ha dado un bue porrazo y, se queda tendida sobre el asfalto; él se ha
quedado un poco aturdido, pero al verla se levanta como puede y se dirige a
ella que está tendida y he inconsciente.
Da unos
pasos tambaleándose mientras otras personas les atienden a ambos.
Unos agentes
se le acercan para ver si se han producido daños, pero al verlos que se han
levantados y no tienen heridas de ninguna clase se dan la media vuelta y que es
espabilen cada uno.
Se acerca a
ella, le da la mano y le pide perdón…
Esta al
verlo se enfada con él.
Where were
you looking … ella le quiere decir en español. …adonde miras.
Él se la
queda mirando, y le pregunta… ¿Qué dices, no la ha entendido y él se decía que
sabía Ingles?
Ella vuelve
a preguntarle, y le hace la misma pregunta. Where were
you looking … adonde miras.
Se rasca sus
cabellos, y se dice a él mismo.
Menudo lio
me he montado y yo creí que sabía hablar este idioma y esta señorita me está
montando un lio que no me aclaro ni media.
Una vez
cerca de ella, se la queda mirando, y él le dice: por favor; hábleme despacio haber si a si nos entendemos Please
speak slowly to me if we understand each other. Estas palabras se las dice en
él ingles que él sabe y del que ha aprendido en las clases.
El forjador
de sueños
José Rodríguez
Gómez
El sevillano
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