Carnes sin dueños

 

Hace muchos años cuando el sol estaba en la cumbre de los cielos, ya existía la carne sin dueños. Ustedes se preguntaran que quiero decir con esto de la carne sin dueños. Cuando algo se escribe, en el comienzo es a donde se pone el titulo a los pensamientos que se van a escribir. ¡Ya verán el por qué de este singular titulo! Una vez terminado, ustedes dirán si tenía o no razón de llamar las cosas por su nombre. ¿Nos trajeron, estábamos, y si estábamos por qué no tiene nombre nuestra carne? Fueron tiempos en que los que mandaban eran los dueños de la pernada y de todo cuanto se criaba y se mataba. Priores, monjes, curas, cardenales, papas y toda la curia que en aquellos tiempos había por doquier de la piel de toro en la cual vivimos, si vivimos aduras penas, pero no solamente hoy sino en aquellos tiempos que había para repartirse los bienes y se lo repartían según las partes jurídicas y políticas. ¡Señores de la guerra, poderosos por su dinero, formaban ejércitos y con ellos mostraban sus fuerzas y tomaban las tierras porque el que más fuerzas tenía era el dueño de todo y los que gobernaban los reinos ellos hacían con la tierra que habían tomado lo que les venía en ganas; se la repartían como hoy se reparte el dinero que nadie les ha dado el poder de hacer con él lo que les viene en ganas! ¡De ahí vienen los caciques, señores que por el mero hecho de tener dinero, que siempre era ganado a base de robos eran los señores y había que descubrirse ante ellos porque eran las normas para demostrar que eran los personajes a los cuales había que mostrar el respeto que nos era impuesto por las leyes y las fuerzas, a palos y muchas veces con la muerte ante la ciudad para escarmiento de los más atrevidos; se les debía un respeto pero ellos ante nosotros no éramos nada, si nada, solamente carne para ser comidos por sus ansiosas bocas con ganas de devorar las carnes más exquisitas. Las carnes de nuestros cuerpos no era nuestra, y hoy en día tampoco lo es. Yo me pregunto. ¿Quién estaba aquí antes; ellos o nosotros, si estábamos nosotros por qué ellos se dieron el festín cogiendo todo lo que les mostraba la vista y tomándolo por el poder de otros eran los dueños de toda la tierra que abarcaban sus ojos? ¡Esclavos, eso éramos, esclavos! ¿Por qué, si era nuestro este territorio porqué ellos se hicieron dueños de todo? ¡Tendríamos que volver nombrar a unos señores que yo no les soy amigo y tampoco quiero nombrarlos, ya que ningunos eran de aquí! No quiero decir que la piel de toro sea la más desgraciada de todas las tierras, no, no, porque en este mundo no solamente han ocurridos avasallamientos por la reconquista, sino porque el descubrimiento fue una carnicería y el robo era el motivo especial de los descubrimientos de las nuevas tierras ya que los que hallaron cuando se piso tierra, había dueños de aquellos lares y tierras que desde hacía muchos años tenían sus dueños y se las robaron aun que ellos dicen que descubrieron tierras nuevas para que su poderío fuese lo más grande posible a base de sangre derramada por miles de desgraciados ciudadanos que vivían plácidamente en sus hermosas tierras; pero que por la fuerza de las armas y la santa cruz se fue manchando la tierra de poder y de crímenes que nunca podré comprender porque se han permitidos esos abusos de poder, y la pérdida de tanta criaturas inocentes que sin más remedio según ellos fueron derrotados y sacrificados porque el valor de su carne no era suya. Hoy en día en nuestra tierra sigue pasando lo mismo que hace mil años, siempre los mismos y los demás no decimos nada, nos quedamos a verlas venir, y a si seguimos sin decir esta boca es mía. ¿Cuántos años nos quedan para que esto pudiese cambiar? ¡Qué sé yo, a lo mejor alguna vez sea posible que le pongamos precio a nuestra carne! Cosa que lo dudo, ya que esto no tiene pinta de querer cambiar de bando, y no es culpa de ellos, no, no lo es, es culpa de nosotros mismos; que no valoramos que lo que es nuestro; y si era nuestro antes de que viniesen estos señores. ¿Por qué lo permitimos, y nos dejamos vencer a si de fácil, engañados, si engañados, con el dicho que queremos echar a estos infieles, y cuando los echemos seréis libres; qué fácil les resultó hacerse con el poder ya que siempre detrás de una guerra se esconde la traición y por la cual se apoderan de lo que no es suyo, para quitarnos, lo que era nuestro? Ellos vinieron de unas tierras donde pasaban más hambre que un lagarto en un espejo; y traían más mierda en sus manos que una mona en el sobaco, pero eso no fue lo más bueno sino que se apoderaron de todo por medio de los que se llaman… unos cuantos y siguen siendo los dueños desde entonces. ¿Cuándo se terminará esto, creo que nunca ya que si quitamos a unos y ponemos a otros esto no hay quien lo pueda cambiar? ¿La carne es nuestra, o tiene dueño; qué sé yo si lo tiene, lo que sí puedo decirles es que ni era nuestra, ni lo será jamás mientras tengamos estos pensamientos de las personas que tiene el poder de hacer y deshacer lo que les viene en ganas; por lo cual no hay forma de comenzar una nueva vida? ¡Dicen que Dios creó a la primera mujer y al primer hombre, si esos se dice, pero también creo al primer hijo y a su hermano, y es cierto o no lo sé, pero a si se dice que fue, y si era Dios tan inteligente porque sabiendo que un hermano mataría a su propio hermano! ¿Por qué lo creó, si él lo sabía, lo mismo que se sabía que detrás de una derrota viene la gran victoria y todo cuanto mi caballo ha pisado es mío? ¡Estar, o no estar, no se cual es la diferencia, no lo sé, pero si sé que es cierto que la parte que nos corresponde está enterrada con una llave que no deja que nadie pueda ver quien estuvo primero, nosotros o ellos! Es una desgracia que siendo nacidos y vividos como nos han dejado hacerlo, podamos estar agradecidos a estos señores caciques por llamarlos de laguna manera, y que sigamos quitándonos la gorra delante de ellos porque ellos tiene lo que nosotros no hemos tenido. Cascaras antes que las yemas, y siendo de esta forma la regla de tres simple cumple una misión, al tener lo que tú, ni yo tenemos, él se lo queda todo; siempre gana la banca. ¡Bajo un mismo cielo, el cual esta llenos de estrellas cuando no hay nubes que lo oculte estamos debajo de un yugo que nos aprisiona sobre una carreta llena de piedras y que jamás seremos lo suficiente hombres para dejar que otros lleven la carga, y que sea repartida por partes iguales para todos! ¿Es tan difícil hacer tal cosa, o es mejor querer seguir viviendo de esta forma el resto de nuestras vidas? La historia no dice que somos como las hormigas muchas pero pequeñas y la unión hace la fuerza, pero por lo que puedo ver ni aunque hubiésemos miles de millones jamás seríamos capaces de unir nuestras fuerzas para lograr lo que tanto tiempo nos han robado, nuestra libertad; era nuestra y hace mucho que no la es. ¡Cuentos, si muchos cuentos y clases de religiones son las que hacen de todos nosotros que seamos como somos y no tengamos voluntad propia y jamás la tendremos ya que la historia nos dice que somos corderos de dios, y que hacen los corderos; agachan la cabeza y se dejan que se las corten sin decir ni pio! Esas palabras las pronuncian cada día miles de persona que van vestidas de negro, para que se puedan diferenciar de el resto de mortales; y ellos lo dicen sabiendo que es cierto, que todo son cuentos, tan buenos como los cuentos de las mil y una noche. Por mucho que cambiemos no seremos nunca lo suficiente mente inteligentes para poder llevar el cargo de este mundo; siempre hay y habrá persona con más inteligencia que nos puedan seguir avasallando cada vez que ellos lo deseen. ¿La carne es nuestra… el forjador de sueños

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