Lágrimas

¡Cuánto tiempo hace que no puedo verte! ¿Dímelo, por favor ya que mi mente esta atrofiada de pesar en ti? Puedo pensar, puedo sentir, pero lo que no logro saber, es por qué he de estar tan lejos de ti. Mis ojos son dos ríos que se van al mar, son la barca que se hunde en tu mirada, son las olas que se mecen en mi cuerpo y nada queda de aquellos lindos paseos de la mano por la orilla del mar sintiendo en nuestros pies la dulce caricia de las aguas de nuestros sueños. Martirios, clavos, fuego, hierros que se clavan dentro de mis sentimientos, yo recuerdo que tú me decías que eras para mí y que serias siempre la mujer de mi vida. ¡Cuánto ha pasado, ya, soy viejo, y estoy esperando tus palabras para que ese cumplan; veo que el tiempo pasa y no hay nada de lo mucho que me amabas; todo se lo ha llevado el viento que mecía tus cabellos a la orilla de este mar de pensamientos que se los llevan las olas y nada queda de ellos. Decir es una cosa que no se debe hacer a la orilla del mar, siempre hay una ola que se lo lleva para dentro y no vuelve más. Eso me ha pasado contigo. Llore hasta la extremidad, pero al ver que nada era cierto, busqué a una mujer que me amase, lo, que fue imposible de encontrar, ya que de mis ojos salían corrientes de agua que se llenaban mis manos al querer detenerlas, si corrientes de lágrimas que al verla parecían perlas que se llevaban las olas de la orilla; yo me sentaba mirando al horizonte y siempre te veía venir y esperaba que tú me dieses un beso de amor. ¿Qué es el amor? Hace tanto que no sé lo que puede ser. De tanto esperar mi vieja barca se ha destruido y solo quedan los remos y la quilla, lo demás se ha podrido del tiempo de espera. Mi cara ya no es la misma de antes, ahora tengo una barba que me llega hasta el pecho, si hasta el pecho de tanto tiempo esperando tu regreso, que mi barba esta como mi barca, mi cara tiene arrugas y en cada una se paran mis lágrimas y toman un descanso para seguir su camino hasta caer sobre la arena y las olas que están a la espera, se las llevan, y borran todo cuanto sufro en esta vida destruida por los sentimientos que yo puse en ti, y ahora que he de hacer. ¿Dime adónde estas, quiero verte, si quiero verte, para poder preguntarte el por qué no has venido a mi? Enciendo un pitillo, y con el pensamiento se consume y cuando es una colilla, se cae y se queda junto a mis pies, el viento arremete con mis pocos cabellos que ya me quedan en mi vieja cabeza. Un cuadro pintado sería mejor que estar sentado a la espera, un viejo sueños, unos suspiros, un llanto y una música del recuerdo que nos vio tantas veces bailar juntos a la orilla de este mar; que no tengo valor para levantarme y destruir lo que queda de mi y de mi vieja barca. Te acuerdas de las salidas a alta mar con esta barca, parecías una sirena que desease saltar por la borda y perderte en las profundidades de este océano que esta donde estaban las olas de nuestro amor. Caracolas si eso era lo que parecía tu pelo al viento; caracolas de nácar si y tus labios se secaban con la brisa y tu cogiendo un buche de agua de mar te refregabas tus lindos labios y, te salía la sal por ellos que yo me acuerdo de cuanto besos nos dimos. Y del sabor de la sal de tu boca. Fuero años felices, pero ya cuando te marchaste me dijiste que éramos dos persona, las cuales seriamos una sola en esta vida, si, es cierto que somos una persona, yo y mi vieja barca. Lo demás se ha marchado de los viejos tiempos y ya no vuelve aun que yo lo espero pero cuando vengas encontrará una vieja barca con sus velas destruidas y un persona que ya no puede conocer a nadie, ha perdido su mente y sonríe cada vez que le toca el agua a sus pies soñando que eras tú la que jugando conmigo hacías que mis pies siempre estuviese mojados. Cada vez que sonríe es un llanto de sus ojos, es la triste historia de una persona que se llevo el tiempo que su vida duró llorando tu regreso sin que le importase nada ya que sus pies se volvieron de arena y su barca se la llevo la corriente. El se monto sobre su barca y los dos se fueron mar adentro. Si deseas verlo, has de montar sobre una barca de sueños ya que no se dejan ver para que nadie le vea llorar. El forjador de sueños.

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