DOS NOVIOS DE DOCE AÑOS ( 2º PARTE )

 

les pido perdón por haberme confundido y he comenzado dos veces, y las dos al estar aun dormido he tenido que comenzar la tercera vez que comienzo con los dos novios, espero que puedan perdonar mi equivocación y deseo que esta que es el tercer intento no me pase lo que en las anteriores veces. Eran las ocho menos cuarto cuando estaban ansiosos por salir para ver adonde se habían metido en su escapada de su pueblo pero ellos no pensaban nunca que sería como era en realidad y se llevarían una gran sorpresa al ver lo equivocados que estaban de la vida, pero la historia es como sí las personas no pensamos que la vida es tan dura con es en realidad. Mirando el gran reloj de la estación deseoso de que diesen las ocho de la mañana y sus puertas se abriesen para que todas las personas que habían pasado la noche dentro de su interior pudiesen salir, y las personas que ya hacían cola en la entrada pudiesen entrar para comprar sus billetes y subir al tren en primer lugar y que este les llevase al lugar a donde tenían que ir, muchos eran trabajadores y otros en cambio eran personas que por necesidad o por cualquier cosa se tenían que marchar de viajes para alguna cosa; a ellos dos sí que les esperaba un día de grandes emociones y sino ya lo verán. Eran los primeros en desear salir al exterior, y sus cuerpos apretados contra las rejas se estaba haciendo demasiado tarde para dar los primeros pasos por las calles. ¡Qué se pensaban de que la ciudad no espera a nadie y nadie sabe lo que les espera a ellos sin haber estado jamás en una urbe tan grandiosa como aquella ciudad! Sus ropas las tenían arrugadas de haber estado sentados sobre uno de los bancos y sus cuerpos estaban molidos de las maderas de los mismos. Pero su gran equipaje era todo y solamente todo, una talegas con las cuatros ropillas que habían cogido para el gran viaje. Mientras en su pueblo sin que ellos lo supiesen se había armado la gran pregunta, ya que todo el pueblo entero salió a buscarlos por los campos y los barrancos pensando que les había pasado algo; los familiares se preguntaban. ¿ A dónde se habrán metido estos críos? la madre de María daba gritos de desesperación al ver que su querida hija se había perdido porque lo que menos pensaban era que a ella se la habían llevado como a otras personas que desaparecen y jamás se encuentran; es lo que pensaba la pobre madre; y aunque tenía otra hija más pero su hija mayor era su ojo derecho, ya que al tener doce años ya le ayudaba en las tareas de la casa, cosa que ella hacía con todo primor y que en verdad le tenía un gran cariño, no solamente por ser su hija mayor, no, sino porque era tan bonita que parecía una rosa cada día cuando se lavaba su cara y se peinaba su largo pelo que se hacia una trenza para que su pelo no se le viniese a la cara ya que en este pueblo donde ellos vivían hacía mucho viento y los cabellos se soltaban y se enredaban con los fuertes viento y para que eso no pasase pues por costumbre se hacían sus trenzas. La noche y el día siguiente todo el pueblo la estuvo buscando y viendo que no había forma de dar con ella, fueron a preguntarle a los padres de Pepe, para ver si él sabía a dónde estaba su hijo, ya que ellos dos siempre estaban juntos como si ya estuviesen casados, pero la gran sorpresa fue cuando llegaron a la puerta de su casa a preguntar por el pepe como todo el mundo le conocía. La madre de este estaba llorando a más no poder, pero su silencio y su pena era que ellos si sabían a donde estaban, no en la ciudad que era, sino que se habían marchado para casarse cómo le escribió a su padre y se lo dijo. Padre te digo que María y yo nos vamos de casa y nos queremos casar en cuanto podamos y estaremos en un lugar adonde ni tú ni madre podéis encontrarnos ya que buscaremos trabajo y cuando juntemos algo nos casaremos y a si seremos lo que durante tantos años hemos deseado los dos. Os queremos mucho y no lloréis por nosotros que también os queremos y no deseamos que lloréis ya que pronto tendréis noticias nuestras. La madre de María al ver a su amiga la madre de pepe llorar se le formo un nudo en el estomago al ver como también lloraban por la pérdida de su hijo; cuan do le contaron lo que había ocurrido las dos madres se abrazaron llorando y no había forma de poder separarlas ya que ella eran amiga de toda la vida y se pensaban que un día serias consuegras porque ellas veían a los dos que estaban siempre juntos y entre ellas se decían que los dos un día no muy lejano serian marido y mujer. Estos eran los pensamientos de las dos madres y no se habían equivocado en nada, ya que al enterarse de lo que había ocurrido en verdad no se lo podía creer nadie ya que solamente tenían doce años y eran unos niños; pero sí que lo habían hecho y para desesperación de los padres no se pensaron nunca que fuesen capaces de ser tan valientes como para afrontar una vida tan dura como es la pura realidad. A sí que todo el pueblo estuvo hablando del tema durante mucho tiempo. Los padre de los dos pequeños, se juntaban bien en la casa de María o en la casa de pepe para hablar de ellos y para ver si habían tenido noticias de los enamorados de aquella ciudad aunque era pequeña pero los llamaron, el romeo y Julieta, por que al ser tan chicos nadie podía pensar que nunca se les habría ocurrido hacer tal cosa, y todo el mundo estaba pendiente de las noticias pero por mucho tiempo nadie supo de ellos. Transcurrían los días, los meses y nada de nada, como si la tierra se los hubiese tragado, nadie podía saber adónde se habían metido y que sería de ellos perdidos por estos mundos de dios. Pepe estaba sentado en un banco ya cansado de dar vueltas y al ver que no terminaba la ciudad se sentaron en uno de los bancos de madera que había para que se pudiese descansar. Ellos estaban agarrados y temerosos al ver que locura habían cometido, nunca jamás pensaron que la vida sería tan dura y menos que nadie les hiciera cuentas de ellos. Cuando pasado unas horas un señor se paró delante de ellos y al verlos se quedó extrañado, porque les pareció reconocerlos, y se paró delante de ellos, se fue acercando sin decir nada y al verlos exclamo. ¿Pero no sois ustedes los que ibais a ver aún familiar que estaba enfermo? Al sentir las palabras del revisor se dieron cuenta de que los habían encontrado y que lo segundo sería que los llevasen al cuartel de la guardia civil y se los entregase a ellos. ¡Se abrazaron llorando y al verlos el revisor se sentó a su lado y le pidió que le explicasen que era lo que hacían los dos en aquella ciudad! ¿Bien me pueden decir que es lo que están ‘haciendo aquí? No había forma de poder entenderse ya que el llanto de ella no se podía calmar, entonces se dirigió a pepe y le pregunto. ¿Dime tú que eres el hombre; por que habéis venido hasta aquí se puede saber? Pepe lo miró y viendo el buen corazón que tenía en sus palabras le conto la historia, cuando termino el revisor se puso a reír, escuchando lo que ellos habían hecho por estar juntos, no se lo podía creer, pero era verdad que era cierto ya que él era el que le había picado los billetes para que estuvieran los dos sentados en aquel banco. Les dio un beso en la cabeza de los dos y los tomó de la mano, al principio ellos se levantaron temerosos de que los fuese a llevar al cuartel y le preguntaron al señor. ¡Si nos piensa entregar, mejor será que nos deje aquí porque si hemos hecho el viaje es para poder casarnos y cuando estemos casados ya habremos encontrado trabajo y entonces será otra cosa nuestra vida! Este señor al escuchar las palabras de pepe no pudo más que reír de nuevo y al saber los pensamientos de los dos, se los levo, y cogiendo su coche que él tenía aparcado cerca de la estación donde él trabajaba. ¡No tema pepe que no os voy a entregar pero esto lo tenemos que hablar más despacio y entonces ya veremos qué hacemos con ustedes! Esto tranquilizo a los dos, pero no en cambio pensaron en que todo estaba arreglado. Se subieron al coche y este lo puso en marcha y después de recorre media ciudad llegaron a una calle de las grandes avenidas que había en aquella parte de la capital. Abrió las puertas y le dijo. ¡Vamos podéis salir que nadie os hará nada ya que estamos en las puertas de mi casa y aquí nadie tendrá motivos para que temáis! Si, a si comenzó la cosa entre ellos y temerosos de que todo fuese un sueño pero parecía que todo podría cambiar en pocos momentos de sus vidas. Una vez abajo el revisor que no se había presentado les dijo. ¿Adónde tenéis la maleta, es que se la habéis dejado en el tren? ¡No señor, esta es la ropa que traemos y es todo cuanto tenemos por ahora; cuando yo encuentre trabajo le compraré a mi mujer un vestido de los más bonitos que haya! ¡Ah, sí, eso me parece muy bien por tu parte, ya que ella se lo merece y tu también pero primero vamos a comer algo, ya que mi señora tendrá preparado el desayuno para mi, y también lo hará para ustedes dos! Cogieron sus talegas y detrás del señor caminaron cogidos de sus manos ya que para nada se separaban el uno del otro no había forma que ellos se encontrasen lejos y a si subieron al ascensor que los llevo al piso donde vivía el revisor. Este subió tan rápido como pudo, cuando paró se abrieron las puertas y María que en su vida había visto un ascensor pues se quedó parada al ver a que las puertas se abrían solas y esto le gusto, y le dijo. ¡Pepe, mira cuando nos casemos en la casa quiero las puertas como estas que se abren solas! El señor al escuchar los comentarios dio con la cabeza diciendo, se puede saber cómo dios a permitido que dos niños se vallan de sus casas pensando que el mundo es una flor tan dulce y hermosa, y nada de lo que ellos pensaban era realidad. Los ojos del señor se llenaron de lagrimas al verlos tan jóvenes y con los pensamientos que tenían en sus cabezas, les parecía imposible que fuesen tan jóvenes y que la vida les hubiese dado el valor de emprender una huida tan descabellada para poder casarse sin tener la edad que requiere el matrimonio. Pero allí estaban esperando que se abriese la puerta de la casa del revisor, este tenía las llaves, pero le pareció mejor que fuese su mujer la que abriera la puerta para que vises el panorama que le traía a la casa. Esta se abrió de repente y al ver a su marido le dio un beso pero no se percató de la presencia de los dos niños que le acompañaban. Se los quedó mirando y cuando los vio bien, le dio un beso a cada uno en las mejillas y les dijo. ¡Pasar que seguro que tenéis hambre! ¿Dime quiénes son, y a dónde te los has encontrado? ¡Es una historia muy larga, ya te lo contaremos cuando hayamos comido ya que estos señores tiene mucha hambre y cuando el hambre pide comida hay que dársela y después ya te contaremos lo ocurrido; que es para escuchar lo que pasa entre estos dos, seño y señora. La esposa se fue a la cocina y preparó enseguida el desayuno para los tres. Se presentó con una gran bandeja que estaba repleta de tostadas y con mantequilla de las buenas ya que su marido como podía viajar por todos los rincones de España pues siempre que veía una buena mantequilla se la compraba a su señora que también le gustaba juntársela a la tostada. Ella le dio una servilleta a cada uno y ellos se quedaron mirándose entre sí, preguntándose para que la quisieran si aún no habían comido nada, y no se habían manchado de mantequilla. ¡Anda podéis comer hasta que no tengáis más ganas y si hace falta yo preparo más tostadas que están muy ricas! María al verlas tostadas se levanto ya que la mesa era muy alta para poder coger una tostada, pero al ver tantas cogió dos y una se la puso en su plato para después de comerse la primera se comería la segunda y a si tendría dos para que no le faltasen. Pepe al ver lo que había hecho María el hiso lo mismo y se puso tres porque él siempre tenía más hambre que ella. La señora comenzó a preguntar. ¿Dime María, porque tú te llamas María verdad? ¡Si señora mi nombre es María para servir adiós y a usted! ¡Muy bien esos me gusta que tengas educación, y sepas expresarte como lo has hecho! ¿Y tú cómo te llamas? ¡Yo me llamo José, pero todo el mundo me llama pepe, es más sencillo de hacerlo y mas amistoso! ¡Estupendo”! ¿Y por qué habéis venido a la ciudad; queríais conocerla? Ninguno quiso decir nada más y se quedaron callados hasta que el marido le conto la historia y ella al escuchar la de sus lindos ojos le brotaron una lagrimas al ver que siendo tan jóvenes ya se querían casar, esto les parecía de locos pero cómo dos niños se quisieran casar sin tener la edad suficiente y cómo se le habría ocurrido esas ideas. La señora no podía comprender los motivos por los cuales ellos por lo que había comprendido se había marchado de su pueblo para venir a la capital sin saber los entresijos que hay en este mundo y sin tener edad para encontrar quien se cuide de ellos si todavía eran niño que tenían que seguir yendo a la escuela; Dios mío que locura es esta; dime Jorge, tú qué piensas de esto. ¡Qué quieres que te diga, si aun no he podido comprender los motivos por el cual esto señores se quieren casar y buscar trabajo sin que nadie les pueda ayudar a salir para delante en esta ciudad! Tanto María como pepe escuchaban el comentario que tenían el matrimonio y entre ellos no había acuerdo por lo que ellos podían ver. Bueno estaréis cansados, por hoy os quedáis aquí; y ya veremos mañana lo que podemos hacer en vuestra ayuda. ¿Os parece bien? ¡Si señora muchas gracias por todo! Os voy a prepara la ducha y tenéis ropa para cambiaros. Lo que tenemos en la talega. ¿Y qué es la talega si se puede saber? ¡Pues eso que esta sobre la silla eso es nuestra talega y ahí tenemos la ropa que hemos cogido para venirnos! La señora cogió la talega y al ver que no tenían ni ropa comenzó de nuevo a llorar de pena la ver a dos infelices niños perdidos por el mundo que sólo las sombras podían volar por estos lugares de la tierra. Les preparó la ducha y cuando se metió María la primera y al ver que el agua caía calentita se volvía loca al notar la temperatura del agua caliente sobre su lindo cuerpo. ¡De dónde han salido estas criaturas le preguntaba a su marido, y porque Dios había permitido que solos llegasen aquí para sufrir en este mundo de traiciones que en realidad era lo que les esperaba! ¡Dios santo que locura han cometido estos niño; y sus padres estarán preocupados por ellos y no sabemos ni donde viven para ponernos en contacto con ellos y para decirles que por lo pronto están bajo techo y que no les faltara de comer! ¿Dime Jorge de donde los has sacado, esto parece una película de terror y estos son los protagonistas de la serie, y son tan pequeños que podían ser hijos nuestros, no te parece? ¡Referente a lo que has dicho, sí que podían ser nuestros hijos ya que no tenemos a nadie en este mundo y si nos los quedamos, y les damos escuela y ropa y los tenemos en casa como si fuesen nuestros e hijos, nos ponemos en contacto con sus padres para que no sufran por ellos, y les decimos que ya que ellos se quieren casar pues estarían con nosotros hasta que sean mayores y entonces que se casen si tanto se quieren! ¡Bien, cuando salgan de la ducha se lo propondremos haber que dicen ellos!

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