He mirado a tus ojos y me han visto llorando… no temas, no siento miedo al verte sonreír, sí ya lo sé que pensabas que ningún hombre lloraba… pero estas equivocada, somos una parte de ti; no la más importante y tú lo sabes mejor que yo. Eres el árbol de la vida, en cambio yo solo soy una simple vareta. ¿Sabes que es una vareta?… es la parte menos valiosa de todo tu cuerpo.
¿Dios hizo la tierra… hizo a la mujer de unja costilla del hombre?… ¡Todo es mentira ya que tú eres el árbol de la vida y yo como hombre solamente soy una pequeña parte de ti, un brote que sale de tu precioso cuerpo y no valgo nada… sí, es cierto, no valgo nada sin ti!
En ti se pueden hacer tantas cosas que ni tú misma te lo puedes creer… arar tu cuerpo, sembrar la tierra de tu piel, y de ti salimos estos simples hombres, los cuales, nos creemos que somo los más importantes de esta tierra… Falso, todo mentira… si, ves todo cuanto te quiero decir…Yo no fui el primero en ser parido en este mundo, no, no lo fui; fuiste tú; tú eres el tronco de la vida, de ti salimos y cunado salimos… vine a esta vida siendo lo que no tu quieres de mi. Yo solo no puedo crear nada… Tú en cambio si que puedes ya que al nacer eras el árbol al completo mientras yo solo soy una vareta. Sí, la vareta son los tallos que salen del tronco de un árbol y no los puedes sembrar… no valemos, solo somos unas ramas que ni nuestra propia madre quiere; tú te mira al espejo y ve que todo su cuerpo es maravillosos mientras que yo me miro, y que es lo que puedo ver; sin ti…nada, nada soy y por eso lloro al ver que durante tantos años éramos los hombres fuertes y hoy al verme en este estado siento vergüenza de mi; no soy lo que tu esperabas… Lo siento. pero déjame que te mire, que te bese y si en ese momento me ves llorar, no me riñas que solo soy un niño que camina descalzo por estos caminos de mis sueños. Gracias mamá por quererme tanto…
El forjador de sueños
José Rodríguez Gómez
El sevillano.